Jesús Urdaneta Hernández y el tema "barbas en remojo"
Por Jesús Urdaneta Hernández
GENTIUNO
La presunción de inocencia que debe amparar a todos los ciudadanos es, conforme explican los juristas, una presunción iuris tantum, es decir, una presunción que admite prueba en contrario, en el sentido de que si bien se parte de ella, la misma puede ser desvirtuada en cualquier momento a través de una investigación que conlleve a un juicio justo y al debido proceso.
En eso consisten precisamente los juicios penales: si una persona es señalada de haber cometido un delito, no por la presunción de inocencia se le deja de juzgar, sino que se le juzga para determinar o no su responsabilidad, dándosele todas las garantías necesarias para que pueda ejercer su derecho a la defensa. Lo que no puede ocurrir es que ni siquiera se investigue.
Al menos ese es el deber ser y lo que ocurre en sistemas sanos y serios.
Venezuela sin embargo, hace tiempo que ha dejado de ser un país gobernado por gente seria y es por ello que ante graves acusaciones que involucran a miembros de esta mal llamada “revolución” optan por la descalificación, la manipulación y hasta el ridículo, antes de asumir sus verdaderas responsabilidades tanto a nivel nacional como internacional.
En días pasados, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, incluyó a varios funcionarios venezolanos en la lista de colaboradores con el terrorismo y el narcotráfico.
No es la primera vez que funcionarios de este gobierno conforman esta lista o alguna similar, y no es la primera vez que el régimen y las instituciones que lo amparan, reaccionan de la forma en que lo han hecho en esta oportunidad.
Los directamente involucrados han optado unos, por guardar hermético silencio, otro señalando que se trata de una afrenta no contra ellos sino contra la patria y otro, adoptando una pose actoral pide ser investigado por la Fiscalía General.
La respuesta de la Asamblea oficialista no se hizo esperar y apoyaron incondicionalmente a sus “próceres revolucionarios” aupando la tesis de que en efecto esto no es más que una excusa del “Imperio” para subyugar, atacar e incluso invadir al País.
Por su parte, la Fiscal General señala que la lista de los Estados Unidos es “ridícula”, “irresponsable”, “que su fundamento no es científico” que es “vago” y que incluso “desconocen cuál es su fundamento”.
Detengámonos aquí.
Si la Fiscalía desconoce el fundamento de la acusación norteamericana ¿cómo puede afirmar que es “ridícula”, “no científica” o “vaga”?
¿Cómo puede el Ministerio Público, titular de la acción penal, el encargado de todas las investigaciones penales del país, manifestarse apriorísticamente, sin haber siquiera ordenado una investigación?
La Fiscal General ya se pronunció sobre el fondo del asunto, de manera que la solicitud de investigación que hizo uno de los involucrados es tan solo una parodia más, de las tantas a las que los venezolanos, estamos ya lamentablemente acostumbrados a presenciar.
Por su parte, la postura de la mayoría de la Asamblea Nacional, aún cuando no nos sorprende, resulta absolutamente irresponsable, indignante y ésta sí ridícula.
En primer lugar, pretender confundir o fundir a Venezuela como entidad en quienes detentan o ejercen el poder, es una distorsión absurda que sólo se justifica para la manipulación.
Si un general o un diputado, sólo para poner un ejemplo, son susceptibles de investigación o cometen un delito, no por ello se investiga a un país o éste es delincuente.
Ahora bien, el gobierno sí lo será si participa de alguna manera, ya sea por acción o por omisión, en las actividades delincuenciales que se realicen, más aún si es quien gira las instrucciones para su materialización.
Por otro lado, el disco rayado de la CIA, la invasión, el imperialismo está demasiado trillado y sus absurdas expresiones “patrióticas” no pueden tapar el hecho de que cerca del 51% de la droga que se trafica en el mundo sale o pasa por Venezuela y no necesariamente por pistas clandestinas e ilegales. ¿Quién o quiénes están detrás este infame negocio, que permite que de La Carlota, por ejemplo, despegue una avioneta con casi tonelada y media de cocaína?
¿Quiénes le dieron, al parecer ya olvidado Makled, todos los privilegios y oportunidades para que se convirtiera supuestamente, en uno de los más grandes capos de la droga a nivel internacional?
Cualquier país serio hubiese iniciado, luego de los señalamientos hechos contra sus funcionarios, una investigación ajustada a derecho, salvo por supuesto que se tenga algo que ocultar.
A Oswaldo Alvarez Paz, lo condenaron por decir que Venezuela se había convertido en un narcoestado, así que no lo digamos y siquiera lo pensemos.
No tenemos ningún motivo para ello…
Eso sí, no investiguemos mucho porque sabemos lo que vamos a encontrar.
Jesús Urdaneta Hernández
Email jesusurdanetah@gmail.com
Twitter @jesusurdanetah
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