"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 21 de septiembre de 2012

El valor de la palabra dada


Por Corina Ríos
En esta Argentina nuestra, en que a alguien, alguna vez, se le ocurriera decir, que Dios nació en la Argentina y que “atiende” en Buenos Aires… aquí, aparte de la moneda, se devalúa la palabra…
Tanto la moneda como la palabra, la devalúan, quiénes juraron, por Dios, servir a la Patria...
Y se degradan ellos y no les importa nada, degradar a la Patria.

Al finalizar la presidencia Patricio Aylwin * (ex presidente chileno), expresó:
Mi palabra es un contrato, razón por la que no se permitió (a él mismo) quedarse en el cargo mediante la reforma de la Constitución chilena, que prohíbe la reelección, a pesar de la corriente mayoritaria que en 1994 lo instaba a hacerlo.
La clase que perdió un rol
Levin propone conversar sobre algunas cuestiones que considera clave para comprender estos tiempos.
El signo de la sociedad en estos tiempos es la deserción de la clase capitalista del papel que históricamente tuvo.
P: ¿Cuál era ese papel?
PL: - No digo asegurar, pero por lo menos brindar una conducción verosímil capaz de ofrecer una perspectiva de desarrollo y progreso para la gente.
Y de ofrecer ocupación a la clase obrera.
La clase capitalista existe, pero lo que se desvaneció es su capacidad para seguir desempeñando ese papel. Su posibilidad de ejercer una hegemonía como clase dominante, está muy menoscabada.
Esto es una situación inédita en el país.
Y por eso las instituciones y hasta las palabras que usamos son obsoletas, corresponden a una estructura social que no existe.
P: ¿Por ejemplo?
PL: Cualquier palabra. Por ejemplo, mandatario.
La palabra incluía un engaño en los mejores tiempos de vigencia de las instituciones burguesas, porque se le decía primer mandatario al tipo que mandaba, cuando el concepto significa todo lo contrario: 
Es el que tiene que cumplir un mandato.
El mandato que le da el pueblo no lo ejerció nunca, pero sí tenía el mando.
En ese mando se concretaba algo que se ha desvanecido:
La soberanía nacional, que le daba un sentido al conjunto de definiciones, instituciones y sistemas de representación.
Los cargos de los funcionarios, como una cáscara vacía, perdieron su significado.
Se sigue repitiendo maníacamente el ritual de las elecciones, que no molestan a nadie porque de ninguna va a surgir ningún gobierno con autoridad suficiente como para dar una orientación o una estrategia, porque verdaderamente no gobiernan nada.
Al vaciarse el poder del Estado de su contenido esencial de soberanía, la ritual política se convierte en un show vacuo.
Y los representantes, los primeros mandatarios con sus gabinetes, son acróbatas que han aprendido a hacer equilibro en campos de fuerza que sobrepasan completamente su capacidad de decidir y seguramente también la de interpretar.
Al copiar las expresiones del ex presidente chileno (‘2005) hago uso de la palabra escrita:
- Mientras que nuestros representantes siguen sin saber el significado de la palabra empeñada en su juramento de: “Servir a la Patria”
Estoy pensando que llegó el punto de reclamarles por esa palabra jurada…  y si no la cumplen, la justicia debería preocuparse y ocuparse de hacerles cumplir con el contrato “de palabra” que asumieran con sus administrados
La diosa Fides, en la mitología romana, era la diosa de la confianza.
Con el culto a Fides se encarnaba el sentimiento más elevado de los romanos:
"El respeto a la palabra dada, la fe en su sentido más originario que preserva al Estado y a sus individuos..." La diosa personificaba el respeto hacia la palabra, que soporta el fundamento de todo orden social y político.
...

Siete años más tarde comprobamos que la palabra de los políticos se continúa devaluando MUCHO más que los pesos m/n de 1881.
En –él mientras tanto asistimos a la pretensión de la re-re-re elección de Cristina Fernández (viuda e Kircner)
*   Patricio Aylwin: es un político democratacristiano y jurista chileno.
Aylwin fue el primer presidente democráticamente electo tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en el que fue derrocado Salvador Allende y se instauró el Régimen Militar encabezado por Augusto Pinochet.
Así, el mandato de Aylwin dio inicio al periodo conocido como la Transición.
De acuerdo con la constitución vigente, en Chile, el presidente tiene el deber general de desempeñar fielmente su cargo, mantener la independencia de la nación y guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, tal como lo señala el juramento o promesa que presta al asumir sus funciones…

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