"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El peor naufragio es no salir nunca del puerto

Estamos agotando un modelo de sociedad, que en su manera de obrar, se muestra agobiado, y parece no tener respuestas satisfactorias que llenen la esperanza de un pueblo, cuyo futuro parece incierto, y que en espera de una mejoría, se debate entre la desconfianza y la desesperanza.
Es tan preocupante la situación, que hasta al pueblo de Dios se le golpea, y se le niegan sus derechos. Denunciamos una injusticia, y como respuesta se nos extiende la sarcástica mordaza de la fuerza, y la burla del anillo del poder.

Parecería que estamos en medio de un naufragio, pero, como dijo alguien, el peor naufragio es no salir nunca del puerto, y nosotros podemos en Cristo.

Toda posibilidad es viable, porque nada hay imposible para Dios.

Miremos hacia el futuro con optimismo, los mejores tiempos están por venir, sólo que tenemos que acudir a la fuente de solución verdadera.

En la antigüedad un profeta llamado Habacuc, vivió en medio de una profunda crisis, cuando los caldeos (Babilonia) invadieron y castigaron al pueblo de Israel.

En la angustia él estuvo quieto y confió en quien siempre es fiel y en quien no hay engaño, diciendo:

“Aunque la Higuera no floresca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré, y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Jehová el Señor es mi fortaleza”.

Existen crisis que parecen no tener salidas, de apariencias desesperantes, pero si las llevamos cautivas al pensamiento de Cristo, con Fe, las derrotaremos, y saldremos victoriosos, como Habacuc.

Antonio Regalado Pastor Framingham, Massachusetts, Estados Unidos

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