Malú
Kikuchi
La
vicepresidente de la Nación se ha mandado hacer una reforma judicial a su
medida.
Sobre
una intención fallida de Néstor K, que quería llevar los juzgados penales
federales de CABA a 46, cuestión de diluir el poder de Comodoro Py, la desempolvó y le sumó a su abogado
Alberto Beraldi.
Se supone que en
este mundo todo tiene un precio, la presidencia de Alberto Fernández, basada en
los votos de CFK, tenía como precio que ésta zafara de todos sus problemas
penales.
Que
son serios y muchos.
La
reforma judicial era imprescindible para la libertad de ella y su familia.
La
reforma es necesaria, pero…
1º, no es el
momento en plena pandemia.
La
gente, la que votó a Fernández por dos y la que no los votó, tiene otras
prioridades:
No contagiarse
el covid-19, sobrevivir a la terrible crisis económica y a la creciente y por
lo visto imparable inseguridad.
La
reforma judicial se debe hacer en un país en paz y de ser posible en salud y
sin default. Ahora no.
Pero
Cristina necesita salir del tembladeral de sus causas penales, ya.
Y
en medio del desastre que es la Argentina de hoy, puede que la gente que tiene
otros problemas, no registre el cambio.
Aumentar
fiscalías y juzgados, parece simple, pero una fiscalía cuesta $4 millones por
mes y un juzgado $9 millones ídem.
Hay
que multiplicar y sacar cuentas.
Por
supuesto que esa reforma va al congreso,
por supuesto que el senado la votará “sin cambiar una coma”, a la
orden de CFK.
Por
supuesto que todo dependerá de diputados.
Si
los votos de Lavagna y algunos provinciales no aceptan la reforma o le cambian
algunos artículos o muchos o todo, de ellos dependerá.
Con
mayoría simple la reforma se acepta.
El problema más
serio está en la posible reforma de la Corte.
Para
que el precio de la presidencia no sea tan burdo y visible, Alberto F nombró un
consejo (o comisión, le hubiera hecho gracia a Perón) de expertos para estudiar
4 temas:
Nº
de jueces de la Corte, el Consejo de la Magistratura, juicios por jurado y el
Ministerio Público.
Lo que le
importa a CFK es el Nº de jueces en la Corte; quiere
aumentarlo.
¡Qué
razón tenía la Negra Sosa cuando cantaba “todo cambia, todo cambia”!
Cuando
Néstor K redujo la Corte de 9 jueces a 5 (Menem la había ampliado de 5 a 9) en
el 2006, la senadora CFK fue la autora del proyecto.
Solo
hay que buscar el discurso en youtube.
Ahora necesita
más jueces.
El
consejo de expertos, todos ellos con prestigio, está compuesto por 11 abogados,
8 de ellos PJ.
Alberto
Beraldi, Carlos Arslanian y Enrique Bacigalupo (lleva 40 años viviendo en
España, fue Procurador del Tesoro de Cámpora y se exilió), los 3 son
penalistas.
Es
obvio que el derecho penal obsesiona a CFK.
El
Nº de mujeres está respetado, el federalismo también.
Esta
pobre y maltratada Argentina que en 16 años con 2 presidentes PJ, hizo pasar al
supremo Tribunal de Justicia de la Nación de 5 miembros a 9, 1990.
Fue
la “mayoría automática”.
Y
de 9 a 5 otra vez.
Y
la autora del proyecto de volver los jueces de la Corte a 5, ahora necesita que
sean más.
Eso
de tratar a la Corte como si fuera de goma, la estiran y la achican y la
quieren volver a estirar.
No
es serio.
Nadie va a tomar
en serio un país que no paga sus deudas y cambia sus reglas de juego rompiendo
contratos.
Que
cambia su sistema de justicia y lo hace a través del mismo partido político, y
peor aún, con los mismos protagonistas.
Perdón,
protagonistA....
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