"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 1 de diciembre de 2011

Pasaron 10 años...



Pasaron diez años
El 1º día hábil de diciembre del 2001 nos despertamos con la certeza de que algo había cambiado.
De la noche a la mañana nos vimos impedidos de retirar nuestros depósitos en dólares a pesar de estar regidos por una ley de convertibilidad que garantizaba que lo pudiésemos hacer.
Se podía pagar o transferir, todo menos acceder al dinero en mano.
De ahí pasamos a la caída generada del presidente gobernante, al cambio de sucesores  en pocos días, a la declaración de un default  apurado, con el aplauso  de nuestros representantes, como si negarnos a pagar nuestras deudas hubiera sido una cruzada patriótica que podía mejorar  nuestras vidas, y finalmente a la pesificación de las deudas. Hoy, a la distancia, parecería que esto sucedió en apenas unos minutos pero esta vorágine a muchos nos dejó fuera del mundo en que vivíamos y con mucha angustia.
Luego vinieron tiempos de búsqueda de otros heridos
.  De formación de grupos en defensa de nuestros comunes intereses
. De tratar de encontrar apoyos adecuados
. De cruzarnos y compartir acciones con Nito Artaza que hizo mucho en esta lucha tan desigual.
También padecimos discriminaciones.
Como llamar si no, a la licuación de deudas de grandes Empresas y de provincias mal administradas, mientras que a nosotros se nos negaba recuperar nuestro dinero para poder comprarnos la casita soñada, hacerle esa operación necesaria a alguien de nuestra familia, o darle una mejor educación a nuestros hijos.
De acuerdo a donde habíamos puesto nuestros ahorros, tuvimos mejores o peores posibilidades de ir recuperándolos, pero para muchos, la vida había cambiado irremediablemente y en muchos casos pasamos a ser sobrevivientes.
Es así que mucha gente no se recuperó jamás y que incluso unos miles quedaron en el camino (Que en paz descansen!)
Sin embargo hubo sectores que se beneficiaron y mucho: quien no lo haría si de un día para otro se le licúan  sus deudas  y además se le entrega un mercado cautivo de clientes y de trabajadores.
Quizás sea este el momento  para que nuestra clase dirigente, que se benefició con la brutal transferencia de recursos, acepte que es hora de devolver los favores a aquellos que no se rindieron y fueron los afectados directos.
Pasaron diez años.
Los argentinos necesitamos reconciliarnos para poder construir una patria en serio para todos, donde no haya más vencedores y vencidos…-

Horacio Vázquez

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