"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 11 de junio de 2009

Los riesgos de la devolución del TARP

Las historias financieras más importantes y cómo beneficiarse con ellas-->

¿Por qué tienen tanto interés las entidades bancarias estadounidenses auxiliadas por el gobierno estadounidense en devolver lo recibido?
¿Por qué no tiene interés el Tesoro de los EEUU en que lo hagan?

Las entidades bancarias presionaban, y el Departamento del Tesoro con Timothy Geithner a la cabeza, no tuvo demasiadas alternativas.
El Departamento del Tesoro acaba de autorizar a diez de las mayores entidades bancarias del país a devolver un US$ 68.000 millones en fondos federales del rescate realizado hace tan solamente ocho meses atrás.

——————– Adelanto Especial LATINFORME ———————

***¿Dónde está China invirtiendo su dinero ahora?
En una alianza estratégica con una empresa sudamericana que les reportará a ambos fuertes ventajas a corto, mediano y largo plazo.

¿Cuál es esa empresa?
Ya pronto se lo revelaremos.
Esté atento a los próximos avances en LATINFORME DIARIO, donde detallaremos la próxima oferta lanzamiento del reporte en que anunciaremos el nombre de esta empresa y otras que se beneficiarán con el gigante asiático. Pero no son promesas chinas ni argentinas. Esta alianza ya está en marcha y esta empresa ha encontrado justo lo que estaba necesitando para impulsar fuertemente su producción. Hay que invertir ya en esta compañía antes de que la noticia sea ampliamente conocida.***
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No es que estas entidades devolverán dicho dinero por respeto a los contribuyentes que son los que en definitiva lo han aportado.
El rescate tenía su costo para los bancos (incluso, el costo de estar marcados por la ayuda misma). Costo demasiado elevado y que no representaba un negocio para los mismos.
A pesar de que en su momento, estos fondos resultaron de gran ayuda, y es por ello que las entidades lo recibieron de buena manera, esta ayuda imponía una serie de limitaciones que no eran del agrado tales como limitaciones en los mecanismos de compensación a los ejecutivos bancarios (que les dificulta el mantener los talentos), la contratación de empleados extranjeros y los límites en determinados gastos.

Como venimos hablando desde hace varios días, los mercados están percibiendo el final de la crisis financiera internacional y no son pocos los movimientos estratégicos que estamos observando para lograr aprovechar plenamente los beneficios de la recuperación y reposicionarse en el mercado.

Los US$ 68.000 millones son una porción del total de ayuda brindada al sector por parte del gobierno estadounidense en el marco del Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP por sus siglas en inglés)
Según Europa Press, más de 600 bancos de los EEUU participaron en el programa, recibiendo del gobierno US$ 199.000 millones.

Vale mencionar aquí que 22 de las más pequeñas entidades ya han devuelto los fondos recibidos en su momento, aunque ello no haya sido difundido.
Las entidades bancarias buscan deshacerse cuanto antes de este “salvavidas” que al mismo tiempo se transforma en un obstáculo para aprovechar las oportunidades que la recuperación económica ofrece.
Francesco Guerrera y Greg Farrell hacen un interesante análisis para El Cronista en donde plantean: “En lo que respecta a la ayuda del gobierno, estar entre los bancos que ya no cuentan con esa ayuda -un grupo que incluye a JPMorgan Chase (NYSE:JPM), Goldman Sachs (NYSE:GS) y Morgan Stanley (NYSE:MS) - representará una ventaja significativa en relación a las entidades que siguen manteniendo esos fondos, como Citigroup (NYSE:C) y Bank of America (NYSE:BAC)”

Si lo que pretendían las entidades bancarias con esta movida era el reconocimiento del mercado, no fue eso lo que lograron. Ayer las acciones de Goldman Sachs perdieron un 1,76%, las de JPMorgan Chase, perdieron un 1,19% y las de Morgan Stanley cayeron un 1,72%, todas alcanzando su menor nivel en la semana.
Parece que la primera reacción del mercado es castigar a estas entidades por la toma de un riesgo innecesario que limita su capacidad de crecimiento en lo inmediato.
La pregunta que cabe hacernos aquí es si esta diferenciación es positiva o no.

Generalmente los reguladores hacen sus mayores esfuerzos por lograr que se haga evidente la diferencia existente entre entidades buenas y malas.
Ello incentiva a las no tan buenas a esforzarse por mejorar.
Sin embargo, en este caso no parece ser este tipo de diferenciación que se pretende, un resultado buscado.
Que exista una peligrosa diferenciación entre entidades es algo que no resulta del agrado para el gobierno y es por ello que en un principio se quería evitar.
El gobierno sabe que se corre el riesgo adicional de afectar negativamente a las entidades que mantienen la ayuda del gobierno.
El mercado podría interpretar que la situación de estas entidades implica problemas adicionales que les impide imitar una acción liberadora de la mirada controladora del Tesoro estadounidense.

Probablemente, la supuesta discriminación entre “entidades buenas” y “entidades no tan buenas”, que derivaría de esta devolución anticipada, no sería el único elemento negativo que tendría.
Cuando aún la economía estadounidense se encuentra en crisis, las entidades (en gran parte responsables de la misma), aún se encuentran afectadas, y no observan suficiente solidez.
La decisión que han tomado es más bien una decisión de riesgo que las entidades se animan a asumir.
Seguramente me dirán que la toma de riesgos está en la esencia del negocio bancario, aunque en estos tiempos ello podría llevarlos a una situación de crisis si el escenario económico se agrava, que socavaría lo que les queda de prestigio.

Para Kevin Petrasic, un abogado de la firma legal Paul Hastings: “Devolver fondos del TARP es una importante ventaja competitiva.
El mercado tomará en cuenta la diferencia entre los que pagan y los que no pagan, y considerará que estos últimos tendrán una obligación de gratitud hacia el gobierno”

Mi reflexión, como les comentara anteriormente es que el problema que puede surgir se vincula a que el mercado puede castigar aún más a las entidades que no han tomado la decisión (o no se les ha permitido), de devolución anticipada de la ayuda, poniéndolas en serios problemas (mayores a los que ya tienen) aumentando el riesgo de caída de las mismas, pero además también, el riesgo sistémico.
Barack Obama, si bien aplaudió la decisión de estas entidades, por debajo les envió un mensaje de advertencia: “Esta no es una señal de que nuestros problemas han terminado, estamos lejos de eso”.
Obama está preocupado por la libertad que lograrán estas entidades y es por ello que, según El Economista de México, tiene pensado en la próxima semana lanzar un nuevo modelo de regulación financiera con miras a frenar la excesiva toma de riesgos en Wall Street.
Esta decisión de devolución anticipada, no solamente le cayó mal al gobierno estadounidense, sino también a algunas bolsas que interpretaron que ello limitará los préstamos otorgados por estas entidades al tener menores fondos disponibles.
Probablemente éste no sea el plan organizado por dichas entidades que esperarán en un tiempo cercano que el mercado las premie y les otorgue fondos suficientes para poder expandir sus negocios y su volumen de intermediación, para de este modo, recuperar la porción del mercado resignada durante la crisis.

Más allá del objetivo perseguido por los bancos, la devolución anticipada de la ayuda oficial no ha sido tomada de buena manera e incluso ha aportado a la incertidumbre del contexto, al menos en el corto plazo, ante las sospechas de fragilidad de las mismas.

¿Tendría que haberles prohibido el Tesoro estadounidense dicha devolución?

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