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Caricatura de Alfredo Sabat
La felicidad
Una definición del ego es la identificación y apego a una imagen errónea o falsa de uno mismo.
Por ejemplo, si me identifico con un rol profesional y lo convierto en la base de mi autoestima, estoy cometiendo un error ya que es obvio que yo no soy el rol.
Sin embargo, debido a que nos hemos desconectado de nuestra esencia, buscamos esas cualidades en elementos externos.
Queremos obtener la paz, la estabilidad y el amor desde el exterior.
La fórmula del ego siempre es: “Según lo que sucede, así me siento”.
Vivir en un mundo de deseos y expectativas, bajo la ilusión de que las circunstancias me van a traer la anhelada paz y felicidad… algún día.
La fórmula espiritual y correcta es: “Yo soy responsable de crear mis sentimientos y mi estado de consciencia y a partir de ahí, trato con las situaciones de la vida”.
Para liberarnos del ego, primero tenemos que identificar claramente su presencia y dejar de alimentar las actitudes y patrones de pensamientos que surgen de esa consciencia limitada.
Un principio sencillo es darnos cuenta de que donde hay ego, hay apego.
Donde hay apego, experimentaremos alguna forma de resistencia al cambio en nuestro interior.
Y donde hay resistencia, también hay miedo.
Miedo a perder o tener que renunciar al objeto de nuestro apego.
Por ejemplo, si lo que tengo es apego a mi rol profesional, tendré resistencia al cambio y miedo a que otros puedan arrebatármelo o pueda perderlo.
El rol se ha convertido en parte de mi identidad.
El alma es un ser libre de identificaciones y apegos.
Mi estado natural es el de paz y bienestar.
Por eso es tan importante meditar y experimentar la verdadera consciencia del ser.
De esta manera podremos diferenciar claramente cuándo estamos en la consciencia de nuestra verdadera esencia y cuándo estamos en la consciencia falsa y limitada del ego.
¡¡¡Gracias por leerme...!!!
Neto Guerra
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