Nota de la Editora: Es una buena noticia, pero preocupante también, el que la Argentina regrese al mercado internacional de deuda.
El gobierno, obligado por su escasez de recursos debe recurrir a la apertura del canje a hold outs para pagar la deuda pendiente a los tenedores de bonos, debe dar marcha atrás, y deberá de aceptar la revisión de cuentas por el FMI, algo absolutamente resistido por el matrimonio gobernante Kirchner.
Lo triste es que lo que surja de esa revisión, se mantendrá “en secreto” para la prensa y el público.
La respuesta a eso, se llama “INDEC”
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“La presidenta ha tomado la decisión de enviar un proyecto de ley que significa la suspensión temporal del cerrojo”, Amado Boudou, ministro de Economía de Argentina. El país se lanzará a intentar canjear los US$ 20.000 millones en títulos públicos en default que aún se encuentran en manos de los bonistas.
El viernes pasado, el ministro de Economía argentino, Amado Boudou, anunciaba la reapertura del canje de la deuda en default y con ello, la intención del país de volver a abrirse al mundo. Este abrirse al mundo que pretende el país, no será gratis, sino deberá satisfacer las condiciones que los mercados le impongan.
Argentina ha dado el primer paso para distender a la economía, de las múltiples tensiones a las que está expuesta. El cambio de humor en los mercados externos y las expectativas de recuperación económica han generado el contexto adecuado para que, sumado a la necesidad de recursos que tiene el gobierno nacional, se tome una decisión que bien puede catalogarse de trascendental para el futuro del país.
La raza de economistas argentinos, ha recibido de buena manera el anuncio de la reapertura del canje. Orlando Ferreres festejaba el anuncio diciendo: “Este anuncio ha generado muy buena repercusión porque hace años que está esperando la reapertura del canje de la deuda por parte de la Argentina”.
En medio de tanto optimismo, el ex ministro de Economía en la primera parte de la gestión de Néstor Kirchner en la presidencia nacional, Roberto Lavagna, mantenía sus reparos y no podía ocultar sus temores: “Ahora van a volver los bancos y nos van ofrecer que el país emita nuevos títulos de deuda. Si vamos a volver a endeudarnos, mi juicio va a ser más negativo”. Probablemente algo tenga de razón lo planteado por Lavagna, después de todo, ése es el objetivo planteado por el gobierno para decidirse a actuar.
El periodista Oliver Balch escribía para el Financial Times desde Buenos Aires, resaltando el apuro del ministro de economía argentino por acelerar las negociaciones con el objetivo de aprovechar las condiciones de mercado que se muestran propicias para la operación.
Desde el mercado ya se anticipa el éxito del nuevo canje. En cierta medida, según plantea Leandro Gabin en El Cronista, el éxito ya viene asegurado por el monto garantizado a través de las entidades organizadoras del nuevo canje (monto que podría alcanzar hasta los US$ 10.000 millones).
El núcleo duro de romper en el canje serán los US$ 3.000 millones que están en manos de los fondos buitres, lo que sumado al residual que habitualmente no se presenta al canje, la propuesta tendría un piso de rechazo de US$ 4.000 millones.
“Con más de US$ 45.000 millones de dólares en reservas, el país no tiene derecho para esperar ningún perdón. La oferta fallará”, consideraban desde NML Capital Ltd. Claro está que a pesar de las quejas, los fondos buitres no mencionan que en su momento adquirieron los títulos de deuda argentina a precio de remate especulando con litigar en la corte de Nueva York para lograr maximizar el resultado de “la apuesta”.
Con estos números, el canje de la deuda lograría recomponer la situación de entre US$ 10.000 millones y US$ 16.000 millones. Que el resultado final se de termine más cercano a alguno de estos dos extremos, dependerá de las condiciones de la propuesta que realice el gobierno argentino. Para el gobierno, un buen resultado sería lograr canjear US$ 12.000 millones de la deuda en default.
El ambiente económico renueva sus esperanzas sobre el futuro de la economía argentina. Pero no solamente la decisión ha sido celebrada por los economistas argentinos. También fue bien recibida en el ambiente internacional.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de Nicolás Eyzaguirre, responsable del FMI para la región, le decía a unos periodistas en San Pablo: “Lo vemos como muy positivo y es un paso inevitable para normalizar el acceso a los mercados”.
Existe confianza en que el gobierno argentino se acercará nuevamente al FMI y le permitirá la revisión de sus cuentas en los términos del Artículo IV del organismo, máxime considerando que Argentina podrá guardar en secreto la revisión económica del FMI, en lo que se puede considerar como una solución de segundo mejor. “Entendemos que es una situación delicada, así que no hay ninguna necesidad de que la gente que vaya allí se reúna con la prensa, en absoluto” decía Eyzaguirre en relación a este tema.
Incluso hasta una calificadora de riesgo anunció que revisará la calificación de la deuda argentina. La revisión de la calificación crediticia de los títulos de deuda argentina, está en el foco de atención de la calificadora Fitch Ratings.
Casey Reckman, Directora asociada para América Latina de Fitch Ratings lo reconocía: “Fitch monitoreará el progreso de este canje de deuda dado que un resultado exitoso tendría el potencial de generar que se remueva la calificación de emisor de largo plazo en moneda extranjera de Default Restringido (DR)”.
Lo anunciado por Fitch aventura el cambio de contexto que experimentaría Argentina. Javier Blanco en La Nación anticipaba que el riesgo país podría experimentar una caída de entre 200 y 300 puntos básicos en sólo unas semanas en tanto y en cuanto el Gobierno muestre avances en el plan de regularización de la situación de la deuda en default. Esta situación se produciría por la relajación de riesgos que la reconciliación de Argentina con los mercados le traería aparejada.
Sin dudas el cambio vertiginoso del contexto no deja de sorprender. Cuando hasta hace poco veíamos una gran tormenta en el horizonte económico de Argentina, hoy todas las señales indican que los mercados quieren darle una nueva oportunidad al país.
Nos encontraremos nuevamente mañana,
Horacio Pozzo
Boletín Info-RIES nº 1111
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Hace 1 mes
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