¿Por qué estoy tan triste Sra. Presidenta?

Sin duda hoy jueves 22 de agosto todos nos encontramos hablando de las repercusiones que tuvieron sus palabras en la Mesa de Diálogo.
Alguna vez entre las públicas cartas que le dirigen mis colegas yo también le escribí una en la que me preguntaba: ¿Por qué estaba tan enojada?
Lamentablemente, hoy al enojo le sumo la tristeza.
Posiblemente mi pena no le quite el sueño como algunas noches a mí, ¿Sabe una cosa?…
Yo me crié en un país que soñaba sucesos diferentes a los que hoy vivo.
Cuando asumió su marido le confieso que pensé que por ser coetáneos, tal vez venía por la gloria que nos fue cercenada por tantos golpes militares.
Al poco tiempo me empecé a dar cuenta que no era el bronce lo que querían.
Pensé aun así que con paciencia tal vez todos, ciudadanos y gobernantes los podríamos acompañar en el difícil camino de aprender a gobernar.
Hoy, después de casi diez años, con profunda tristeza me doy cuenta que nunca intentaron comprendernos a una gran parte de los ciudadanos que aquí vivimos.

Empezamos muchos de nosotros a vivir con miedo.
Las peores prácticas difamatorias comenzaron a sucederse.
Si pensás distinto te va a ser difícil conseguir trabajo.
Si pensás distinto siempre va a haber alguien dispuesto a abrirte una causa.
Si pensás distinto la AFIP siempre estará dispuesta a hacerte una visita.
Si pensás distinto siempre hay un hijo que puede generarte una preocupación.
Ud. me dice a mí y a tantos que en la mesa de diálogo descubre a muchos empresarios que ganaron dinero en su década.
Yo me pregunto: ¿Lo hicieron cometiendo algún dolo?
¿No?
Y entonces ¿Cuál es el delito?
¿Debieron ganar menos?
¿Se les debieron cobrar más impuestos?
Si esto es así ¿por qué sus funcionarios no tomaron las medidas adecuadas?
¿Qué circunstancias hicieron que hoy algunos jubilados paguen impuestos a las ganancias?
¿Qué pasó?
¿No habían hecho los aportes correspondientes?
¿Por qué un trabajador con salarios, que Ud. sabe, apenas cubren su canasta familiar paga ganancias?
¿Cuánto hace que Ud. no tiene contacto con lo que cuesta alimentar dignamente a una familia tipo?

Y le digo dignamente Sra… con los insumos que cualquiera de nuestros niños o adultos mayores requieren para tener una buena calidad de alimentación.
¿Cómo imagina a nuestro país dentro de 20 años?
¿Cómo lo imagina cuando Ud. cumpla 80?
¿Imagina a nuestros niños alfabetizados con sus notebooks entregadas en las campañas?
¿Qué le cuenta un dirigente como Cornide de la mediana empresa?
¿Está feliz como dirigente?
O ¿le transmite la preocupación de aquellos que no consiguen dar más trabajo porque no pueden absorber las cargas sociales que quisieran pagar?

¿Qué le cuenta Jorge Brito de la Asociación de Bancos Argentinos?
¿Están conformes con los créditos que pueden otorgar o le dicen que los requisitos que deben imponer separan cada vez más a los jóvenes del sueño del techo propio?
Tal vez Ud. me respondería como alguna vez lo hizo Cavallo en un programa de televisión con una pregunta:
¿Dónde aprendió Ud. de economía?
Yo le contestaría lo mismo que hace 15 años…
Son preguntas que me surgen del sentido común pero…
¿Sabe una cosa Sra. Presidenta?
Hoy al enojo lo reemplacé con la tristeza… porque no estamos mejor que en aquel momento.
Descolgar el cuadro de Videla fue muy importante y se lo dice alguien que orgullosamente se crió en una familia en donde mi padre también tenía vergüenza de esos oficiales que asesinaron y robaron pertenencias de los que dejaron sin voz y sin defensa.
Se lo digo porque aunque tengo miedo por las represalias y no me da cobardía decirlo, prefiero ser yo la que lo cuente.
Ud. dice que lo importante es no desfinanciar el Estado y yo le digo que si Ud. piensa esto desde el lugar en donde identifica al Estado como el lugar de pertenencia de todos los que habitamos el suelo argentino…
La verdad me pongo de pie y la aplaudo pero por ahora lo que percibí es que el Estado al que Ud. identifica como tal es el del rey sol que sostenía desde su absolutismo L´Etat c¨est moi o sea El Estado soy yo y desde ese concepto es muy difícil imaginar que las políticas públicas que generó y que generará a futuro vayan a representar el interés de todos.

Carolina Perin