"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 18 de febrero de 2011

GNOSIS - MITO -METAFORA

Gnosis como Tradición Alternativa*
Parte I

La Tradición tiene sus raíces y orígenes en la experiencia.
Más allá de toda estructura teológica, filosófica y ética reveladas y aquellas mixturas desde éstas, hay un lecho fundamental de experiencia trascendental.
Moisés asciende al Monte Sinaí y al experimentar la realidad de Yahveh, recibe las Tablas de la Ley.
Buda alcanza la iluminación bajo el sagrado árbol Bodhi y a partir de ahí se dedica a proclamar el Dharma. Mahoma conversa con el ángel Gabriel en una cueva antes de iniciar su misión profética.

Y, sin embargo, es innegable que las principales tradiciones religiosas difieren sustancialmente de la tradición alternativa en la medida en que las primeras tienden a encerrar los resultados de la experiencia reveladora en la fe y los mandamientos, mientras que la segunda se resiste a la metamorfosis de la experiencia en teoría y predicamento moral.

La tradición gnóstica que procede desde los esenios y continúa con la dispensa cristiana, siempre se ha resistido a convertir la experiencia en una construcción teológica - ética y, en su lugar, ha optado por seguir un camino diferente.
Los Gnósticos participaron y participan en lo que G. Quispel llamó «la mitologización de la autoexperiencia»

Desde Quispel, leemos:
«En mi obra Gnosis las Weltreliguion (Gnosis como Religión Mundial) del año 1951, sugerí que el gnosticismo expresaba una experiencia religiosa específica que con frecuencia se convertía en mito.
Un ejemplo de ello es la historia según la cual Dios envió un ángel para inspirar a Mani, el fundador de la religión maniquea cuando éste tenía doce años de edad.
Cuando tenía veinticuatro, el ángel se le apareció de nuevo y le dijo: Ahora ha llegado el momento de hacer tu aparición en público y proclamar tu propia doctrina.
El nombre del ángel significa gemelo y es hermano gemelo o si mismo divino de Mani.
El mito maniqueo expresa el encuentro entre el yo, el ego, y el sí mismo divino.
En el sistema de Valentino encontramos un concepto similar del ángel guardián, que acompaña al hombre a lo largo de toda su vida, que le revela la Gnosis y al que no se le permite entrar en la bendición eterna sin él» (G. Quispel - Gnosticism. Man, Myth and Magic. An Illustrated Encyclopaedia of the Supernatural)

En el centro de la tradición alternativa del gnosticismo se halla la experiencia del sí mismo interior que, al ser de la misma sustancia que Dios, una de forma natural la conciencia humana con la divinidad.
La experiencia personal del gnóstico fue aludida por la Elaine Pagels en su Libro Los Evangelios Gnósticos, como: ·Gnosis: autoconocimiento como conocimiento de Dios».
Esta experiencia de autoconocimiento que es, simultáneamente, conocimiento de Dios, es convertida por los gnósticos en la más creativa de todas las expresiones simbólicas de la realidad: aquella que se conoce como Mito.
C. Kerényi, uno de los más grandes mitólogos modernos, vinculó la mitología con la música. La música y la mitología tienen lo siguiente en común: en ambas encontramos arte y material fusionados en el mismo fenómeno.
El arte del compositor y su material, que es el sonido del mundo, son una misma cosa.
La configuración del mito y el material de que éste se compone, en este caso el mundo de las imágenes, también se hallan íntimamente unidos.
De hecho, el mito no se hace, sino que más bien se experimenta y es la experiencia la que da lugar a un torrente de imágenes mitológicas que expresan aspectos del significado de la experiencia.
Es más, una verdadera expresión mítica o mitologema no es algo que pueda ser expresado tan bien y tan auténticamente de una forma que no se la mitológica.

La mitología no se puede sustituir por un modo de expresión de naturaleza diferente.
Ciertas experiencias pueden ser expresadas adecuadamente sólo en forma de mito y no de ninguna otra forma.
Así visto, el mito adquiere una nueva significación.
Se convierte en la expresión, en el mundo de la relatividad, de principios espirituales que tienen una importancia fundamental para todos los seres humanos, en la medida en que expresan dentro de este mismo mundo la experiencia de lo absoluto.
La experiencia de lo absoluto, tal como la encontramos en el conocimiento del sí mismo interior pro parte del gnóstico, se expresa entonces en el ámbito de la mente por medio del mito, que actúa a la vez como velo sobre la verdad y, al mismo tiempo, como el medio a través del cual se puede desvelar la verdad.
«Lo aparente conduce a lo real», dice un dicho sufí, indicándonos así que, por detrás del simbolismo, hay una realidad vinculada con el propio símbolo y que, por detrás de la mitología, también hay una esencia experiencial que posee una conexión directa con la experiencia original (a la que Jung llama «experiencia arcaica»), que fue justamente lo que dio origen al mito.

Es probable que los gnósticos fueran los primeros mitólogos conscientes, que utilizaron el mito tanto para expresar sus experiencias místicas primigenias, como para conducir sutilmente a los demás hacia experiencias similares.
En los tiempos clásicos, la palabra griega Mythos ya se refería a una leyenda de los tiempos anteriores a la historia, a una narración acerca de los habitantes de la dimensión ahistórica, es decir, a los dioses y héroes.

En tiempos más modernos, en la era romántica, se reintrodujo el mismo tema para describir una historia en la que aparecen personas o acontencimientos sobrenaturales, procedentes de un período anterior no especificado.

Fuente Splendor Solís

*Stephan Hoeller - Jung y los Evangelios Perdidos.

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