"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 27 de julio de 2011

Las tragedias humanas


Entre las muchas acepciones la tragedia se define como el suceso de la vida real que infunde lástima y terror, o  cualquier suceso fatal o infausto que cause desgracia o desdicha.

También se entiende como el género dramático que contiene el sufrimiento como modo de alcanzar el conocimiento dentro de un mito legendario o histórico.

La vida del hombre está jalonada así como con elementos gratos y alegres con elementos trágicos y con hechos y circunstancias que conmueven y llenan de pena y estupor a la gente.

Estos días se produjo una matanza generalizada como consecuencia de un principio fundamentalista y de una concepción alocada de la situación real del mundo.

Hay dos elementos que se conjugan más allá de las circunstancias de tiempo y lugar donde se producen las tragedias, el mesianismo, es decir la concepción del agente activo de la tragedia que se siente el indicado o elegido para cambiar aquello que cree esta mal y la intolerancia social y personal, entendida como la imposibilidad de soportar ideas y actos tanto sociales como individuales en la sociedad, y la imposibilidad de asumirlo como posible en la escala personal, lo que hace que se tienda a la destrucción de aquello que es molesto e intolerable conjuntamente con el o los individuos que lo portan.

Hay una valoración opuesta al sentido normal, se valora lo negativo, lo que molesta o lo intolerable.

De esa forma se abre una brecha en la conformación social, y es muy difícil encarar una sociedad armónica y justa, si las pautas no son claras y la valoración no está ajustada a un criterio de justicia, bondad y armonía.

Las tragedias nacen y se forman en el corazón del hombre, hay una negación a aceptar el disenso y la pluralidad, como así también a tolerar que el pensamiento de los otros no coincida con el nuestro.

En un plano intelectual se puede proceder a un cotejo de las ideas disímiles y a una discusión entre las partes para tratar de llegar a una verdad superadora, dentro de un marco de respeto por la persona humana y por la dignidad y el valor de la misma.

También se puede proceder a desmerecer el pensamiento del otro, a considerarlo no sólo equivocado sino perverso y peligroso, y a tratar de destruirlo sin posibilidad de cotejo alguno.

El peligro mayor surge cuando esta inquietud intelectual se hace intolerable y no sólo se desmerece la idea sino también las personas que la portan, y de la misma forma trata de destruirse al ser en la realidad.

Este es el fundamento de todos los regímenes totalitarios y despóticos, como así también del pensamiento de quienes lo detentan.

Y en este camino interior se llega a la vía de los hechos, y entonces cualquier actitud que tienda a destruir lo perverso e intolerable es válida, sea la destrucción y la muerte.

El que detenta esa posición se siente un enviado, un mensajero, que debe dar cuenta de su elección y de su destino.

La forma mas estricta de dar cuenta es la destrucción de aquello que atenta contra lo que el considera correcto.

Puesto en movimiento desde el interior del hombre este proceso, ya es irreversible e imposible de detener.

Tropieza además con la falta de elementos de aviso o de prevención, porque el proceso se desarrolla interiormente y sólo hace eclosión de una vez en el momento de la tragedia.

Sólo hay una forma de contenerlo, el amor, la bondad y la tolerancia.

Educar la conciencia de las personas en el sentido de considerar la pluralidad como un hecho, y las diferencias de opinión como situaciones normales en una sociedad, y dentro de la cual se debe vivir.

Pensar como decía Popper, quizás tú tengas razón, o quizás ni tú ni yo tengamos razón.

Y poner el hombre, su vida y su dignidad por encima de los conflictos y de las diferencias.

Aceptar que el primer valor es el cuidado de la vida de los seres humanos, y que está por encima de cualquier otra situación.

En realidad somos hermanos, hijos de un mismo padre, y la realidad de vivir en armonía, con respeto mutuo y en un marco de solidaridad hace que podamos evitar las tragedias y vivir una vida mejor.

Elias D. Galati

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