La nutrición de una república
Consiste en la abundancia y distribución de materiales conducentes a la vida [1]
En su condimentación o preparación y (una vez condimentados) deberá ser trasladado por conductos convenientes al uso público.
En cuanto a la abundancia de materia, es cosa limitada por naturaleza a aquellos bienes provenientes de la tierra y el mar (los dos senos de nuestra Madre común)
Dios nos lo otorgó a cambio del trabajo de la humanidad.
En cuanto a la materia de este alimento, que consiste en animales, vegetales y minerales, Dios los dispuso libremente entre nosotros, dentro o cerca del rostro de la tierra, por lo cual no son necesarios más que trabajo e industria para su obtención. Pues la abundancia depende meramente del trabajo y la industria de los hombres (con el favor de Dios)
Esta materia, habitualmente llamada bienes, es parcialmente nativa y parcialmente extranjera. Nativa, aquella que se obtiene dentro del territorio de la república. Extranjera, la que se importa de otra parte. Y puesto que no hay territorio sometido al dominio de una república (salvo cuando su extensión es muy vasta) capaz de producir todas las cosas necesarias para el mantenimiento y movimiento del cuerpo entero (y pocas que no produzcan algo más de lo necesario), los bienes superfluos del interior dejaron de ser superfluos y pasaron a proveer las carencias de la patria, mediante importación de aquello que puede conseguirse en el extranjero por “cambio” o trabajo.
Porque el trabajo de un hombre es también, un bien intercambiable por beneficio, como cualquier otra cosa.
Repúblicas sin más territorio que el que les servía para habitar, no solo han mantenido, sino incrementado su poder, en parte mediante el trabajo de comerciar de un lugar a otro, y en parte vendiendo las manufacturas, cuyos materiales eran traídos de otros lugares.
La distribución de los materiales de este alimento, es la constitución del mío, tuyo y suyo… De la propiedad… en una palabra y pertenece en todo tipo de república al poder soberano.
Porque donde no hay república, existe una guerra perpetua de cada hombre contra su vecino y, en consecuencia, cada cosa es de aquél que la coge y la conserva por la fuerza… lo cual no es ni propiedad ni comunidad, sino INCERTIDUMBRE
Algo tan evidente que Cicerón (apasionado defensor de la libertad) atribuye en una defensa pública toda propiedad a la ley civil: “Déjese que la ley civil sea abandonada o aplicada negligentemente (oprimida) y ningún hombre podrá estar seguro de recibir cosa alguna de sus ancestros o dejar nada a sus hijos”
En otro lugar menciona: “Suprimid la ley civil y ningún hombre sabrá qué es suyo y qué es del otro”
En la distribución de la tierra, la propia república puede considerarse propietaria de una porción, poseyéndola y mejorándola a través de su representante… Y cabe concebir, también, que tal porción puede hacerse suficiente para sufragar todo el gasto de la paz y la defensa común, necesariamente requeridas.
Lo cuál no sería muy cierto si pudiera concebirse a “algún representante” libre de las pasiones y debilidades humanas.
Thomas Hobbes [1588 – 1679]
[1] Y, allá lejos y hace tiempo (1810) hubieron unos soñadores que gestaron república a la Argentina. Juan Bautista Alberdi nació en ese año. Se trasladó desde muy joven a Buenos Aires, donde estudió, abandonó los estudios para continuarlos en la Universidad de Córdoba y culminar en Montevideo en 1840. Obtuvo su título en jurisprudencia, en Chile donde se había exiliado voluntariamente al negarse a prestar juramento al régimen federal de Juan Manuel de Rosas
A mediados de Febrero de 1852 se enteró de la derrota de Rosas en la batalla de Caseros. De inmediato se puso a escribir un tratado sobre la futura Constitución Argentina, las "Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina". Tardó apenas un par de semanas en escribirlo, y lo publicó en mayo de ese mismo año. Meses después lo reeditaría con ampliaciones, incluyendo un proyecto de Constitución, basado en la Constitución Argentina de 1826 y en la de los Estados Unidos.
"Tenemos suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810”
La patria es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización, organizados en el suelo nativo, bajo su enseña y en su nombre.
Muy cercanos a festejar el Bicentenario de la otrora república Argentina, el ungido presidente Duhalde nos dejó a Néstor Kirchner, quien administró sin abundancia y NO distribuyó los materiales conducentes a la vida (según criterio de Hobbes)
El uso lo hizo más que privado, enriqueciéndose en forma inversamente proporcional al empobrecimiento de la ciudadanía y fue cooptando voluntades de los políticos de otros partidos para suprimir la ley civil de cada uno de nosotros…
TODOS dejamos de saber qué es lo nuestro ni lo del vecino.
Ellos nos saquearon y lo seguirán haciendo mientras que no despertemos…
Desde La Matanza, Corina Ríos – DNI 4482250
Consiste en la abundancia y distribución de materiales conducentes a la vida [1]
En su condimentación o preparación y (una vez condimentados) deberá ser trasladado por conductos convenientes al uso público.
En cuanto a la abundancia de materia, es cosa limitada por naturaleza a aquellos bienes provenientes de la tierra y el mar (los dos senos de nuestra Madre común)
Dios nos lo otorgó a cambio del trabajo de la humanidad.
En cuanto a la materia de este alimento, que consiste en animales, vegetales y minerales, Dios los dispuso libremente entre nosotros, dentro o cerca del rostro de la tierra, por lo cual no son necesarios más que trabajo e industria para su obtención. Pues la abundancia depende meramente del trabajo y la industria de los hombres (con el favor de Dios)
Esta materia, habitualmente llamada bienes, es parcialmente nativa y parcialmente extranjera. Nativa, aquella que se obtiene dentro del territorio de la república. Extranjera, la que se importa de otra parte. Y puesto que no hay territorio sometido al dominio de una república (salvo cuando su extensión es muy vasta) capaz de producir todas las cosas necesarias para el mantenimiento y movimiento del cuerpo entero (y pocas que no produzcan algo más de lo necesario), los bienes superfluos del interior dejaron de ser superfluos y pasaron a proveer las carencias de la patria, mediante importación de aquello que puede conseguirse en el extranjero por “cambio” o trabajo.
Porque el trabajo de un hombre es también, un bien intercambiable por beneficio, como cualquier otra cosa.
Repúblicas sin más territorio que el que les servía para habitar, no solo han mantenido, sino incrementado su poder, en parte mediante el trabajo de comerciar de un lugar a otro, y en parte vendiendo las manufacturas, cuyos materiales eran traídos de otros lugares.
La distribución de los materiales de este alimento, es la constitución del mío, tuyo y suyo… De la propiedad… en una palabra y pertenece en todo tipo de república al poder soberano.
Porque donde no hay república, existe una guerra perpetua de cada hombre contra su vecino y, en consecuencia, cada cosa es de aquél que la coge y la conserva por la fuerza… lo cual no es ni propiedad ni comunidad, sino INCERTIDUMBRE
Algo tan evidente que Cicerón (apasionado defensor de la libertad) atribuye en una defensa pública toda propiedad a la ley civil: “Déjese que la ley civil sea abandonada o aplicada negligentemente (oprimida) y ningún hombre podrá estar seguro de recibir cosa alguna de sus ancestros o dejar nada a sus hijos”
En otro lugar menciona: “Suprimid la ley civil y ningún hombre sabrá qué es suyo y qué es del otro”
En la distribución de la tierra, la propia república puede considerarse propietaria de una porción, poseyéndola y mejorándola a través de su representante… Y cabe concebir, también, que tal porción puede hacerse suficiente para sufragar todo el gasto de la paz y la defensa común, necesariamente requeridas.
Lo cuál no sería muy cierto si pudiera concebirse a “algún representante” libre de las pasiones y debilidades humanas.
Thomas Hobbes [1588 – 1679]
[1] Y, allá lejos y hace tiempo (1810) hubieron unos soñadores que gestaron república a la Argentina. Juan Bautista Alberdi nació en ese año. Se trasladó desde muy joven a Buenos Aires, donde estudió, abandonó los estudios para continuarlos en la Universidad de Córdoba y culminar en Montevideo en 1840. Obtuvo su título en jurisprudencia, en Chile donde se había exiliado voluntariamente al negarse a prestar juramento al régimen federal de Juan Manuel de Rosas
A mediados de Febrero de 1852 se enteró de la derrota de Rosas en la batalla de Caseros. De inmediato se puso a escribir un tratado sobre la futura Constitución Argentina, las "Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina". Tardó apenas un par de semanas en escribirlo, y lo publicó en mayo de ese mismo año. Meses después lo reeditaría con ampliaciones, incluyendo un proyecto de Constitución, basado en la Constitución Argentina de 1826 y en la de los Estados Unidos.
"Tenemos suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810”
La patria es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización, organizados en el suelo nativo, bajo su enseña y en su nombre.
Muy cercanos a festejar el Bicentenario de la otrora república Argentina, el ungido presidente Duhalde nos dejó a Néstor Kirchner, quien administró sin abundancia y NO distribuyó los materiales conducentes a la vida (según criterio de Hobbes)
El uso lo hizo más que privado, enriqueciéndose en forma inversamente proporcional al empobrecimiento de la ciudadanía y fue cooptando voluntades de los políticos de otros partidos para suprimir la ley civil de cada uno de nosotros…
TODOS dejamos de saber qué es lo nuestro ni lo del vecino.
Ellos nos saquearon y lo seguirán haciendo mientras que no despertemos…
Desde La Matanza, Corina Ríos – DNI 4482250
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