"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 14 de enero de 2013

Apostasía


OPINIÓN:
Todos tenemos deberes y obligaciones proporcionados a nuestras  fuerzas y capacidades. 
Los más fuertes, los más valientes, los más lúcidos, adquirimos responsabilidades mayores que la gente común. 
Admiramos al héroe pero ¿todos tenemos la obligación de  comportamiento heroico? 
Pareciera que no.
Los griegos consideraban al héroe de naturaleza superior a la humana. 
Veneramos al mártir, que participando de la naturaleza humana, heredera de la caída de nuestro padre Adán, por dar fe de su amor a Jesucristo llega hasta la muerte.
El instinto nos empuña a preservar la vida; el mártir se sobrepone a su instinto en virtud del amor a Dios. En los primeros siglos la sangre de los mártires fue sementera de cristianismo (“sanguis martyrum semen christianorum est”, dice Tertuliano).

Miles de mártires enriquecen el santoral
Aunque hubo casos en que se eludió el martirio. 
Fue en la Revolución Francesa. 
En su rechazo a los órdenes y las jerarquías, la revolución quiso liquidar a la religión. 
Eran gente de armas llevar y de ánimo pronto y vivo para usarlas con saña; no andaban con chiquitas. Inventan la guillotina para ser más fríamente eficaces y la aplican, no sólo en pescuezos aristocráticos sino también en los de revolucionarios caídos en desgracia.

Octubre de 1793 es tiempo de especiales violencias. Se decide abolir la era cristiana reemplazada por la revolucionaria; idean aniquilar toda religión, Y el 7 de noviembre de 1793 el arzobispo de París, acompañado de su clero, es obligado a abjurar de Cristo frente a la Convención. 
Son hombres de carne y hueso, débiles como nosotros, y tienen terror porque ven a su lado las consecuencias del odio desatado.
Abjuran formalmente de la fe. 
Posiblemente no sea verdadera apostasía, ya que guardarían la fe en sus corazones
Mientras tanto miles de sacerdotes en toda Francia sufrían valerosamente el martirio. 
En aquellos días, en el mismo París, los revolucionarios descontrolados matan una comunidad entera de monjas carmelitas.
La persecución religiosa era activa. 
Tres días después de la abjuración del clero se decreta obligatorio el culto a la diosa Razón. 
En Francia los libros eclesiásticos eran destruidos, destruidas las imágenes, los ornamentos sagrados, las reliquias de los santos, las campanas. 
Se derrumbaban campanarios por considerárselos opuestos a la igualdad que idolatraban.
Esos sacerdotes conocían la enseñanza del Señor, no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar”, y que “al que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de los hombres yo le negaré delante de mi Padre”.

En Argentina la jueza de la Corte Suprema de Justicia, Carmen Argibay, adelantó que promoverá que se eliminen “todos los crucifijos de las salas de audiencias”.
En el Congreso de la nación existe un proyecto  de retirar  del Salón de los Pasos Perdidos la imagen de la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora de Luján para reemplazarla por un “espacio multirreligioso al que puedan acceder miembros de distintas necesidades espirituales”. 
¡Nada menos que “La Virgen argentina de Luján”, que en 1630 “ancló” en nuestro suelo y cuyo culto ha impuesto silenciosa y tradicionalmente nuestro mismo pueblo!
¡Nuestra querida Virgen de Luján, cuya imagen estampada en un estandarte acompañó a los patriotas de la Reconquista, a quien Belgrano ofrendó las banderas ganadas en el Norte y a cuyos pies el General San Martín dejó su espada al volver de las campañas en el Perú.
¡La Virgen de Luján, ante cuya imagen desfilaron y continúan desfilando generaciones de argentinos de todas las edades y de todas las provincias, y aun de naciones hermanas, a lo largo de nuestra historia, en acción de gracias y pidiendo su protección!

Tremendo sería el terror para olvidar estas admoniciones evangélicas.
Hoy en nuestra vecina ciudad de Salta – Argentina - rompieron la Gruta y la Virgen que estaba en la parroquia Nuestra Señora del Valle de Gral. Güemes Salta.

NO SE DEBE OLVIDAR QUE LA REPÚBLICA ARGENTINA ES MARIANA.

DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN

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