"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 7 de agosto de 2010

Conjugar la "bronca"...

El término broncas significa varias cosas: riña entre varios, represión violenta, protesta violenta del público en espectáculos o asambleas, y también la persona que regaña y amonesta frecuentemente.

En este último sentido se ha entendido la bronca en nuestros países en los últimos tiempos, sobre todo referido a la imposibilidad e incapacidad de dar vuelta situaciones, o de solucionar problemas acuciantes en el marco social, que son palpables y visibles, pero que permanecen durante mucho tiempo.

La bronca está dirigida hacia los responsables de dar las soluciones, y a los que deben dar el marco legal adecuado para que no ocurran, a los que juzgan inadecuadamente y a los que permiten la ejecución de conductas que no siempre son adecuadas ni correctas.

La bronca produce resentimiento, encono, y altera la armonía interior del individuo y de la sociedad.

El hombre se siente mal, angustiado, enfadado y enfrentado a todos.

Pierde la dimensionalidad y su comportamiento ya no es racional, sino meramente emotivo.
Esta dominado por ese sentimiento, que lo ata e impide que actúe normalmente.

La cuestión que se plantea es como conjugar la bronca, con la realidad y con el sentimiento de estafa anímica que siente el hombre que ve que pasa el tiempo y las cosas en lugar de solucionarse, siguen igual o empeoran.

Como conjugarla con la sensación que tiene que hay un desnivel profundo entre los que mandan y los que deben obedecer, y que aquellos sólo piensan en sí mismos y no en la realidad de los demás.

"En nuestras sociedades la inseguridad es un tema candente..."

Las libertades, la tecnología, la apertura de los nuevos conocimientos hacen que cosas que no estaban al alcance de muchos, hoy puedan ser accedidas por cualquiera, sin control y sin valoración, bueno o malo.

Pero es distinta la seguridad de quienes tienen custodia, viajan en forma personal en sus vehículos, del resto de la sociedad que no posee dichas prevenciones.

Entonces parecería que el que debe dar las soluciones, como no las ve, porque no las siente, no las da.

Y la sociedad sufre el efecto de la bronca, que no es bueno para armar un contexto social armonioso.

Deberíamos imitar a los profetas, que no sólo pronunciaba palabras, sino que era un hombre de acción, estaban comprometidos con su sociedad y con su tiempo.

Pero que acción efectuar, porque por lo general la bronca sobreviene a la violencia, y no se puede terminar con la violencia con otra violencia.

La sociedad debe estar constituida por tres pilares fundamentales:
< la justicia
< la paz y
< la libertad, dentro de un marco de bondad.
Porque si no hay bondad no hay justicia.

Para ello hay que entender, que la primera actitud es la de la justicia estricta, que cada cual sea responsable por igual de sus actos, y debe afrontar las consecuencias de ellos, sea donde sea, esté ubicado donde esté ubicado en la escala social.

La segunda es el perdón, como elemento de la bondad.
Si no hay perdón no hay posibilidad de acordar socialmente.
Porque aquel que no perdona, mantiene su bronca, su rencor, no tiene armonía, y en el fondo actúa así porque no es capaz de perdonarse a si mismo.

"Es un acto de soberbia y de altanería, hago todo bien, nada debo, no tengo porque perdonarme de nada"

Y, ¿cuál es la acción a llevar a cabo, en este tiempo de cambios, variantes y mutaciones?

. En primer lugar la propia vida, señalar con la acción diaria, que otra conducta es posible, que se puede ser bueno, solidario, perdonar dentro de lo justo y marcar un rumbo en la sociedad.

. En segundo lugar, tener conciencia de las diferencias y de las carencias, y comprender que hiere a la justicia y a la dignidad, la vida fastuosa de unos con la mendicidad de otros.

Que los bienes no nos corresponden sino les damos un uso adecuado, y que el exceso de bienes es pernicioso y maligno.

Y sobre todo la comprensión del otro, porque sino seríamos pasibles de la amonestación evangélica, ya que veríamos la paja en el ojo ajeno, pero no veríamos la viga en el propio.

Elías D. Galati

wolfie@speedy.com.ar

No hay comentarios: