Medios, jornadas, encuentros, documentos, aseveraciones, apoyo, rechazo, compromiso, vericuetos jurídicos, improvisaciones, imposiciones culturales, que me permito designar como seudo científicas o de minorías, políticos que, salvo raras excepciones, no se atreven a jugársela fuera de la demagogia manipuladora, ya que parece oportuno responder con el ”dejar hacer” para conquistar el apoyo, ¿de quién?...
Pasan los años y continuamos sumergidos en el superficial debate público, como si éste fuera independiente y tuviera la capacidad de presentar “su propia ética” como la “ética de la mayoría”.
Hasta ayer me preguntaba ¿por qué antes de decidir en distintas instancias no se organiza una consulta ciudadana previa?
Porque seguramente, si así fuera, no habría nada que debatir ni decidir unilateralmente.
Por esto hoy nos informamos sobre la decisión ya tomada:
“aborto libre en caso de violación”,
El primer gran retroceso para avanzar hacia esta, nuestra deshumanización programada.
Como expresé en mil y una oportunidades ¿podrán obligar a los Médicos (con mayúscula) a asesinar? ¿Podremos confiar en interlocutores que reafirman el uso y abuso del poder?
¿Cuál?
Puedo adelantar que no estaré conforme ni con una postura a favor ni con otra en contra hasta tanto se respeten todos los derechos de todas las personas, incluidas las no-natas...
Reparemos cómo se multiplican acciones legales en otros países como consecuencia de tan disparatadas iniciativas que legalizan la muerte de ese ciudadano aún partícipe indirecto de la sociedad, cómo se complica el área jurídica, cómo las situaciones, necesarias a otros intereses, que supuestamente se ubicaron en el marco jurídico correspondiente, dieron origen a infinidad de coletazos, producto del paralelismo intelectual, ético y espiritual.
Me permito sugerir que es necesario informarnos, concientes y libremente, que éste es un tema de Bioética, de ética de la vida, que nace de la percepción del peligro que acecha a la vida de cada persona
No intentemos, como ya es costumbre últimamente, enfrentar a católicos, protestantes, laicos, ateos con otras creencias que pululan por aquí y por allá bajo el disfraz de la arrogancia, también ya habitual, que lleva a mirar como enemigos a los que pensamos diferente y enmascara a quienes rotan el sentido del primer derecho y valor necesario:
La vida, para discernir y comprender que no es un tema de creencias sino una imposición de grupos en dependencia.
La Bioética es irreductible, porque la vida lo es ...
No es pensamiento puro, es acción, es solución y defensa justa y concreta.
Cuando los debates no son tendencias, hasta las posiciones que en principio pueden parecer irreconciliables, llegan a coincidir.
Una última reflexión:
En esta sociedad en la que tanto se hace mención a la identidad ¿por qué persigue casi obsesivamente anular la identidad de ese ser que no será?
¿Qué se quiere distorsionar?
La vida entera en su conjunto está en riesgo ante estas supuestas conquistas de libertad.
¿Qué más de lo implícitamente humano se pretende cambiar?
Mara Martinoli
www.apgargentina.blogspot.com
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