Asesinos y cómplices...

Las evidencias de su cooperación sobran y se encuentran plasmadas en el auto judicial presentado a la Audiencia Nacional de España por el Juez Eloy Velasco, que afirma la existencia de dichos indicios entre el gobierno venezolano, la ETA y la FARC.

Las cartas de Myriam
Por Myriam Obadía
Fuente: GENTIUNO.com


Los mandatarios latinoamericanos se divierten una millonada, en Cumbres convertidas en galleras. Tiranos y demócratas se aplauden, se abrazan y se alientan, mientras a los gobernados estos reencuentros o desencuentros, sólo nos dejan un sabor a vergüenza y desencanto.
Los demócratas, por el temor a ser llamados amigos del imperio, acuerdan en aparearse con genocidas, charlatanes y cooperadores del terrorismo, en aras de una utópica integración latinoamericana.

Estos caballeros nos asombran, con sus complicidades y pusilánimes posturas.
Su desprecio a los pueblos oprimidos por los grilletes de ambiciones personales, es evidente. Frívolos e insensibles, no ven los barrotes de crueldad que aprisionan a los que se oponen al sistema comunista.
No se compadecen por la orfandad de justicia y solidaridad internacional, en la que sobreviven.

¡Por el contrario…!
Con aberrante conducta, se balancean grotescamente en los trapecios de la ignominia. Se retratan y estrechan las manos manchadas de sangre de los verdugos…
Con inaudita docilidad, les sirven de puentes, ofreciendo escenarios que logren borrar los fracasos, los crímenes y la impunidad, de los que gobiernan con leyes sancionadas de conformidad con sus antojos totalitarios.

Complacientes comparten el pan y el vino con los homicidas, mientras de hambre y de sed muere la penúltima víctima: Orlando Zapata Tamayo, mártir de la libertad, que demostró hasta el final, coraje y varonía, cualidades éstas ajenas a los que callaron, a los que fueron incapaces de alzar la voz para condenar tan deleznable crimen.

En ese coro de gobernantes, tenemos a los hipócritas, que cuando gobiernan en países con Fuerzas Armadas que brillan por sus divisas de institucionalidad (y no con charreteras inoperantes como las de nuestros militares) se comportan como debe ser, por el temor a ser sacados en pijamas de sus cargos.
Astutos, se colocan la careta de demócratas-pragmáticos, mientras silenciosamente colaboran con Fidel Castro, en socavar la democracia en Latinoamérica.
Comunistas que pese a ser fundadores del Foro de Sao Paulo, junto con grupos declarados terroristas, convencen a un mundo iluso de que son demócratas cabales.

Están los "corsarios de la democracia", que ansiosos de mando vitalicio se trepan como hiedras al poder, se burlan de la voluntad de los pueblos y los subordinan a las decisiones de un asesino fracasado.
También se cuentan los cobardones, que perteneciendo a partidos de derecha, por conveniencias cambian de rumbo y se complacen en reverenciar y en ser anfitriones de genocidas y de enemigos de la libertad y la democracia.

Títeres de su propia sed de poder, sin compasión ni respeto a los pueblos oprimidos, se babean por ver y estrechar las manos del decadente criminal, al que envidian, por haber permanecido cincuenta años gobernando sin controles nacionales e internacionales y que con cínico afán pretenden emular...
Por ello se juntan bajo el ala del isleño, lanzando un nuevo organismo de integración regional, que dará cabida “a todas las naciones de la región fueren cuales fueren sus sistemas políticos”.
¡Más claro no canta el complot contra la democracia y el respeto a los derechos humanos...!

Los cooperadores de las organizaciones terroristas, impacientes buscan, el instrumento que les permita escapar de la Justicia Internacional.
Las evidencias de su cooperación sobran y se encuentran plasmadas en el auto judicial presentado a la Audiencia Nacional de España por el Juez Eloy Velasco, que afirma la existencia de dichos indicios entre el gobierno venezolano, la ETA y la FARC.

El promotor de oscuridades sabe, que las circunstancias presagian su caída; que los malos olores de sus fracasos arrastran la fe de un pueblo que se volvió incrédulo al sufrir en carne propia el desempleo, la escasez de alimentos y medicinas, el racionamiento de agua y energía eléctrica y la inseguridad que lo mantiene viviendo un luto permanente.

¡Ya no cree en espejismos socialistas!

La izquierda agoniza y el sepulturero no será otro, que el teniente-coronel golpista.


Myriam Obadía
Abogada venezolana
mybuho7@gmail.com