"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 12 de febrero de 2010

Führer Befehl

Führer Befehl

En América Latina vemos cómo hay presidentes cuyas órdenes, por arbitrarias e inconstitucionales que sean, tienen fuerza de ley. Nos viene a la mente la canción colombiana de la vaca lechera, cuando dice “se pasea por el prado, mata moscas con el rabo…”.

Por Juan B. Poquelin

Führer Befehl, en alemán, quiere decir “orden del Führer”, y en la Alemania nazi las órdenes del Führer tenían fuerza de ley. La justificación de tal arbitrariedad venía ya desde el emperador Justiniano quien, en el Digesto decía “quod principi placuit legis habet vigorem”[1], en español “lo que le place al príncipe tiene fuerza de ley”. El Führer también estaba convencido de que era “la voz del pueblo” y por eso, cuando daba una orden se inspiraba en la máxima romana “vox populi suprema lex esto” o “la voz del pueblo debe ser ley suprema”.

En América Latina vemos cómo hay presidentes cuyas órdenes, por arbitrarias e inconstitucionales que sean, tienen fuerza de ley. Nos viene a la mente la canción colombiana de la vaca lechera, cuando dice “se pasea por el prado, mata moscas con el rabo…”. Así vemos cómo un presidente se mueve por una plaza y, cual vaca que menea el rabo, con una señal de la mano da una orden, tal como si estuviera matando moscas: “ordeno que se expropien ese y ese otro edificio”. Se observa al alcalde que, como bachiller Mujiquita o como robot de los tiempos modernos, de inmediato toma nota y en la noche misma dicta un decreto para expropiar un edificio que manda a tomar con la fuerza pública al día siguiente, sacando a la calle a centenares de modestos trabajadores que tienen pequeños talleres de orfebrería en un edificio propiedad de una fundación universitaria, y que distan mucho de ser millonarios imperialistas pitiyanquis.

Hay una diferencia, sin embargo, entre las órdenes del aprendiz de dictador caribeño y las que dictaba Hitler: muchas de las órdenes de éste eran secretas mientras que su émulo las anuncia públicamente sin recato alguno, a pesar de lo monstruosas e ilegales que puedan ser.

Una de las órdenes secretas del Führer fué resultado de la conferencia de Wahnsee: el exterminio de los judíos. El Presidente caribeño nunca ordenaría un exterminio parecido, aunque uno se pregunta si en el fondo no tendría ganas de ordenar algo semejante cuando dijo “a los adecos los freiremos en aceite” o “a los estudiantes échenles gas del bueno”.

Para desgracia, así como en la Alemania nazi no había cómo oponerse a las órdenes del Führer, en la Venezuela del socialismo del siglo 21 ya no puede haber oposición a las órdenes del comandante por vías legales, ya que los tribunales acatan sus órdenes sin chistar y los parlamentarios, como focas que obedecen al domador, las aplauden.

[1] El texto del Digesto dice; “ Quod principi placuit legis habet vigorem; utpote cum lege regia, quae de imperio ejus lata est, populus ei et in eum omne suum imperium et potestatem conferat” lo que quiere decir: “ Una decisión del emperador tiene fuerza de ley ya que, por la ley regia que se ha adoptado respecto de su autoridad, el pueblo le ha conferido toda su soberanía y su poder, Dig. 1.4.1 Analítica

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