Monseñor Carmelo Giaquinta
Si bien el cristiano es miembro de la sociedad civil y por ello debe respeto a su autoridad, debe “resistir firme y democráticamente a la autoridad civil cuando ésta se extralimita en su misión y, en vez de defender el bien común, lo pervierte o hiere gravemente”, dijo en su reflexión semanal monseñor Carmelo Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia.
“Al lado de las verdades de la encarnación del Verbo de Dios y de su muerte y resurrección, la Vuelta del Señor juega como parienta pobre"
Conviene prestar atención a esta situación, pues si se debilita la fe en la Vuelta de Cristo, se debilita simultáneamente la fe en su encarnación y en su resurrección.
Y con ello, se frena la evangelización”, dijo en su reflexión semanal monseñor Carmelo Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, quien aclaró que “el tiempo de Adviento no es sólo de preparación a celebrar la primera Venida del Salvador” sino que es también “un tiempo destinado a reavivar la fe y el amor a Cristo que vuelve glorioso.
Si no hubiese Segunda Venida -afirmó-, la primera valdría de poco. Sería, a lo sumo, el aniversario de un ser famoso de la antigüedad”.
Ante su Segunda Venida Jesús nos exhorta a “vivir con sensatez”, pero “palpamos a diario expresiones preocupantes de insensatez, en especial en personas constituidas en autoridad, que deberían ser la expresión acabada de la sabiduría práctica que procura el bien común”, advirtió el prelado en alusión a “las actitudes frente al matrimonio gay que se ventila en estos días”, en especial, a la intervención de una jueza que declaró inconstitucional dos artículos del Código civil que prohíbían este tipo de uniones, y también al “laissez faire” del jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, que decide no apelar el fallo.
En ese sentido, recordó que “el cristiano, además de miembro de la Iglesia, lo es también de la sociedad civil. Por ello debe respeto a su autoridad y ha de orar por ella, pues creemos que la autoridad viene de Dios”, pero aclaró que “en virtud del mismo principio, ha de resistir firme y democráticamente a la autoridad civil cuando ésta se extralimita en su misión y, en vez de defender el bien común, lo pervierte o hiere gravemente”.
“Nuestra catequesis social enfatizó en demasía el primer aspecto: el respeto a la autoridad. Y muchas veces olvidó el segundo: la resistencia democrática ante sus desbordes. De allí que el cristiano no siempre juegue su papel como ciudadano, y se queda esperando a que opine el pastor sobre los problemas sociales más variados. Si queremos tener una Patria fraterna, es preciso que el cristiano crezca como ciudadano”, concluyó
Boletín Info-RIES nº 1102
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Hace 1 mes
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