"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 25 de octubre de 2012

Los destituyentes del 8-N y los demócratas del 7-D


Por Gabriela Pousá (*)
Aunque a veces parezca lo contrario, no somos personajes de ficción.
Sin embargo, en ocasiones me vienen a la memoria argumentos de libros que he leído, y es inevitable el parangón de sus protagonistas con los argentinos.

Vivimos asidos a un calendario como si ciertas fechas marcaran implacablemente nuestro destino, observamos la política reducida al 7D, sin antes ni después.
Y gran parte de la ciudadanía se aferra al 8N como el naufrago al salvavidas.
Quizás porque es la única resistencia a la ignominia, o quizás porque la razón quedó retenida en Ghana junto a la Fragata.

Lo cierto es que la coherencia no nos acompaña.
Descubro así que hay más respuestas en la biblioteca que en la ciencia.
No es azar ni capricho, es la sentencia de Oscar Wilde que se hace tangente en la realidad:
“El arte adelanta siempre la vida”.
Y también a la politica.

Lo compruebo, por ejemplo, al recordar los hechos narrados en el Ensayo sobre la Lucidez de José Saramago.
Personajes imaginarios vivieron en esas paginas situaciones que nosotros también atravesamos.
Advierto hasta qué punto se ha anulado lo normal en pro de lo común.
Y hoy lo común, es decir lo que sucede a diario, es la normalidad que aceptamos casi sin asombrarnos.

Leo: “Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre, la mayoría de sus habitantes decide individualmente ejercer su derecho al voto de una manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto revolucionario, capaz de socavar los cimientos de una democracia degenerada, sea producto de una conjura anarquista o de grupos extremistas desconocidos. Las cloacas del poder se ponen en marcha: los culpables tienen que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan.”

Cualquier similitud con la coyuntura nacional se supone que es casualidad, pues ese párrafo pertenece al citado ensayo.
Ahora bien, si acaso el 8N la gente se manifiesta por propio interés (o desinterés en este modo de concebir la política como una guerra perpetua), no hay duda que el gobierno buscará culpables, organizadores y hasta “golpistas” insensatos cuyas armas son apenas unos teclados.
“Y si no se hallan, se inventan”

Dirán que ellos han tipeado correos destituyentes, armado cadenas, e instado a la insurrección que pretende desterrar al régimen.
Medios oficialistas ya han denunciado que no hay movilizaciones espontáneas, que ciertos grupos comandan, y hasta han aludido a internas originadas en el afán de figurar: la manía del primer lugar.
Un espacio devaluado por la sagaz tergiversación de ideas, palabras, vocablos.

Antes, el lugar más importante era para el mejor, se requería sabiduría, talento y virtud, hoy basta con formar parte de un escándalo.
Con eso el “éxito” ya esta garantizado.
Se comprende así cual es la crisis real que hace mella en la actualidad:
La decadencia moral.

Pero regresemos a las acusaciones.
Veamos una prueba fáctica de esos mails “impertinentes, revolucionarios y anti democráticos”.
Textualmente copio debajo uno cualquiera de los que me han llegado.
Nadie puede evitar recibir en su cuenta un sinfín de artículos, opiniones, etc., con algunos de los cuales se concuerda, y con otros se disiente.
Esta eventualidad atañe simplemente a la libertad de expresarse.

Inicio del mensaje reenviado: (Cambio el remitente justamente por lo aquí expresado)
 La verdad es que para ser un mensaje golpista al menos, está bien redactado pero seguramente la estrategia para llevar a cabo la emboscada esté cifrada…
O yo no la veo.
¿De qué conspiración hablan?
Tranquilidad a Cristina Kirchner, porque si esto es organizar la destitución de un jefe de Estado, fracasan estrepitosamente antes de intentarlo.

Es tragicómica la denuncia y carece de sentido la advertencia.
De todos modos, fortalecerán el relato de la oligarquía golpista, las mujeres bien vestidas, y los barrios selectos.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”
Se les agotan los argumentos.

Si realmente Cristina Kirchner se siente amenazada por una convocatoria de esa índole, si flaquea frente a la libre expresión de la ciudadanía, lo más aconsejable es una consulta médica.
Un mitin con su mesa chica en esas instancias arrojaría más nafta.
Lo cierto es que no habrá soluciones a las demandas del pueblo.
Es la fábula del escorpión y la rana, es la naturaleza de la mandataria.

De ese modo, lo que viene se asemeja en demasía a una caza de brujas, a la implementación de esas viejas metodologías que, paradójicamente, ellos critican.
Eso sí, no será posible anclar la responsabilidad en los 90′, situación conflictiva para el Ejecutivo que tiene a esa década, en su lista de excusas primera.

Alguien pagará.
Cristina no olvida, y toda expresión de reclamo es considerada una traición, aún cuando prime el respeto y la calma.
Es sabido como obra la jefe de Estado:
Deja las cosas como están, hace como si nada hubiera pasado.
Volará a El Calafate, “mutis por el foro” le dicen en teatro.
En este circo no sé que expresión le cabe.

La huída y el ninguneo son sus tácticas de supervivencia, y es también la evidencia más cabal de no tener respuestas.
Cuando le sea necesario volver, es posible que aluda a poderes desestabilizadores que, ¿de dónde vienen…?
Seguro acertamos: de Clarín.
Son previsibles cuando se les trastoca el escenario.
El chivo expiatorio apropiado para justificar la embestida del 8D.
Antes y después, sálvese quien pueda en la anomia que nos dejan.

Una última consideración.
Hay convocatoria para el 8N, y seguramente hay gente interesada en la política.
¿Cuál es el problema?
¿No festejaba eso la Presidente cuando surgió La Cámpora?
¿Quiénes cantan y gritan en la previa de sus diatribas?
Pues hay otros jóvenes con ideas diferentes, pero con idéntico derecho, creo.

Hay invitaciones a expresarse el 8N, como las hay para cada acto o movilización oficial.
Las diferencias entre unas y otras son interesantes.
En primer lugar, todas y todos, pagamos el cotillón popular y nacional.
En los “malos del 8N” no hay acción coercitiva para sumarse, no hay Vatayón Militante, no hay micros ni choripán, no hay limosna para estar.
No hay banderías sindicales ni trapos colorados flameando.
No hay peleas para ver qué intendente se ubica más cerca.
En definitiva, no hay nadie que diga que hacer, que imponga por decreto una conducta, ni que pregone el ocaso de BAE, Tiempo Argentino o Página12…

Pero me excedí en el largo de la nota, y además las palabras sobran.
Vean debajo cómo se convoca, qué rezan los afiches elegidos azarosamente (ejemplos sobran), y descubran por sí mismos quiénes son los desestabilizadores llenos de odio, y quiénes sólo bregan por un país de veras.

(*) Lic. GABRIELA R. POUSA - Licenciada en Comunicación Social (Universidad del Salvador), Master en Economía y Ciencia Política (Eseade), es autora del libro “La Opinión Pública: un Nuevo factor de Poder”. Se desempeña como analista de coyuntura independiente, no pertenece a ningún partido ni milita en movimiento político alguno. Crónica y Análisis publica esta nota por gentileza de su autora y de "Perspectivas Políticas". Queda prohibida su reproducción sin mención de la fuente

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