"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 12 de febrero de 2010

Los verdaderos fondos del Bicentenario...

En estos tiempos de gobernadores mendicantes, la cosa pasa por financiarse "como sea"

Ari Paluch Periodista
Fuente: El Cronista.com

La plaza está seca y a la liquidez hay que forzarla con algunos “diuréticos”.
En el sector privado los grandes grupos se preservan, liquidez interna mediante, y a los otros no les queda más que salir a pedir al mercado a tasas próximas al diez por ciento con opción de recomprar la deuda en dos o tres años para cubrir necesidades de caja e inversión ante eventuales nuevas coyunturas locales de riesgo.

Del lado de las provincias la cosa varía según el signo, no precisamente el de pesos, sino el del signo político de quien gobierna el distrito, los amigos del “cajero” son premiados vía los famosos ATM (adelantos transitorios), vía fondos de la ANSeS o de algún préstamo providencial del Banco Nación, que según cuentan, fue así como Mendoza pudo pagar los salarios de diciembre, luego de que se declarase desierta una licitación con bancos nacionales e internacionales.
Afortunadamente esto evitó que el gobernador Jaque quedase en "ídem".
En la Provincia de Neuquén procuran apoyo del gobierno nacional mientras esperan refinanciar una deuda de unos doscientos millones de dólares.

Del otro lado de la vereda política, entre los que podríamos llamar los “no alineados”, se destaca el caso de Chubut cuyo gobernador “el Lula argentino” mandó a emitir bonos con la ventaja de ser una provincia lubricada por regalías petroleras y se prepara para salir al mercado sin pedir permiso ni clemencia a los K.
Ahí la cuestión pasa por estructurar las operaciones sin tener que verse alcanzado por los requerimientos del artículo 25 de la ley de Responsabilidad Fiscal.
Según sostiene Das Neves, en la Casa Rosada se olvidaron de mandarle unos trescientos millones de dólares, y según dicen en la city, Chubut emitiría para que no decaiga el ritmo de obra pública y con ella la candidatura presidencial del mandatario provincial.

En Salta “la linda” pedirán permiso al Ministerio de Economía para emitir deuda a buena tasa merced a la garantía de regalías.
En Córdoba se las ingeniarán recurriendo a la garantía de coparticipación de impuestos. Recordemos: el gobernador Schiaretti ya apoyó el uso de reservas por parte del gobierno nacional con la ilusión de recibir algún pesito.
Las tasas a las que se endeudan las provincias son diversas.
Si la garantía es buena, el crédito se toma al siete u ocho por ciento, en otros casos el porcentual ronda el trece y en el caso de Río Negro hizo “ruido” el hecho de que tomó deuda a una tasa algunos puntos más alta.

En lo que hace a los dos distritos más importantes del país, la Provincia de Buenos Aires y la Capital, Scioli y Macri van “mangando” cada uno a su manera.
El porteño esperó en vano una firma de Cristina para endeudarse a tasas muy convenientes, lo que, según aseguran los macristas, les hubiera permitido dar vuelta la ciudad ‘como a una media‘ y, aprendida la lección, consiguió que la Legislatura le votara la posibilidad de endeudarse, creando normas de control propias y sin tener que pasar por la ley de Responsabilidad Fiscal, algo que le permitirá este año, en el que Macri ya luce el traje de candidato a la presidencia, recibir quinientos millones de dólares y hacer realidad aquello de “va a estar linda Buenos Aires”.

En lo que hace a Daniel Scioli no está claro que decisión tomará, más allá del flujo de plata que le mandan desde Olivos.
El ex motonauta quiere pedir unos mil millones verdes y reestructurar deuda con los holdouts.

A todo esto, unos y otros, los propios y los ajenos, le prenden una vela al canje de deuda que promete Boudou, ilusionados con recibir dinero fresco del mercado voluntario a menos de dos dígitos, aunque al doble de países como Brasil, México,
Colombia o Perú.

Por estos días, salir a pedir plata está muy duro.
Dicen que el mercado parece el Fondo del Bicentenario, salís a pedir guita y te la prometen para dentro de doscientos años.

Cheeeeeeeeeeeee.

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