Por Christian Sanz
Fuego
amigo
El
tuit pasó casi desapercibido.
Básicamente
porque se coló en medio de una “catarata” de otros comentarios polémicos que
Cristina Kirchner publicó en los últimos días, principalmente uno referido a un
“chiste” sobre la rotura de silo bolsas (que no le hizo ninguna gracia a las
entidades del campo).
Puntualmente,
la vicepresidenta decidió recomendar en sus redes sociales un análisis
económico de Alfredo Zaiat, periodista de diario Página/12.
"El
mejor análisis que he leído en mucho tiempo. Sin subjetividades, sin anécdotas,
para entender y no equivocarse", destacó Cristina.
La
nota en cuestión se titula “La conducción política del poder económico” y
refiere a la convocatoria de Alberto Fernández a los agrupados en el G-6.
Según
Zaiat, a efectos de “sumarlos a la construcción de una nueva normalidad
económica, que deje atrás el capitalismo neoliberal hegemonizado por las
finanzas globales”.
Para
el mismo periodista, se trató de “una
apuesta oficial fuerte dirigida al mundo empresario concentrado, que desde hace
más de 40 años ha intensificado el combate contra el proyecto de desarrollo
nacional que hoy aspira a desplegar el frente político que gobierna”.
En
ese contexto, para Zaiat, la crisis económica global provocada por la pandemia “abre una pequeña fisura para cuestionar
con evidencias imposibles de ocultar y, fundamentalmente, para replantear el
funcionamiento de la actual fase del capitalismo neoliberal”.
Por
si no queda claro, el colega insiste:
“La debacle
económica y social por la covid-19 brinda una oportunidad excepcional para
fortalecer el rol central del Estado en relación al mundo empresario y para el
ordenamiento del funcionamiento de la economía”.
Acto
seguido, se muestra en contra de la convocatoria del jefe de Estado:
“Para que los costos
devastadores de la actual crisis no sean en vano, la política económica de la
recuperación no puede quedar depositado en ganar la confianza de los
empresarios del G-6. Puede ser que esa invitación sirva en términos políticos,
pero está probado que sus integrantes no tienen la vocación de ser un sujeto
social activo en el objetivo de fortalecer un proyecto de desarrollo nacional”.
En buen romance,
Zaiat se revela crítico de los empresarios convocados por Alberto Fernández y
de la decisión oficial de mostrarse con ellos.
Por
carácter transitivo, Cristina hace lo propio.
Hilando
fino, en su tuit la vicepresidenta asegura que el artículo periodístico de
marras no solo sirve “para entender”, sino además —sobre todo— para
“no equivocarse”.
¿Hace
falta echar agua para que quede claro el concepto?
¿No
está bien manifestada la “marcada de cancha” de Cristina a Alberto, a quien no
solo acusa por su presunta falta de entendimiento, sino también de pifiarla en
su decisión?
El
ex ministro de Economía Domingo Cavallo
hizo la misma interpretación:
“Su tuit es
revelador del tipo de economía que le gusta a la vicepresidenta.
Ya lo había
dicho en el año 2012, cuando señaló que ella entendía la economía a través del
libro Economía a Contramano de Alfredo Zaiat.
Por eso, en el
primer capítulo de mi libro Camino a la Estabilidad me preocupé por señalar
todos los errores y falacias de esa obra”.
Como
sea, el tuit de Cristina acaso permita entender las palabras del presidente de
este lunes respecto de Vicentin:
“Cuando
miro para atrás y me pregunto qué hice mal en Vicentin, veo que me equivoqué
(...) Pensé que iban a salir a festejar”.
¿A
quién fue dirigido ese mensaje?
¿Por
qué?
Es
curioso, porque hace apenas unas semanas, entrevistado por la periodista Cynthia
García, el propio Fernández había sostenido:
“La expropiación
es la herramienta para poder rescatar la empresa, no hay otro modo”.
Dicho
sea de paso, cuando el presidente dijo que pensaba que “iban a salir a
festejar”, ¿de quiénes hablaba?
La
pregunta no es menor, ya que los militantes kirchneristas sí festejaron, y por
demás.
Y
el hecho de creer que opositores también lo hicieran, habla de una puerilidad
de la cual el mandatario carece.
Obviamente,
el mensaje fue dirigido a alguien más.
¿Cristina?
Todo
es posible.
Mucho
antes del tuit de Cristina, ya hubo otro referente K que salió a marcarle la
cancha:
Mario
Ishii, intendente de José C. Paz, uno de los terruños pro-kirchneristas más
emblemáticos del conurbano bonaerense.
Entrevistado
por diario Perfil, el mandatario comunal sostuvo:
“Para
fines de agosto vamos a estar como en 2001 aproximadamente.
Viví
dos saqueos y pienso que la gente va a volver a 2001”.
Glup.
Para
el menos avispado, se aclara que Ishii se define como “cristinista de la
primera hora”.
Uno
de los primeros referentes bonaerenses que se alinearon con el naciente
kirchnerato, allá lejos y hace tiempo, en los idus de 2003.
Ergo,
nada parece casual.
Ni
siquiera suena coincidente la aparición de incipientes carteles que durante el
fin de semana inundaron la CABA.
“Fuerza
Alberto”, se dejaba leer allí.
¿Quién
los mandó a pegar?
Nadie
lo sabe, porque ni siquiera tenían firma.
Lo
que sí está claro es que, como dice aquella añeja frase del saber popular, “cuando
el río suena, es porque agua trae”.
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