El blog de Edurne Uriarte / ABC
(En la fotografía, el ultraizquierdista Mélenchon y la ultraderechista Le Pen)
Los "xenófobos" son, según todos y cada uno de los analistas progresistas, los votantes del Frente Nacional de Marine Le Pen. Así han sido calificados una y otra vez en los últimos meses y años.
Además, por supuesto, han sido tachados de "ultras" y "extremistas".
Hoy, por ejemplo, los dos artículos principales de El País, el de Ana Teruel ("La ultraderecha conquista la tercera posición con un resultado histórico") y el de Joaquín Prieto ("Todos contra el "hiperpresidente") califican al Frente Nacional de extrema derecha o de ultraderecha nada más y nada menos que en un total de 10 ocasiones. Leánse ambos artículos y obsérvense los calificativos.
Sin embargo, a su perfecto equivalente en la izquierda, al Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon lo tachan de "izquierda radical", y una sola vez.
Como alternativa, le llaman, una sola vez también, izquierdista o, en todo caso, por el nombre del partido, Frente de Izquierda. Nunca extrema izquierda o ultraizquierdista, que suenan mucho peor.
Resulta que, según las encuestas, los ultraizquierdistas van a votar en masa a Hollande en la segunda vuelta. Según las mismas encuestas, los ultraderechistas no van a votar en masa, sin embargo, a Sarkozy.
Todo lo contrario, una buena parte va a votar a Hollande, otra parte significativa se quedará en casa y solo una parte optará por Sarkozy.
Lo explica muy bien hoy Juan Pedro Quiñonero en ABC ("Una Francia ultraconservadora puede elegir a un presidente socialista")
Extravagante situación sociológico-ideológica que, por supuesto, no alterará el paraíso de la manipulación progresista, ese en el que la extrema izquierda nunca lo es y la extrema derecha es ultra y xenófoba aunque vaya a votar a un socialista para la presidencia francesa.
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