Desde
hace tiempo, después de un viaje a Europa y en especial a España - con mis
muletas a cuestas-, las que me dan más libertad de movimiento que la pierna
ortopédica, elegí íntimamente viajar a Santiago de Compostela.
Durante
el periplo al viejo continente me acompañaron mi mujer y mis amigos de
aventuras.
Tuvimos
el privilegio y honor de conocer a Jesús Bujalance a través de las anécdotas de
una íntima amiga sobre la vida de este gran ser humano.
Este
señor con mayúscula, enamorado de la vida y de Tata Dios nos concedió
una hospitalidad inigualable.
Una
Acogida propia de un ser especial el que nos hizo conocer lugares
Las
tertulias con nuestro anfitrión siempre quedaran grabadas en nuestros
corazones.
Su
afabilidad y cortesía tiene una relación intrínseca con su nombre y con el tema
providencial que salió de manera impensada.
El
camino a Santiago de Compostela.
Nos
relataba nuestro afable y gallardo Jesús que realizó el peregrinaje desde su
Andalucía hacia las tierras de Galicia en varias oportunidades.
Sus sucesos y
narraciones daban paso a que su ser se transformara en una algarabía de
anécdotas sobre la solidaridad, la hospitalidad y el misterio del camino.
Él
contaba con especial sentimiento los recuerdos de su entonces compañero de
travesía.
Un
muchachito hijo de familia tucumana, gran amigo nuestro y de mi hijo Sebastián.
Nos
relataba como el camino puede convertirse para el peregrino en un cambio con
distintas facetas.
Algunos
pueden entregarse para conseguir metas insospechadas pero su secreto también
podía alejarlo.
Siempre esta
Tata Dios con sus manos abiertas delineando nuestros destinos.
Con
el tiempo a Jesús lo co- adoptamos y su nombre no deja de tener la trascendencia
de los elegidos.
Nos
visitó en varias oportunidades conociendo los rincones de nuestro Jardín de la
República y la de provincias vecinas.
Siempre
encantador, con una sonrisa permanente y una simpatía que transporta.
Tenía
a su cargo el mandato de hacerse cargo de una iglesia milenaria en su pueblo y
en cada ocasión que podía nos traía regalos y recuerdos que después en el
anonimato repartía a los vecinos de una estancia de sus protectores y mejores
amigos en Jujuy.
En
su último viaje en Semana Santa lo despedimos sabiendo que estaba destinado por
la mano de Dios a guiar con su simpleza y sabiduría a quienes menos tienen.
Como
no quedar prisionero del destino.
El
camino con este hombre sabio era una realidad.
Nos
contaba que su primera caminata la practicó cuando tenía 60 años de edad y que
sus vivencias con la naturaleza, el ambiente y los peregrinos lo acercaron
definitivamente a Dios.
La
Fe, la voluntad y solidaridad nos enfatizaba se encuentra vivo en todo el
camino, unido a la esperanza de alcanzar la meta.
Me
atrevo a publicar mis primeras líneas antes de llegar a mi primer destino
Madrid y después León, porque siento la
necesidad de hacer conocer que con energía espiritual todo se puede.
Hace
unos días escribí a través de las redes sociales sobre mi convicción de
realizar la travesía con mis compañeras de casi toda una vida – las muletas – y
con privilegio de que me encuentro - pese a mis primeros 60 años - en óptimas
condiciones físicas para caminar más de 300 km desde León.
Jesús
conociendo mis sentimientos en un emotivo y afectivo mensaje luego de dejarme
su gallardete – la camisa o remera con los lugares por donde atravesó el camino
en tantas oportunidades me hablo de la ilusión.
La
fuerza, la esperanza y la Fe.
De
que a pesar de no tener una pierna siempre, con voluntad, perseverancia y fe
llegare al Obradoiro (la plaza de la Catedral de Santiago) y juntos Dios
mediante, besaremos el suelo dando gracias al señor por tantas bendiciones y
con la promesa cumplida.
La
camisa cuya copropiedad hoy detento es sinónimo de una historia de sacrificios
y fuerza espiritual, la que sin lugar a duda quedara enmarcada en nuestro
recuerdo.
Como
dice Jesús.
“…La
remera estará estampada además de los lugares señalados con el símbolo de la
peregrina andaluza, el bordón castellano y el corazón del peregrino
argentino…”.
Es
esta.
Mi
primera narración sobre el Camino que no es sino LA MANO DE DIOS, viene a
fortalecer y revalidar lo que vengo sosteniendo desde hace décadas.
No existe la
discapacidad.
Capacidad es la
potencia, son las fuerzas, con que Dios nos dotó para vivir plenamente nuestra
vida.
El
hombre nace y es siempre entero, completo, capaz, porque es hecho a imagen y
semejanza de Dios.
Si
estamos vivos es para vivir del todo, con todo.
Se
puede decir y no le ténganos miedo a las palabras que somos rengos, ciegos,
mudos, paralíticos, que tenemos uno o varios problemas físicos y psíquicos,
pero que no somos capaces eso sí que no.
Podemos tener
enormes dificultades,
pero todos sabemos que algo maravilloso, misterioso e innegable, yo diría que la MANO DE DIOS, nos ayuda a pelear, a
vencer, a no flaquear.
No
te sientas vencido ni aún vencido, dice el poeta y tiene razón.
El
orgullo o la dignidad de ser personas, hace que antes que aceptar una expresión
de lástima, seamos capaces de mordernos y no pedir ayuda.
La
mano del piadoso nos quita siempre honor dice Machado y lo comprendo.
Cada
uno de nosotros tiene una historia diferente en el que el factor común es el
esfuerzo y la fe.
La
voluntad esa facultad humana por excelencia debe ser nuestra aliada, nuestro
sostén permanente.
Con voluntad
suplimos todas nuestras dificultades y siempre está allí Tata Dios que nos
manda un cable.
La
voluntad, voluntad para resistir para emprender, para no cejar.
Voluntad
y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo, contra todo, podemos.
Arriba
los corazones, siempre más allá, si Dios nos tocó es por algo, quiere mucho más
de nosotros, no nos quedemos jamás en la mediocridad.
Un
chico, una mujer, un hombre con problemas son ante todo y sobre todos
"hombres, seres humanos con problemas”.
No
debemos perder de vista esa dignidad, esa corona, ese soplo de ser hecho a
imagen y semejanza de Dios.
Hasta
Santiago de Compostela…
Muchas
gracias.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com
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