Queridos amigos:
Pensar la Argentina como proyecto de futuro es un ejercicio fascinante, inusual y complejo.
Es difícil encontrar una gran idea fuerza capaz de alcanzar el consenso de toda una sociedad pero eso debería ser un incentivo más que un obstáculo.
Nuestra propuesta es pensar una Argentina de la que nos sintamos orgullosos y eso implicará para cada habitante, ciudadano o sector social dotar a la nación, con su esfuerzo, de las virtudes de orden superior con las que se sienta más identificado.
Hacerla justa, solidaria, pujante, líder, segura, competitiva, conservadora o progresista según quien opine.
No es fácil hacer coincidir las visiones y los sueños.
Habrá sin dudas grandes diferencias.
Pero seguro que pocos querrían habitar un país mendicante, lloroso y atrasado, cuya voz se haga oír sólo para liderar protestas y reclamos, expresando en cada foro el resentimiento de un fracaso que no se corresponde con su tradición, con su historia, ni con las enormes posibilidades que ofrecen los recursos humanos y materiales contenidos dentro de sus límites fronterizos.
Estas reflexiones vienen a la mente luego de cada participación de nuestra presidente en los foros internacionales.
Esta semana el escenario fue el MERCOSUR y el reclamo de turno fue para que los laboratorios que desarrollen la vacuna contra la gripe A, cedan sus patentes sin costo.
Pero las patentes representan el valor de la creación humana.
Detrás de cada una hay innumerables horas de esfuerzo y trabajo científico y enormes costos materiales.
Son la base y el sustento de la economía del conocimiento y sin ellas desaparecería el incentivo para el desarrollo de los nuevos productos e invenciones.
Lo que Argentina debería proponer es un esfuerzo regional para ponerse a la cabeza de la fabricación de las vacunas o sea liderar el proceso de desarrollo y no el reclamo de la gratuidad.
Que otro lo haga y después me lo regale, es pretender llevar al plano internacional la filosofía de los planes sociales, de la bolsa de comida, del progreso siempre postergado.
La filosofía de la queja del subdesarrollado al pudiente, del mendigo internacional que hoy pide una vacuna que no quiere comprar o un préstamo que no está dispuesto a honrar.
Seamos sinceros, en nuestro querido país no falta capacidad científica ni tecnológica para desarrollar una vacuna.
Lo que falta es la visión estratégica para destinar recursos a la investigación y la creación, porque siempre hay una prioridad política o una corrupción galopante que distrae los fondos para destinarlos a obras de campaña o a dar subsidios a empresas inviables.
Cada sociedad determina sus prioridades y elige su destino pero luego no es legítimo ponerse a la cabeza de los reclamos y tomar el papel de víctima infortunada.
En síntesis, queremos para Argentina el rol de líder del desarrollo regional y no del llanto y el reclamo.
El resto del esfuerzo de nuestra diplomacia se agotó en las actitudes cada vez más duras y menos ecuánimes ante el conflicto hondureño, en explicar las medidas proteccionistas con nuestros propios socios del MERCOSUR y en justificar las llegadas tarde de la señora presidente repartiendo culpas entre funcionarios y acusaciones de “misoginia”.
Cuesta determinar qué afecta más a nuestra imagen internacional, si las ausencias que caracterizaban al ex presidente Néstor Kirchner o los contenidos y las impuntualidades de las intervenciones de la presidente Cristina Fernández.
En todo caso estos últimos seis años no serán recordados entre las épocas doradas de nuestra diplomacia.
En el plano interior las cosas no se ven mucho mejor.
Los tres pilares del pode concentrado a saber, el manejo de la información a través del INDEC, la influencia sobre la justicia que permite el Consejo de la Magistratura y el control de los Gobernadores e Intendentes repartiendo los fondos públicos por afuera de la coparticipación, son intocables para el esquema de poder y todo lo que haga y diga el gobierno al respecto apunta a conservar el estado actual de las cosas y a dilatar cualquier resolución.
Los cambios en estas materias sólo se producirán por imposición del Congreso o de la Justicia.
Es decir que el oficialismo no cederá un ápice del poder que no le sea arrancado por un poder superior.
Es la dura lógica del todo o nada que nos ha llevado a tener que recomenzar de cero luego de cada recambio presidencial desde que retornó la democracia.
Un último comentario merece la increíble capacidad de metamorfosis del Gobernador Daniel Scioli...
De pronto toma las banderas que siempre defendimos en soledad y que ahora comparte toda la oposición, respecto de la necesidad de pelear por una justa coparticipación para la Provincia de Buenos Aires y de asumir la defensa de los productores agrícolas y ganaderos en sus justos reclamos.
Hasta el 28 de Junio fue un defensor fundamentalista de las políticas oficiales que lo llevaron al extremo de ser el único gobernador candidato testimonial a diputado nacional.
Hoy declara a la prensa: “Vuelvo a ser el Daniel Scioli con la impronta de siempre”, admitiendo explícitamente que hay, al menos, más de un Scioli.
Es deseable que esta versión del Gobernador dure algo más que otros rasgos de independencia que terminaron abruptamente ante un reto de sus jefes.
Es ineludible que se dude de la sinceridad de un cambio tan súbito y profundo pero lo más grave sería que su duración fuera efímera porque ello afectaría aun más su deteriorada imagen y su investidura como gobernante provincial.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 4 meses
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