Platón señala el bien como la idea suprema, como el objeto más adecuado para el alma y causa de la realidad, perfección y verdad de las cosas.
La importancia que le concede en su filosofía a la Idea de Bien es tal que muchos autores la han identificado con Dios.
La consecuencia de ello es que todas las cosas, especialmente el hombre, aspiran a la comprensión de un modo u otro de dicha idea.
Se trata del mayor grado de conocimiento al que puede ascender el alma en el proceso de la dialéctica
Platón al igual que Sócrates identifica el bien con el conocimiento.
Por naturaleza el hombre tiende a buscar el bien, por lo que bastaría conocerlo para obrar correctamente; el problema es que el hombre desconoce el bien, y toma por bueno lo que le parece bueno y no lo que realmente es bueno.
De ahí que Platón en la República, en la explicación del mito de la caverna, insista en que la Idea del Bien debe necesariamente conocerla quien quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como en su vida pública, una Idea de Bien que es única y la misma para todos los hombres.
Para Aristóteles, sin embargo, en consonancia con su rechazo de la subsistencia de las formas, no es posible afirmar la existencia del "bien en sí", de un único tipo de bien: del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, habrá también muchos tipos de bienes.
"Todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección parecen tender a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran".
Todas las ideas están sujetas a una idea superior a ellas que es la idea del bien.
Es la supremacía del interés moral que fundamenta el pensamiento de Sócrates y de Platón, para quien lo importante es la realización de la idea del bien, por el individuo y por la comunidad.
Que los estados políticos formados en la tierra por la unión de los hombres que la habitan, sean lo mejor posible, se ajusten fielmente a esta idea del bien.
El Estado debe coincidir lo más posible con esta idea del bien, y sujetarse a ella, es la condición para una feliz teoría política.
La constitución de un estado ideal sujeto a la idea del bien.
Pero la Ética no puede depender solo del conocimiento y en Aristóteles hay una consideración más cercana a la realidad, la definición universal del Bien debe ser una reflexión práctica encaminada a la acción.
Debe ser un acto de la voluntad del hombre que promueva su conducta, su comportamiento adecuado a esa idea universal.
La virtud se identifica con la capacidad o excelencia propia de las cosas, de su sustancia, o de la actividad o profesión que se ejerza.
La felicidad consistirá en actuar conforme con la función propia del hombre, y en la medida que realice esa función podrá alcanzar la felicidad.
Si sus actos lo conducen a realizar esa función será virtuoso, de lo contrario serán vicios que lo alejarán de su naturaleza, de la excelencia y de la felicidad.
Como seria el mundo si los hombres buscaran sinceramente y con ahinco la idea del bien y la practicaran en sus comportamientos.
Hay una intuición intelectual
que nos permite captar
las cosas de la realidad
y poderlas dimensionar
Hay una intuición espiritual
que sentimos al hallar
dentro de nosotros tal cual
la belleza y el placer de amar
Hay una intuición fundamental
aquella que debemos expresar
como la primera y especial,
que nos rige y por ella debo actuar.
La idea del bien es el lugar
donde la vida he de ubicar.
Elias D. Galati
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