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Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 21 de abril de 2022

Cristina Kirchner y un salto ornamental para escapar de su propia trampa (1)

Sergio Massa pudo quedar salpicado con la asonada. En el kirchnerismo alegan que fue él, a través de su amigo el diputado provincial santafesino Oscar “Cachi” Martínez, quien consiguió la insólita cautelar de Alonso.

Ayer Massa quiso quedar a salvo del escándalo.

Para diferenciarse de la vicepresidenta y tender algún puente con la Corte, designó como consejera a la diputada santacruceña Roxana Reyes, propuesta por la UCR.

El presidente del bloque oficialista, Germán Martínez, se lo reprochó.

Reyes es una dirigente asociada en su momento con Eduardo Costa, de excelente relación con Mario Negri.

A propósito del presidente de la Cámara de Diputados: hace tres semanas dejó trascender que, si no hay una reconciliación entre el Presidente y su vice, el Frente Renovador dejaría el oficialismo el próximo sábado.

Todo puede haber cambiado: tres semanas es una eternidad para el calendario de Massa.

Hay un detalle que despierta intriga en el kirchnerismo: ¿por qué un fiscal tan allegado a él como Guillermo Marijuan sigue ensañado con Cristina Kirchner en la investigación de la denominada “Ruta del Dinero K”?

En la premura por quedarse con una posición que no le corresponde, la señora de Kirchner cometió un error con derivaciones desopilantes.

El bloque creado como segunda minoría “ad hoc” incluye a Mariano Recalde.

Pero, como señaló el constitucionalista Martín Oyhanarte en este diario, Recalde es en la actualidad consejero por la mayoría.

Cuando designaran a su colega, que terminó siendo el rionegrino Martín Doñate, habría dos consejeros por la segunda minoría.

Cristina Kirchner ordenó a Recalde, entonces, que cambie de bancada.

Lo intercambió por Eugenia Catalfamo que había quedado en la bancada mayoritaria.

Como puede advertirse, la estrategia kirchnerista para influir sobre los jueces se va pareciendo cada vez menos a un vistoso salto ornamental y comienza a evocar uno de esos enredos en que los Tres Chiflados quedaban atrapados. Suele ocurrir con las iniciativas impulsadas por la desesperación.

Que para corregir el error, Recalde, de La Cámpora, termine fuera del grupo de Unidad Ciudadana, termina siendo algo forzado.

Esa bancada puede servir para emprendimientos más audaces.

Es lo que preocupa a Alberto Fernández: aunque sea por un pretexto táctico, el oficialismo ya se rompió.

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