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Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 5 de octubre de 2011

Cuentas claras con Guyana - La declaración conjunta de Guyana y Venezuela

David Uzcátegui /Analítica.com

El reclamo venezolano está en entredicho por impericia, porque padecemos un gobierno donde es más importante la lealtad a una ideología trasnochada que la formación profesional

En medio de la vorágine que es la vida de los venezolanos, provocada por un gobierno que piensa que puede sacar beneficios del caos, nos enteramos ingratamente de que nuestra soberanía sobre el territorio que tenemos en reclamación con Guyana está en entredicho

La nación vecina pretende modificar los límites de su plataforma continental en una forma que nos afecta, y aparentemente procedió sin participarnos la iniciativa. Esto no es sino la consecuencia de una suma de errores diplomáticos cometidos por el gobierno chavista y, más grave aún, por el primer mandatario en persona.

Diplomáticos y especialistas en relaciones internacionales recogen el largo y tortuoso camino de nuestro justo reclamo, casi perdido en 1899 a la luz de negociaciones oscuras entre Gran Bretaña y Rusia; para luego conseguir la reactivación de dicho reclamo en 1966, lo cual había dejado una rendija abierta.

Rendija que fue cerrada en 2004, cuando Chávez manifestó que no le importaba que el gobierno de Guyana otorgara concesiones en el territorio en reclamación. Remató en 2007, asegurando que tal reclamo había sido activado por presiones de Estados Unidos. Obsequió así con lazo y todo un territorio que ha sido arduamente luchado por décadas.
Por tales declaraciones se le ha solicitado que desista en nombre de Venezuela, de seguir reclamando el mencionado territorio. Y luego habla de patria y soberanía...

El reclamo venezolano está en entredicho por impericia, porque padecemos un gobierno donde es más importante la lealtad a una ideología trasnochada que la formación profesional, porque se ha desmantelado la carrera diplomática en Venezuela, convirtiendo sus cargos en un sistema de premios y castigos que se basa en parámetros políticos y no de excelencia profesional.
Porque todas las decisiones se miden con el fantasma del "Imperio" y no con la conveniencia de la patria y sus ciudadanos.

Porque estamos en una administración que de forma confesa se ocupa solamente de atornillar en el poder a una revolución -o lo que es lo mismo, atornillar a su caudillo-, en lugar de ocuparse de trabajar, de los miles de asuntos que son la tarea y el deber de un gobierno para asegurar el bienestar ciudadano y defender la integridad de un país.

La palabra "soberanía" es frecuentemente manoseada como un comodín para discursos kilométricos, repetitivos y vacíos; pero no se tiene en cuenta cuando de verdad está en juego: en numerosos casos como la entrega de la cedulación venezolana a Cuba o el vergonzoso caso que hoy nos ocupa, el cual no solamente pone en juego una parte importante de nuestro territorio, sino que además nos deja como unos auténticos ineptos ante la comunidad internacional.

Dice la cancillería que el gobernante "ha implementado hacia Guyana una política correcta de paz, soberanía, y respeto al Derecho Internacional, que contrasta con las viejas actitudes guerreristas y amenazantes de la burguesía venezolana, cuyo único objetivo era hostigar a gobiernos progresistas de esa hermana República, conforme a los designios de los centros de poder imperiales".

Tales palabras van impregnadas del sesgo ideológico que termina estorbando y torciendo cualquier política de esta administración. No hay mucho más que decir. Solamente que quienes gobiernan hoy deben rendir cuentas mañana y que aún están a tiempo de evaluar el calibre de sus equivocaciones.

Presidente del Concejo Municipal de Baruta
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La declaración conjunta de Guyana y Venezuela
Emilio Figueredo

Existe una diferencia en el lenguaje del reciente comunicado conjunto con respecto al comunicado inicial de la cancillería venezolana, que a todas luces fue deplorable. Ojalá se logre un acuerdo práctico y honorable

Es justo reconocer que finalmente el gobierno del Presidente Chávez  parece haber escuchado el clamor de los analistas internacionales que advertían el grave peligro que corría la República si la cancillería venezolana mantenía su silencio frente a las recientes y no tan recientes  declaraciones que ponían en jaque la proyección de la fachada atlántica del país.

Existe una diferencia en el lenguaje del reciente comunicado conjunto  con respecto al comunicado inicial de la cancillería venezolana, que a todas luces fue deplorable.

Un comunicado, en términos diplomáticos, es un documento en el que se dice poco y se deja entre líneas la voluntad de las partes de negociar.
Esta vez, si bien no se reservaron los derechos sobre situaciones tales como la fijación de los límites marítimos entre Guyana y Surinam, y la  reciente declaración de la Canciller guyanesa referida a la ausencia de reclamación territorial, se pusieron por primera vez en claro algunos puntos esenciales, nos imaginamos que por sugerencia de alguien que conoce bien el tema.
Por ejemplo, “Venezuela recordó su legítimo derecho de soberanía y jurisdicción en la Fachada Atlántica” . Si esa referencia se toma en el sentido tradicional argumentado por Venezuela en el pasado, incluiría no  solo la plataforma Deltana, sino la generada por la zona en reclamación.
Es evidente que definir la extensión de la misma es materia que le compete a los faciltadores con la ayuda del buen oficiante.

Por otro lado también es útil la mención que se hace a dos puntos  relativos a la delimitación entre las dos repúblicas cuando se afirma por que: “Ambos Ministros reconocen que la delimitación de fronteras marítimas entre los dos Estados sigue siendo un tema pendiente y coincidieron en que dicha delimitación requerirá negociaciones.”
Lo cual si bien es obvio, permite poner sobre la mesa un tema a mi juicio fundamental como lo es que Guyana tiene que delimitar sus áreas marinas y submarinas con Venezuela y no con Barbados, situación que hasta el reciente Comunicado Conjunto no estaba clara y que dio origen a muchas de las alertas que hicimos al respecto.  La otra referencia importante aunque obvia es: "Reconociendo que la controversia en relación con el Laudo Arbitral de 1899 en cuanto a la frontera entre Guyana y Venezuela sigue existiendo, los Ministros reafirmaron su compromiso con el Acuerdo de Ginebra y el Procedimiento de Buenos Oficios”

Ojalá que el facilitador venezolano y el equipo que lo acompañen estén a la altura de la tarea que le corresponde adelantar a fin de lograr un acuerdo práctico y honorable que ponga fin a esta casi  bicentenaria reclamación.

emilio.figueredo@analitica.com

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