El gobierno ha profundizado, con otro anuncio, la reducción de subsidios.
Como se
dijo anteriormente, “a confesión de
parte...”
Está muy
bien que los sectores de poder no estén subsidiados.
Ahora
bien, cabría preguntarse entonces... ¿por qué lo estuvieron durante estos 8 años
de gobierno kirchnerista?
¿Fue
correcta esa política?
¿Debemos
quedarnos con los anuncios y seguir como si nada hubiese pasado?
Yo creo que no.
La función pública debe rendir
cuentas de lo que hace.
Pues
bien, esta administración, que ha confesado que durante casi una década
subsidió a bancos y financieras, a empresas petroleras y mineras, a la
telefonía celular, a los casinos, a los consumos lujosos de los habitantes de
los barrios más caros de la CABA y de los Countrys, ha comenzado a recortar
esos beneficios “a la abundancia”, lo que significa un ahorro para el Estado de
unos $ 4600 millones.
Al mismo
tiempo, el gobierno le negaba y le niega el 82% a los jubilados, mantuvo los
planes sociales a niveles de indigencia hasta hace 2 años (hoy están en niveles
de pobreza), le negó y le niega aumentos al nivel de la inflación a docentes y
demás empleados del Estado, presiona para poner techos a las paritarias
(constituyéndolas en “negociaciones salariales tripartitas”, donde siempre
queda del lado de la patronal) y mantiene el vergonzoso “impuesto a las
ganancias” a los trabajadores asalariados, sentando el peligroso e injusto
precedente de considerar comparables las ganancias de los empresarios, a los
sueldos de los trabajadores.
Por
supuesto que a todo ello, hay que agregarle la al menos cuestionable erogación
de $1000 millones para el “Fútbol para Todos” y el obsceno Pago de la Deuda ilegal,
ilegítima y fraudulenta.
¿Qué significa
esta discriminación en el reparto de las asignaciones dispuestas por el Estado –a
través del Gobierno- a los diferentes sectores de la población?
Pues
bien, que lo que se le negaba a unos, se le adjudicaba a otros.
Así, los
sectores más humildes de la sociedad, mantenían los lujos de los poderosos.
Millones
de jubilados, cobrando la mínima, eran obligados a trasladar lo que les
correspondía, al dislate de mantener el juego y los negocios de los empresarios
de Casinos
Cientos
de miles de desocupados dejaban de percibir una asignación algo más digna, para
que los Bancos y las Financieras estuvieran más tranquilos y holgados en su
tarea parasitaria de vivir de lo ajeno
Millones
de asalariados pagaban y pagan parte de su salario para que las mineras y las
petroleras pudieran saquear sin riesgo alguno nuestras riquezas estratégicas y
perecederas.
En fin,
millones de trabajadores argentinos eran y son estafados no sólo al robarles la
riqueza que producen, sino que tenían -y tienen- que pagar para que los
empresarios y financistas desarrollen sin sobresaltos sus actividades, para que
disfruten de sus vidas a costa del sacrificio de las mayorías populares
Exactamente,
lo contrario a lo “progresivo”
El mundo del revés, se le dice...
El kirchnerismo “lo
hizo”
Estos
que dicen propulsar un “Capitalismo Serio”, han creado una estructura económica
que se asemeja a un “socialismo para ricos”, pues hace desaparecer como por
arte de magia el famoso “riesgo” que en teoría toda inversión capitalista debe
tener, a la vez que los mantiene el Estado.
Estos
que se hacen llamar “populares” han pergeñado una política que es una inmensa
succionadora de recursos de las mayorías populares en favor de las clases
pudientes
Ahora,
cuales pecadores que van al confesionario de la Historia, sacan esos
disparatados e injustos subsidios a la riqueza, en una correcta decisión.
Sería
demasiado pretender que este gobierno estatice las áreas estratégicas de la
economía, pero al menos podría aumentar la presión a los que hasta ahora han
ganado a tasas escandalosas, para seguir subsidiando a los sectores más
vulnerables de la sociedad.
Pero al
anunciar las nuevas medidas en conferencia de prensa, los ministros de Vido y
Boudou se apresuraron a pronunciar la frase “es el comienzo”.... advirtiendo
que primero empiezan por los ricos... para seguir con los pobres.
Hasta allí llega el
“progresismo”K.
Para el
gobierno, la diferencia entre los que más tienen y los que menos ganan, es de
sólo unos meses...
Y un
trámite burocrático donde los verdugos deciden quién paga y quién no
Suena a
cargada cuando los funcionarios dicen que no habrá aumentos de tarifas sin
ponerse colorados.
Porque
lo que antes ponía el Estado, en poco tiempo lo tendrán que cubrir los trabajadores
de sus bolsillos.
Para las
empresas, prácticamente, no cambiará nada.
La
última pregunta, de no menor importancia, que queda por hacer, es...
¿Y a
dónde va a parar ese ahorro?
¿Qué va
a hacer la administración pingüina con esa masa de dinero?
Está más
que claro que la crisis “que nunca iba a llegar a Argentina”, como cacareó el
gobierno, llegó.
No puede
ser de otra manera en una economía que depende de la venta de soja a China, y
que coloca el 75% de los autos que arma, en el vecino Brasil.
Si dependemos
de lo que le vendemos al mundo, y la economía mundial se contrae, es al menos
pecar de inocente pensar en salir indemne de semejante realidad.
Las
reservas cayeron en 5000 millones de dólares en lo que va del año y el
superávit fiscal y comercial se hace difícil de mantener.
La
Argentina, según ha establecido el gobierno “nacional y popular”, debe honrar
sus “deudas” con el imperialismo financiero, aunque sean odiosas y estén
viciadas de nulidad desde su origen. Todo para seguir manteniendo “el modelo”
que perpetúa las diferencias entre pobres y ricos, y que se basa en el saqueo
de nuestras riquezas y en la explotación de los trabajadores.
Para
ello necesita divisas contantes y sonantes, y por supuesto saldrán de algún
lado: en este caso, se le sacará a los bolsillos populares para seguir llenando
-como nunca dejó de hacerlo el gobierno K- las arcas de los buitres imperiales.
No puede esperarse otra cosa de
una administración que durante años les negó el 82% móvil a los jubilados para
subsidiar a los Casinos
Gustavo
Robles
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