"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 13 de marzo de 2009

Al borde de un ataque de nervios...

Por Martin Pitton / viernes 13 de marzo de 2009


La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner oficializó que enviará al Congreso un proyecto de ley para adelantar las elecciones al próximo 28 de junio. La Presidenta se escudó en la crisis financiera internacional para argumentar la decisión: "He decidido enviar este lunes un proyecto para convocar a elecciones el 28 de junio para todos los argentinos". Además, agregó: "No reniego de la contienda electoral. Pero lo cierto es que los argentinos no podemos tener una serie de elecciones de acá a octubre, teniendo en cuenta la crisis. Sería casi suicida embarcar a la sociedad en una discusión permanente de acá octubre".

En una expresión muy poco feliz la Presidenta habló de superar “el escollo electoral” para atender las necesidades que requiere la crisis, que contrariamente a los pronósticos de CFK es más grave de lo que ella pensaba. Ningún país en el mundo cambió su calendario electoral por la crisis, por eso la razón esgrimida por la mandataria suena más a excusa -debido a las debilidades de su gobierno y del espacio político que lidera su marido- que a cuestiones de estado. Es muy preocupante que Cristina Kirchner se refiera a las elecciones como un “escollo”, un término que según la Academia Real Española se define como peligro, obstáculo y dificultad. Es vergonzoso que la Presidenta piense que una campaña electoral, donde se debe debatir el futuro de un país, sea un obstáculo para resolver los problemas de ese. Es cierto que es vergonzoso y preocupante pero es coherente con la manera de actuar del kirchnerismo, escapar al debate, fracturar y estar en permanente estado de guerra buscando enemigos y oscuras conspiraciones que muchas veces parecen ser producto de la imaginación del matrimonio gobernante más que un dato de la realidad.

Hoy la Presidenta reveló que las elecciones se habían convertido en un “escollo” y no mintió. La crisis internacional sólo es una excusa para disimular la debilidad del gobierno. En la última semana Néstor Kirchner tuvo dos datos que lo pusieron más nervioso que de costumbre: su derrota en Catamarca y la decisión de Mauricio Macri de convocar las elecciones locales justamente el 28 de junio. De esa manera, el kirchnerismo debería padecer dos derrotas antes de octubre. La catamarqueña –el verdadero disparador- y la de la Ciudad de Buenos Aires, donde las fichas están puestas en el PRO y en la Coalición Cívica, y en el mejor de los casos terminar tercero. No cabe duda que el kirchnerismo entraba en una posición más que débil en el “escollo” electoral.

Por otra parte, Kirchner sabe perfectamente que en octubre los rigores de la crisis interna y externa complicarían aún más las posibilidades de los candidatos del Frente para la Victoria. A ello se suma que la debilidad del oficialismo en el Congreso debido a las deserciones producidas en diputados y senadores, donde la grieta que abrió Carlos Reutemann cuando se fue del bloque se profundiza. Además, corren de la agenda la crisis del campo.

La decisión de adelantar las elecciones muestra al gobierno en su punto mayor debilidad, y por eso Néstor Kirchner una vez más cambia pretende cambiar las reglas de juego. El kirchnerismo tiene que mandar el proyecto al Congreso donde va a entrar por la Cámara de Diputados, y tiene que estar aprobado por ambas cámaras antes del 28 de marzo; si se quiere cumplir con los plazos electorales que prescriben que la convocatoria debe hacerse 90 días antes del comicio. Pero si este plan A fracasa, el oficialismo estaría dispuesto también a modificar los plazos establecidos por el Código Electoral. Sí, Kirchner decidió jugar a todo o nada y tratar de impedir que el gobierno de su mujer se desangre hasta octubre. Algo que muestra que el ex presidente cree que la situación política y social empeorará para octubre.

Una vez más Néstor Kirchner le cambió el paso a la oposición. El adelantamiento de las elecciones es un verdadero tsunami para los opositores, que deberán acelerar el ritmo y actuar de manera coordinada si quieren hacer naufragar la iniciativa. Los acuerdos entre las dos principales alianzas que se han formado dentro del arco opositor -la Coalición Cívica, UCR y Socialismo y Peronismo disidente con el PRO- estaban avanzaban pero no terminadas.

El presidente del radicalismo Gerardo Morales estuvo rápido de reflejos y junto con sus aliados de la Coalición Cívica salió a rechazar el adelantamiento de las elecciones en duros términos. A su juicio, el proyecto del gobierno demuestra que el "matrimonio Kirchner está loco", y adelantó que desde el espacio político que integra hará "todo lo posible para impedir" que la iniciativa sea aprobada en el Congreso nacional. "La verdad es que son unos vivos y no se gobierna un país con viveza criolla ni tomando atajos o cambiando reglas. El Gobierno sale corriendo asustado después del resultado de Catamarca".

El eje Macri - De Narváez – Solá no fue tan contundente. Solá y De Narváez habían tratado de convencer al Jefe de Gobierno de unificar las elecciones en ambos distritos, para que desde la Ciudad se traccionaran votos en la provincia. Francisco De Narváez directamente apoyó la iniciativa, y Mauricio Macri fue muy sinuoso cuando se le pidió una definición sobre la actitud que tomaría su partido. Macri aclaró que si le daban a "elegir, nos quedábamos con lo de ayer. Pero si la Presidente dice que esto ayudará ante la crisis... bueno, nos hace reflexionar". El presidente del bloque del PRO, Federico Pinedo, habló en el mismo sentido que su jefe político. Así, todo parece indicar que el macrismo va apoyar la iniciativa del gobierno, con lo que en Diputados la iniciativa podría pasar sin problemas. ¿No se cansaron de repetir que eran la nueva política?

Una vez más la Argentina demuestra que es un país imprevisible y poco confiable.

Un país donde las reglas se moldean a gusto del poder de turno, donde no importa violentar las instituciones cuando de lo que se trata es solo de no perder poder. El kirchnerismo está desesperado y se siente sitiado por la crisis del campo, que cada día que pasa se agrava y porque se dio cuenta que ya la época de las vacas gordas terminó y a los Kirchner les cuesta gobernar sin el auxilio de una billetera llena.

Néstor Kirchner una vez más decidió cambiar las reglas de juego y deteriorar más aun la precaria institucionalidad de la Argentina, donde ayer renunció el fiscal Manuel Garrido diciendo que la corrupción no tiene límites.

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La familia Imperial KK se ha acostumbrado a comer "corderitos" en Santa Cruz y se han creido que la ciudadanía se les asemeja...
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¿Se lo vamos a permitir?

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