Los cacerolazos irritan al Gobierno

Anoche volvió a haber otras manifestaciones

Otro día de cacerolazos en Santa Fe y Callao.
Foto: Hernán Zenteno
Por segundo día consecutivo, grupos de porteños salieron a la calle a protestar con cacerolas contra el Gobierno, por el cerrojo cambiario y las sospechas de corrupción.
Pese a que no fueron multitudinarios, causaron malestar y preocupación en la Casa Rosada, según contaron fuentes cercanas a la Presidenta.
Los primeros cacerolazos, el jueves, en varias esquinas porteñas -convocados por las redes sociales- despertaron alarmas en el Gobierno.
Algunas fuentes indicaron que Cristina Kirchner pidió a sus funcionarios transmitir mensajes que descompriman el malestar que genera el cepo cambiario.
Sobre todo, las versiones de pesificación e indexación de la economía.

"Los precedentes de los cacerolazos en la Argentina son muy fuertes y lo que menos quiere la Presidenta es la gente en la calle", decían ayer funcionarios allegados Cristina Kirchner.

Las cacerolas se oyeron anoche en Santa Fe y Callao, donde se juntaron unas 300 personas pasadas las 22. También en esquinas de Belgrano y de Recoleta.
De todos modos, la protesta tuvo menos eco que la del jueves.

La convocatoria fue fogoneada desde las redes sociales, con consignas contra el kirchnerismo, reclamos por las denuncias de corrupción, la inseguridad y, en especial, el cepo cambiario.

Una de las principales apuestas que tenían ayer quienes motorizaban los cacerolazos era organizar una protesta fuerte en la Plaza de Mayo, a las 22.

Pero a esa hora se reunió un grupo muy reducido de personas, que cantó consignas contra el Gobierno durante unos minutos y se retiró.

En las esquinas donde se preveía mayor movimiento de gente hubo refuerzo de seguridad policial, pero no se registraron incidentes