El Banco Provincia otorga publicidad oficial a medios con empleados en negro

Gustavo Marangoni, titular del Banco Provincia.
A fines del año pasado el ejecutivo bonaerense promulgó una ley que obliga a la Provincia a no otorgar publicidad oficial a los medios de comunicación que tengan personal no registrado en los organismos pertinentes.
Sin embargo, a casi un año de la publicación en el boletín oficial, el Banco Provincia de Buenos Aires extiende pautas publicitarias a empresas que no cumplen con este requisito.

En noviembre de 2011 Daniel Scioli promulgó una ley aprobada en diputados, en la que se adhiere al artículo 64 de la Ley nacional 12.908 del Estatuto del Periodista, en la que se prohíbe el otorgamiento de la publicidad oficial a las empresas que no cumplen con las normas laborales y previsionales de los periodistas.

El artículo establece que "las dependencias de la administración, reparticiones y autoridades judiciales no podrán disponer publicaciones de ninguna índole, condicionadas a un régimen de tarifas, en diarios, revistas, periódicos y órganos de difusión que utilicen personal comprendido en este estatuto que no hayan cumplido previamente las disposiciones" del Estatuto del Periodista establecido por la ley nacional 12.908.

Sin embargo, el Banco Provincia de Buenos Aires, no cumple con la ley y entrega densas pautas publicitarias a medios de comunicación que tienen personal periodístico en negro o en calidad de monotributista. Claros ejemplos son algunos multimedios platenses, cuyos empleados han denunciado públicamente el deplorable estado laboral que padecen.

Pero, si aún cuando las manifestaciones y reclamos son claras  y poco se ha hecho desde los organismos de control para solucionar los problemas laborales de los trabajadores de la comunicación, es claro que mucho menos se hará para controlar a una entidad tan importante para la provincia como el banco, presidido por Gustavo Marangoni, quien otorga pautas discrecionalmente a medios amigos.

Parece que la línea de lo legal se esfuma o no es necesaria si a cambio se publican buenas noticias. Lo más triste del caso es que actitudes como estas sólo nos auguran a los ocasionales clientes, irresponsabilidad legal en el accionar diario, poca confianza y  falta de seguridad.

¡Pobre de nosotros!