Hacia la vetocracia...

Luego de la previsible media sanción faltante en Diputados, CFK cumplirá lo prometido y no le temblará el pulso para vetar la ley que le arrebataría el manejo discrecional de 10.000 millones.

Por Carlos Tórtora / Informador Público

El contragolpe opositor, que anoche permitió la media sanción de la reforma a la ley de impuesto al cheque por mayoría simple, no tendrá consecuencias económicas.

Luego de la previsible media sanción faltante en Diputados, CFK cumplirá lo prometido y no le temblará el pulso para vetar la ley que le arrebataría el manejo discrecional de 10.000 millones.
Los efectos políticos, en cambio, sí son importantes.
El bloqueo casi científico de las dos cámaras que el kirchnerismo viene realizando desde el 1 de marzo pasado era un escudo protector del Ejecutivo para no se verse obligado a pagar los costos del veto.
Ahora el escudo fue traspasado y los Kirchner deberán blanquear la realidad: que están dispuestos a gobernar contra el Congreso, con la pérdida de legitimidad política que esta decisión implica.

Gracias a la herejía de la formoseña Adriana Bortolozzi y a las crecientes disidencias del misionero Luis Viana y otros, la UCR y el Peronismo Federal se quedaron con la bandera del federalismo, o sea, la defensa de los intereses provinciales.

La derrota de Miguel Ángel Pichetto y su escudero, el santacruceño Nicolás Fernández, los deja a ambos muy mal parados ante Néstor Kirchner.
. De ahora en más, en Olivos saben que será más importante acordar con Juan José Pampuro, el que maneja los hilos de los disidentes.
. El otro impacto político lo sufrió el liderazgo de Kirchner y su candidatura presidencial.

Éste jugó personalmente a convencer a los gobernadores sobre la conveniencia de no tocar el impuesto al cheque y negociar en el futuro una nueva ley de coparticipación.
Esta derrota lo debilitará también en su rol de presidente del PJ, porque si su esposa firma el veto, él aparecerá como el verdugo de los reclamos de los mismos gobernadores peronistas.

Este desgaste tendría también sus beneficiarios: uno sería Daniel Scioli, que puede crecer como esperanza oficialista ante un matrimonio Kirchner reducido al poder de los decretazos.
Otro ganador sería Julio Cobos, que a partir de su decisión de aplicar el reglamento y citar a los senadores ausentes por una solicitada, generó las condiciones para que volviera a formarse el quórum.

Ahora, como es previsible, vendría un contraataque K para tratar de disimular la hemorragia y evitar la pérdida del miedo y hasta del respeto, que en Olivos son la misma cosa.