Las razones de fondo
Ignacio Ros
Lo anunció el Gobierno, pero habrá que esperar a que su reglamentación elimine los grises.
Algunos analistas económicos especulan con que es la llave para que Guillermo Moreno pueda controlar la cotización del dólar paralelo. Veamos…
Alrededor de US$ 160 mil millones de argentinos se encuentran fuera del país y no analizamos el porqué. El Gobierno, que un puñado de meses atrás crucificaba la fuga de capitales, ahora encontró un poco de misericordia en su corazón y ofrece una suerte de “perdonazo”.
¿Somos un país de fugadores compulsivos? ¿El argentino tiene un sentimiento antipatriótico tan fuerte que prefiere generar intereses en el exterior o es que las condiciones no están dadas para que los ahorristas e inversores repatríen sus capitales? Hoy, los dólares afuera más que cuadriplican a las reservas del Banco Central y superan en 22 veces el monto diario operado por la Bolsa local. Si queremos hablar en serio, dejemos de lado a los CEDINes (Certificado de Depósito para Inversión) y los BADEs (Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico) que anunció la semana pasada el Gobierno, y hablemos de confianza.
¿Estos bonos patrióticos que diseñaron son suficientes para que los que tienen su dinero en el exterior lo blanqueen? Se les ofrece un 4% anual y eximirlos de los impuestos que deberían pagar. Más allá de los debates éticos y morales que conlleva el hecho de que un Gobierno condone el pago de estos tributos, en una época que según dicen los funcionarios no es de crisis, habría que reconstruir ciertos puentes que fueron dinamitados.
Será difícil que la gente confíe en este bono, cuando ni siquiera confía en el peso y a la fuerza le quitaron la opción del dólar como reserva de valor. Después de una experiencia traumática, como lo fue la confiscación de depósitos en 2001, el poco respeto a las normas institucionales de los últimos años (inflación que no se reconoce, divisas paralelas, financiación del Estado a través de la ANSES, trabas a las importaciones y manejo a dedo de los cupos para exportar) no confluye en fortalecer la confianza del argentino.
Detrás de este último movimiento del Ejecutivo, el Gobierno reconoce el problema que tiene el Central para acumular reservas. Se fueron US$ 8.100 millones. Con una política de no endeudarse en el exterior y con la inversión extranjera en el freezer, los verdes se vuelven escasos.
La sangría de los últimos meses queda más que clara en el gráfico a continuación:
“Cuánto se puede captar de los ahorros no declarados de los argentinos es debatible y dependerá básicamente de los incentivos y de las reglas de juego, que hasta ahora han sido poco favorables. Un monto similar al del blanqueo de 2009, o incluso algo menos, podría considerarse un éxito, permitiendo recuperar, al menos por un tiempo, la mitad de los dólares perdidos en el último año”, destacan desde la consultora Analytica.
Sin embargo, como suele suceder, habrá que esperar a la reglamentación de este proyecto, porque hay muchos puntos -que no fueron aclarados- y que permiten elucubrar distintas teorías. Por ejemplo, si hay un mercado secundario para negociar los CEDINes en pesos se estaría validando una cotización paralela del dólar, cercana más a los valores del blue que al oficial. Si el mercado de compra y venta es flexible, el que fue con sus dólares a blanquearlos al Central y le dieron un CEDIN va a tratar de venderlo tan rápido como pueda en el mercado secundario.
Si es así, serán títulos que quemarán las manos de sus tenedores y circularán poco. A menos que la reglamentación diga algo diferente, costará seducir a un ahorrista para que conserve este título en dólares al 4%, cuando un bono como el Boden 15 rinde el triple.
Algunos analistas especulan con que es el camino para que el Gobierno controle de manera legal el mercado de cambios paralelo. ¿Cómo se haría esto? El Central entregaría CEDINes para que los cambistas se los den a aquellos ahorristas que piden dólares. A través de esta bicicleta financiera se buscaría reducir la brecha del informal con el oficial.
¿Será que Guillermo Moreno encontró el camino para manejar el blue sin amedrentar cueveros?
Las verdaderas intenciones de esta iniciativa y su éxito se conocerán con su reglamentación. Lo cierto es que si surgieron estas especulaciones entre los analistas económicos es que la confianza todavía es un valor lejano.
LA CONFIANZA LO ES TODO
No importa si hablamos de una pareja o de la relación de un pueblo con su Gobierno. Una historia económica pendular con ocho crisis -de menor y mayor intensidad- en los últimos 50 años erosionó la confianza de los argentinos. Volver a construirla tomará años de estabilidad política y económica, de previsibilidad financiera y de reglas de juego claras para todos por igual.
El "Trustbarometer 2013", divulgado la semana por El Cronista, hace foco en esta crisis de confianza local que va a contramano de lo que está sucediendo en el mundo. El informe fue presentado en el Foro Económico Mundial de Davos y se realizó con encuestas a 31 mil personas, de 26 países.
Según revela El Cronista, haciéndose eco del análisis, "frente a la suba generalizada de la credibilidad, la Argentina es el único país que muestra una merma en sus indicadores, con un desempeño de -9 respecto del año anterior. El estudio refleja que durante el último año la confianza se recuperó en el mundo. Pero la Argentina es el único país que cayó en las cuatro variables que analizamos", destaca Allan McCrea Steele, presidente y CEO de Edelman Argentina.
"Decisiones políticas equivocadas", "corrupción y fraude", "falta de transparencia", "falta de regulación y controles" e "incompetencia" son algunas de las razones que esgrimieron los encuestados para explicar su desconfianza. Conceptos para tomar nota...
Un saludo,
Ignacio
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