no será por el esfuerzo del sector
político, sino por la resistencia social al cristinismo más radicalizado
Por:
Rubén Lasagno
El
coronavirus, implica mundialmente un cambio de paradigma social, laboral,
económico y ambiental, entre otros aspectos que se modifican con y tras la
pandemia y las acciones emprendidas para resguardarse del contagio masivo.
Los
países serios, con gobernantes conscientes, honestos y estadistas, adoptan
comportamientos diferenciados en situaciones anómalas, sin embargo y
precisamente por esa raíz de honestidad que acarrean desde su cuna o la
aplicación de transparencia con la cual entienden la función pública, las
medidas “excepcionales” que instrumentan en crisis del mismo carácter (y ésta
es una de ellas) son de corto plazo,
sobre un hecho puntual, buscan una salida rápida y urgentemente pugnan por la
normalización de las instituciones como forma de garantizar, precisamente, los
mecanismos democráticos que han sido alterados en la contingencia.
En
Argentina, la clase política en general y el peronismo/cristinismo/kirchnerismo
en particular, se enamoran rápidamente de las excepciones y especialmente de
emergencias como ésta.
Por muchos
menos, desde Néstor Kirchner a su hermana hoy como gobernadora, se mantienen
hace más de 30 años las “emergencias” y las “intervenciones” en Santa Cruz, porque la
primera les da la potestad de alterar y saltear controles, trámites y
autorizaciones y la segunda mantener el control de organismos como la Caja de
Servicios Sociales, la Caja de Previsión Social entre otros lugares históricos
a los cuales NK intervino en los ´90
para “regularizarlos” y los sucesivos gobierno K siguieron usando de caja
hasta la fecha.
A
nivel nacional claro está, no podía ser de otra manera.
El
“enamoramiento” de los Fernández de la cuarentena, les ha permitido deslizar bajo las sábanas de este “pseudo
proteccionismo estatal”, una cantidad de abusos inconstitucionales y también
disimular el derrumbe económico, justificando el destino final del default.
El
funcionamiento incansable de la máquina de hacer dinero, con la cual inyectan
(como en las mejores épocas del gobierno de CFK) dinero al mercado que aumenta
día a día la inflación, elevando solo al 50% el valor del dólar en los último
días y también les permite:
Manejar
discrecionalmente los fondos, hacer negocios partidarios y personales, favorecer
a los amigos del poder, distribuir la pauta como se les ocurre y ejecutar
cualquier tipo de acciones corruptas, para
lo cual el krichnerismo/cristinismo, es un decano en “el arte” en la
malversación de los recursos.
Pero
además de las denuncias de corrupción por las compras sobrefacturadas, tanto
del gobierno nacional, como el de la provincia de Buenos Aires y de CABA, donde
Rodríguez Larreta no hace la diferencia en cantidad y calidad de hechos
sospechados de irregularidades, más allá de ser otro abusivo del poder, quien
pretendía multar y mandar a realizar servicios comunitarios a los abuelos de
más de 70 años que vulneraran la cuarentena, las autoridades electas han
potenciado, impulsado y accionado a favor de la libertad de presos y de hecho
más de 2.500 delincuentes volvieron a sus casas gracias a los buenos oficios de
Pietragalla, Mena y los gobiernos de Alberto y Axel, aunque públicamente lo
nieguen desviando la responsabilidad hacia “la justicia”, aún cuando jueces
como Violini, se haya declarado kirchneristas y alineado con La Cámpora, la
facción política de Máximo que instruyó y puso en práctica el “Vatayón
Militante” en la década robada, un burdo plan de liberación de chorros y
asesinos, so pretexto de contribuir a la “sociabilización” de los condenados en
cárceles argentinas.
En ese marco nos
encontramos con el Viceministro de Justicia Juan Martín Menna el cual se
sienta con un asesino serial para pactar un acuerdo de liberación de presos y
Horacio Pietragalla, Secretario de DDHH de Alberto Fernández, quien genera
cientos de hábeas corpus por día para liberar chorros y asesinos, a la vez que
debemos escuchar al presidente decir con cara de “yo no fui”, que desde
su gobierno no impulsan excarcelaciones y escuchar al gobernador Kicillof decir
que “está en contra de la liberación de presos” mientras Claudia Cesaroni
Directora General de Prevención del Delito y la Violencia de la Municipalidad
de Quilmes cuya intendente es Mayra Mendoza una ultra K, a la par de cumplir
funciones institucionales es la abogada que representa a los presos de Villa
Devoto.
¡Genial!,
muy del estilo cristinista:
Atender
de los dos lados del mostrador.
Por
un lado acompañando a los detenidos para que lograran su domiciliaria y por el
otro simulando preocuparse por la seguridad de los quilmeños.
Fue
tal el escándalo que Cesaroni debió renunciar a su cargo bajo el ala de
Mendoza, aunque como a Vanoli la van
a reponer en otro cargo, pero el daño al gobierno bonaerense de
Kicillof o al de Alberto, por parte de Pietragalla y Mena, ya está hecho.
Mostraron
ser parte de todo este proceso “sacapresos”, en línea con el pensamiento
zafaroniano, del cual ahora parecen querer separarse, pero realmente, no lo
pueden lograr porque se les fue de las mano y encontraron una resistencia
popular inesperada.
El
presidente ahora pone al Poder judicial “afuera” de sus decisiones, sosteniendo
la división de poderes, pero hasta diciembre los jueces eran uno solo con el
gobierno.
¿En
tan poco tiempo el kirchnerismo logró acomodar la institución o será que está
mintiendo?.
Los
principales mandatarios del país : el presidente y el gobernador de la
provincia de Buenos Aires tuvieron que dar marcha atrás y despegarse del
proyecto que los tuvo como organizadores natos de este mecanismo brutal,
antihumanitario e ilegal de poner a la sociedad en riesgo, socavando la
seguridad y vulnerando el derecho de las víctimas y la ley que las protege.
Y
la sociedad no se los perdonó.
Las
cacerolas desde los balcones, los pocos medios críticos que puede manifestarse,
algunos referentes de la oposición política lánguida que no han menguado y
valientes como la Dra Silvina Martínez y algunos periodistas libres, han
concientizado a una sociedad que reacciona a tiempo y amenaza con hacerles
pagar en las urnas, tantos delitos cometidos desde el poder, aprovechándose (y
esto es lo más grave) de la emergencia que nos distrae: el coronavirus.
Y aquí es donde
los argentinos nos diferenciamos con otros países de la región.
Éste
es un país el cual, a pesar de los malos gobiernos, la sociedad se guarda la
carta de oro para hacer la jugada final y acomodar las cosas.
Y
ésta no va a ser la excepción.
La “chavización”
será abortada a tiempo, porque el argentino reacciona, aunque tardíamente
a veces, pero bajo la convicción de no ceder sus derechos tan cándidamente como
algunos aún creen poder hacerlo.
De
hecho la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, acaba de suspender las
excarcelaciones masivas de Pietragalla y Menna.
Todo
lo que pasa hoy fue dicho antes.
Todo
lo que ocurrirá será dicho en este tiempo.
El tema
fundamental es seccionar el populismo en dos y exponer a sus impulsores,
demostrar sus intenciones, denunciar sus objetivos y hacerles cambiar el
discurso.
Ésta
última acción, es la que sepulta definitivamente el futuro político de sus
cultores y reaviva en la sociedad la esperanza de que en nuestro país, nunca
van a poder coronar un poder omnímodo en base a esta zona de confort que han
encontrado en la pandemia y pretenden transformar en una herramienta de control
social, para robarnos (además de los recursos y las libertades) la dignidad.
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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