"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 26 de diciembre de 2008

¿Qué es la violencia? - Elías Galati - Capítulo I


PRÓXIMAMENTE PUBLICAREMOS SU LIBRO COMPLETO EN UN APARTADO ESPECIAL
Saludos

Corina Ríos


¿Qué es la violencia?

La violencia es la acción y el efecto de violentar.

Es la conducta ejercida sobre un sujeto pasivo, contra el modo natural de proceder.

Para el derecho, la violencia admite dos formas, una en el sentido de fuerza o violencia y la otra como co acción moral.

La violencia física es ejercida como fuerza irresistible, por las condiciones naturales del vigor, y la violencia moral, como intimidación, fundada en el temor racional del sujeto pasivo de sufrir un mal inminente y grave.

La violencia está destinada a la voluntad del sujeto sobre la que se ejerce.

Un acto violento, es un acto disvalioso, tendiente a obligar a otro a ajustar su conducta, quiera o no, al deseo o al capricho, del sujeto activo, agente de la violencia.

Desde lo sociológico, existen vínculos de dependencia de todo orden, que favorecen o ayudan a la comisión de actos violentos.

Desde lo psicológico, muchos individuos, en especial los sectores discriminados en las sociedades, no pueden o es muy costoso para ellos asumirse como sujetos activos. Por lo tanto aceptan que su actividad sea orientada, dirigida y a veces, obligada por terceros. Y por otra parte no se defienden, no denuncian los actos violentos.

Para esta interpretación socio-psicológica de la violencia existen dos aspectos que sostienen la situación minusválida del sujeto pasivo y la omnipotencia del sujeto activo de la violencia: Una, la creencia social que las situaciones privadas, son indeseables e indecorosas y que deben mantenerse en el ámbito privado o familiar, y otro la creencia que es imposible revertir la situación, porque el culpable no será castigado. Situación que trágicamente se mantiene hoy.

Globalmente existen dos formas de violencia: La violencia reactiva y la violencia activa.

La primera es provocada por acontecimientos externos al sujeto, marcadamente injustos, o que él mismo considera injustos o intolerables. Esta acción provoca la reacción violenta.

Cientos de ejemplos existieron y existen, en todas las épocas de esta forma de violencia.

Baste pensar que la miseria y la injusticia son las formas más acabadas de provocar reacciones violentas, y piénsese en el ámbito de nuestro país y en el mundo, los ejemplos de miseria y de injusticia, incontables, que existen.

La violencia activa, es la violencia por la violencia en sí misma. Es una condición psicológica social, creada desde adentro del hombre o elaborada como adaptación a formas de vida, que hacen sistematizar una única forma de relación social: la violencia.

Esparta como modelo de sociedad guerrera.

Cuando una sociedad pierde la amalgama social, cuando los grupos se disgregan, el único elemento que parece ser de utilidad para sobreponerse es “la violencia”

Pero existe otra forma de violencia, más sutil, “la violencia del poder o del Estado”

Con respecto a la sociedad, el “poder es la facultad que éste tiene” de hacer todo lo que conduzca a la consecución de sus fines, es la manifestación más alta de la actividad social, y comprende la autoridad, derecho de dirigir a los miembros de la sociedad en la consecución del fin social, de modo eficaz, y la fuerza necesaria para que esa eficacia sea real y verdadera.

El poder del Estado es de carácter ético, sus decisiones son de autoridad, pero no en virtud de la fuerza que tiene para hacerlo cumplir, sino por ser tomadas por quien puede tomarlas, llamado a ejercer la autoridad en la esfera de la finalidad del Estado, existente para el hombre como ser racional y en la naturaleza de esa racionalidad, donde encarna el poder político y por ello actúa.

El poder del Estado es racional y debe ejercerse racionalmente.

La primera condición es su límite. NO puede haber poder ilimitado ya que el Estado está constreñido por sus fines específicos y por el carácter ético y racional de su poder.

Esta es la cuestión fundamental a dilucidar para entender, evitar o terminar con la violencia

La racionalidad de las normas legales y el respeto de las libertades individuales, es el instrumento básico para ordenar una sociedad sin violencia.

La paz social se realiza a partir del orden. El orden involucra: racionalidad, justicia, igualdad y equilibrio.

El modelo se vierte a todos los grupos sociales… Sí el “poder” tiene límites, tendrá límites la sociedad y el individuo. La Educación enseñará el marco dentro del cual se deba desenvolver la vida de las personas. Pero además, en la naturaleza del “poder” está su contenido ético.

El “poder” refiere a la obligación del hombre, a lo que debe el hombre, que funciona como un imperativo categórico.

Pasa del ser al deber ser y esa relación no puede concebirse de otra forma que no sea en un marco ético.

Toda moralidad debe ser comprendida en la Justicia y con la noción del “Bien”… como aquello que todas las cosas apetecen.

En la concepción del mundo griego, lo justo era similar a lo ordenado. Es justo que cada cosa ocupe en el Universo, el lugar que le corresponde.

La justicia se cumple en función al derecho, que rige las relaciones del hombre y de la sociedad.

Se debe suponer un orden social dado y cualquier alteración del mismo es injusta.

La alteración del orden es el origen de toda violencia, tanto interior como exterior.

Desde las relaciones individuales, es justicia no desposeer a ninguno de lo que es debido. Es el equilibrio entre las relaciones.

¿Pero, que es lo debido para cada individuo?

¿Cuál es el fundamento normativo que señala socialmente lo debido para cada hombre, para cada sector, para cada grupo social?

Entramos en el ejercicio del poder.

La voluntad de poder, es para Nietzsche, autorrealización y cumplimiento de las propias potencialidades.

Es la descripción de un aspecto fundamental del proceso vital. La vida humana, en gran medida, es un conflicto entre el poder y la impotencia.

Pero eso significa abdicar de la propia humanidad.

Si bien el ejercicio del poder provocó monstruosos daños en el mundo moderno, reducir al hombre a la impotencia y a la apatía... genera violencia crónica.

Si despojamos a la gente de su poder, promovemos la violencia y no el control de la misma.

El hombre se vuelve violento porque quiere restablecer su autoestima, demostrar que significa algo para la sociedad.

Arendt dice: La violencia es expresión de la impotencia.

El poder y la significación, son la forma objetiva y subjetiva de la misma experiencia.

El poder es social, es una relación interpersonal.

El poder puramente personal es fuerza.

Ningún ser humano puede existir mucho tiempo sin cierta sensación de su propia significación.

El ejercicio del poder es fundamento de la comunicación.

El acto que más valor requiere es la enunciación simple y veraz de nuestros pensamientos más profundos para transmitirlos a los demás.

Dice Buber: “No proclames que sólo el amor gobierna. Poder y amor van juntos, sino el amor es impotente y el poder sin amor” "

El poder sin caridad es pura crueldad.

“No sé que nos quedaría, si el amor no fuera poder transfigurado, y poder el amor que se tensa”

Si el poder se ejerce sin amor, se transforma en dominación: Sustituye la personalidad del hombre... viola su dignidad"

¿Cómo se puede entender y solucionar el fenómeno de la violencia?

Hay que interpretar el sistema social y la cultura del hombre.

La cultura va a estar determinada en primer lugar por el sistema social en que vive el hombre.

Mario Bunge en su ponencia “Cultura as a Subsystems of Society” dice que siendo las actividades culturales, actividades sociales llevadas a cabo por individuos, solos, o en relación con otros… “la cultura constituye entonces un subsistema de la sociedad, en el cual hay que tener en cuenta asimismo los subsistemas de la economía y la política”.

La cultura como concepto se define desde el individuo como el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio de las facultades intelectuales del hombre, y desde la sociedad, como el estado de adelanto o progreso intelectual o material, de un pueblo o nación.

La cultura es la institución de un sentido del mundo en una comunidad de hombres, en prácticas e ideales compartidos en común. La libertad entendida como espontaneidad e iniciativa, es el alma de la cultura.

Ontológicamente se habla de naturaleza y cultura como distinción entre dos aspectos del ser humano, el natural y el cultural, esa diferencia supone un continuo metodológico.

Para el hombre la cultura consiste en poseer un lenguaje, para la comunicación, usar instrumentos y organizarse socialmente.

En la concepción de Foucault en “Cultura de una Sociedad”… “las prácticas sociales llegan a engendrar dominios del saber que no solo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y técnicas, sino que hacen nacer además, formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento”.

En “La verdad y las formas jurídicas” sostiene que se ha formado en el siglo XX ,un cierto saber del hombre, de la individualidad, del individuo normal o anormal, dentro o fuera de la regla: "Saber que nació de las prácticas sociales de control y vigilancia…”

“Aun en las ciencias encontramos modelos de verdad cuya formación es el producto de las estructuras políticas que no se imponen desde el exterior al sujeto del conocimiento, sino que son ellas mismas, constitutivas de éste”.

Sin el abordaje de este problema - que el fenómeno de la violencia del hombre actual es constitutivo del sujeto, que el hombre lo lleva encima, como elemento de su personalidad - es imposible entender y solucionar el ejercicio de toda violencia.

Pero, ¿cómo se constituye el sujeto?

En la concepción freudiana, no hay posibilidad de encontrar un orden de la naturaleza anterior al lenguaje.

Esa sujeción al orden simbólico, Freud la considera como la consecuencia de la indiferenciación biológica, del estado de inermidad en que nace el ser humano, totalmente a expensas del cuidado del otro.

A expensas de que el otro experimentado le procure una acción específica, que él no está en condiciones de procurarse, con la que enfrentar exigencias endógenas.

Esa es la estructura con la que se encuentra de entrada el ser humano cuando nace, y es en relación a esa estructura que va a ubicarse allí un sujeto.

El cuerpo del cachorro humano que acaba de nacer, entra en la serie de cuidados maternos que son otras tantas maneras que tiene ese otro experimentado de descifrar, de hacer símbolo, de traducir en pedido lo que no podía ya ser nunca una excitación endógena.

El hombre se constituye en la alteridad, desde su nacimiento, es hombre en tanto y en cuanto al otro. En cuanto otro lo constituye, en lo más íntimo y profundo de su ser.

Y esa constitución por el otro, es el orden, es el modelo de su estructura, desde sí y hacia el mundo.

Y la violencia se genera, cuándo se pierde el orden interior, cuando el ser se desarmoniza, cuando no sabe controlarse a sí mismo, y quiere controlar la voluntad del otro de acuerdo a su deseo o a su capricho.

El símbolo perfecto de esa interacción y de esa alteridad, es el lenguaje. El lenguaje común.

El desorden, la falta de armonía, se expresa, se manifiesta en el lenguaje, y “cuando la lengua se corrompe", el pueblo pierde la fe en lo que oye y eso conduce a la violencia... (W.H. Auden)

Autor: Elías D. Galati

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