"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 12 de noviembre de 2013

La destrucción de la república...

Por el Arq. José M. García Rozado (*)

A escasas horas de conocer el estado de salud de la Presidente, y a escasos 40 días de la asunción de los diputados y senadores electos el pasado 27 de octubre, solo queda preguntarse que hemos echo los argentinos para acabar con la destrucción, pormenorizada y sistemática iniciada el 24 de marzo de 1976 con Martínez de Hoz y Videla, continuada con Sourrouille y Alfonsín, profundizada por Cavallo y Menem (con el interregno de Cavallo y De la Rúa) y acabada por Néstor y Cristina Fernández.

No con dolor debo expresar que las palabras y manifestaciones de los diez (10) personajes de nuestra historia nacional, no se han correspondido con las actitudes y aconteceres por ellos llevadas a cabo: empobrecimiento de la masa popular,
endeudamiento inconcebible e innecesario,
trastocamiento de la cultura del trabajo y el esfuerzo por la de la especulación y la del sentirse depositarios de los derechos y no de las obligaciones,
desindustrialización nacional,
desguace del Estado y de sus bienes más preciados,
expulsión sistemática de nuestros pensadores y de nuestros cerebros,
desmovilización del pueblo respecto del “Ser y Sentir Nacional”,
desmalvinización del pueblo (la ciudadanía diría Juan José Sebrelli),
derechos humanos sobre valorados respecto de los subversivos de ayer y de hoy y en detrimento de las fuerzas de seguridad,
desmembramiento de las fuerzas armadas y su vaciamiento ideológico y hasta de equipamiento,
y podríamos seguir casi hasta el infinito pues la destrucción  y el desmembramiento no fue cuestión de un año, ni siquiera de un quinquenio, sino que duró 37 largos y penosos años...
O sea casi 4 décadas laboriosamente trabajadas por los cipayos de adentro y por la sinarquía internacional.

Enumerar todas y cada una de las acciones conducentes al fin ordenado y ejecutado durante los primeros 24 años es innecesario porque, si los conoce y es consciente usted amigo lector está en condiciones de seguir leyéndome, de lo contrario es innecesario que lo haga.
Estos últimos 10 años fueron el de la “coronación de la destrucción de la República”
Y ello se llevo a cabo en medio del fértil campo de la corrupción rampante,
la inseguridad popular (camino, causa y efecto de la penetración del narcotráfico),
vía la desprotección de las fronteras –secas y húmedas-, el mar argentino y los cielos de la Patria.

Para tal fin fue imprescindible desguazar o retirar la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, de ríos y fronteras –entregándolas a funciones para la que no fueron creadas y mucho menos capacitadas- para convertirlas en policías en los conurbanos o las ciudades/barrios y provincias.
No incorporación de tecnología (radares 3D) imprescindible para vigilar el espacio aéreo y marítimo y equipamiento adecuado –aviones de combate (interceptores),
helicópteros artillados y de transporte rápido de tropas,
navíos o lanchas rápidas,
aviones radares y de detección temprana,
y submarinos para la protección del mar argentino y sus recursos ictícolas, gasíferos y petroleros-, en nuestras fuerzas armadas.

Como corolario de todo esto se desguazó el Estado,  y la industria nacional, desincentivando el agregado de mano de obra a los productos primarios que argentina produce y exporta.
Asimismo, se desmovilizó y desmalvinizó al pueblo respecto del “ser y sentir Nacional”, imbuyéndolo de un espíritu anti nacional –desprestigio del “sano nacionalismo”, y del sentir a la Patria y sus símbolos o fechas (recordatorio de héroes y prohombres como Savio, Mosconi, Huergo, Castro Madero, etc)-
Así se fue cocinando la destrucción de la República y por fin de la Patria misma.
Hoy, en nuestra tierra es ser de otro mundo u otro tiempo hablar de nacionales y antinacionales (serios no los desaguisados del cristinismo y los camporistas),
de Patria, Pueblo,
Nación Estado,
cipayos, sinarquía,
imperialismo “bueno” si es el nuestro y “malo” cuando viene impuesto desde afuera –los centros de poder mundial (capitales, mercado, etc.) y la sinarquía-,
desarrollo y no simple progreso o crecimiento, conceptos que eran el pan diario en los encuentros y las discusiones de nuestra juventud y que hoy son cuestiones anacrónicas y de “viejos”.
Es en este cuadro de situación donde la sinarquía encuentra el campo propicio para iniciar el asalto final sobre argentina a través del narco tráfico y la narco guerrilla que hoy y aquí, está representada por la delincuencia común, los barra bravas, los trapitos y cuida coches y otro montón de mafias (mayores o menores) al servicio del fin último: la destrucción de la Patria y la República.

Desde el mes de agosto hasta noviembre, se vivieron una seguidillas de episodios de fugas de presos de cárceles en diferentes puntos del país.
En total, 45 reclusos (muchos de ellos peligrosos) lograron burlar las reglas de seguridad de los diferentes penales.
Con fugas cinematográficas, se conoció este viernes 8 de noviembre que 5 presos se fugaron de un penal en Bariloche.
Los hechos vuelven a repetirse, y las fugas en las cárceles en diferentes puntos del país se han vuelto ya una constante.
Esta secuencia, que incluyó diversos hechos inéditos.
Empezó el 17 de agosto, cuando un hombre que estaba condenado por varios abusos, se escapó de la Unidad penal 39 de Ituzaingó, tras drogar a un guardia con empanadas que contenían somníferos.
Días después, el 21 de agosto en el penal de Ezeiza cuando trece reclusos que estaban alojados allí hicieron un boquete en una celda, cavaron un túnel y cortaron el alambrado perimetral.
Aquella fuga provocó la caída del controvertido  Víctor Hortel, entonces jefe del Servicio Penitenciario Federal y defensor del polémico Vatayón Militante.
También el pasado 20 de octubre, dos detenidos en la subcomisaría de Merlo (en el conurbano bonaerense) escaparon pasando entre los barrotes de una celda de alojamiento provisorio, ya que los calabozos estaban clausurados.
Días después, ya en 18/09, un hombre que estaba condenado a prisión perpetua logró escapar de la Unidad Penal 11 de Neuquén.
El hombre, en una cinematográfica escena se escondió en un mueble fabricado en la cárcel.
El mismo preso ya había escapado en octubre de 2011 de otro penal.

El 9 de octubre, seis reclusos se escaparon de la comisaría de Béccar tras limar dos barrotes de una ventana que daba a un patio interno.
Luego escaparon corriendo por los techos vecinos.
El 26 de octubre, un ex gendarme que había sido detenido en mayo luego de un raid delictivo en el que mató a un cabo de la Policía Federal, se escapó del penal de máxima seguridad en Marcos Paz.
Ocurre que, Leandro Szynwelski aprovechó una pelea en el pabellón donde estaba alojado, cortó un alambrado perimetral y se escapó.
En Rosario, Santa Fe, también hubo escapes en la Alcaidía Mayor de la Unidad regional II.
En cinco días se produjeron dos hechos, lo que significó el desplazamiento de las autoridades.
El 31 de octubre, se registró la fuga de dos presos que eran llevados a la Unidad Penal 9 en La Plata.
Fue cuando el móvil que los trasladaba chocó contra un árbol porque el chofer esquivó a un perro. Aprovechando la confusión, los presos rompieron dos asientos del vehículo, levantaron un chapón que cubría la baulera y escaparon.
Después asaltaron al dueño de una camioneta y huyeron del lugar.
Ese mismo día, 12 presos se escaparon de la Unidad de Ejecución Penal 2 de General Roca, en Río Negro. Salieron por un túnel de 32 metros de largo que las autoridades penitenciarias habían descubierto unos días antes pero que no habían tapado en forma completa.
Nueve de esos fugados fueron recapturados.
El 4 de noviembre, en Río Negro, cuando un preso que estaba enyesado y golpeado por una pelea en la cárcel, se fugó del Penal 1 de Viedma.
El hecho más reciente se conoció este viernes 08 de noviembre, cinco reclusos que estaban alojados en la unidad penal III de la ciudad rionegrina de San Carlos de Bariloche se fugaron de esa cárcel aparentemente por un boquete que hicieron en el techo del lugar, informaron las autoridades policiales.
Se trata de la  fuga de un condenado y cuatro procesados por delitos graves y la noticia fue confirmada por el jefe de la Regional Tercera, comisario Adrián Paillalef, quien sostuvo que el hecho ocurrió el jueves 7 de noviembre.
“¿Sugestivo no?”

Un tema muy grave y similar se da con el operativo denominado “Flipper”, terminó en Rosario con la detención de Delfín Zacarías, cabeza de la familia Zacarías que conforma un formidable entramado de poder y drogas que incluye al Sedronar, el PAMI y a Protocolo y Ceremonial del matrimonio Kirchner.
El negocio abarcaba una de las cocinas de cocaína más grandes ubicadas en Santa Fe y la compra escandalosa de 40 propiedades en 1 año.
Este jueves 7 de noviembre culminó en Rosario (Santa Fe) el denominado Operativo “Flipper”.
Se secuestraron 300 kg de cocaína y 2.000 litros de precursor (una sustancia química utilizada en la producción y  fabricación de estupefacientes).
Cuando comenzó esa investigación hubo allanamientos en varias propiedades, una de ellas fue una mansión en la localidad de Funes donde se descubrió una de las cocinas de cocaína más grandes ubicadas de Santa Fe.
Semejante despliegue en territorio gobernado por la oposición al Gobierno nacional no podía pasar desapercibido para el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que acudió al lugar para las fotos de rigor
Pero algo pasó y Berni no volvió a mostrarse cerca del operativo. 

Según el periodista Jorge Boimvaser hubo un llamado desde Presidencia de la Nación para que Berni “bajara el perfil” y se borrara de la escena.
Ocurría que la familia que estaba involucrada en la investigación había estado vinculada con el gobierno de Néstor Kirchner y luego de Cristina Fernández desde la función pública. 

Un verdadero escándalo que estaba a punto de estallar y que alcanza al PAMI, al Sedronar y a funcionarios de Presidencia.
En esa red de narco tráfico está involucrado Luis Zacarías junto con sus hermanos y primos.
Según relata la agencia OPI Santa Cruz, la investigación que culminó esta semana se inició por al menos dos jueces federales, uno en Misiones y otro en Rosario (Santa Fe) y terminó con el operativo que denominaron “Flipper”, en referencia al principal implicado, “Delfín” David Zacarías, jefe del clan Zacarías y padre de la familia.

Así relata la historia de la familia Zacarías, Boimvaser en el “Diario Veloz”:
Miguel Zacarías “tuvo a su cargo la inscripción de empresas en los registros de proveedores de precursores químicos en la Secretaría antidrogas, SEDRONAR.

¿Qué es eso, pregunta usted? 
Ese ácido de olor fuerte que usan las mujeres para sacarse el esmalte de uñas, la acetona, es uno de los químicos imprescindibles para "cocinar" hojas de coca y convertirla en cocaína.
La SEDRONAR tendría que ser el organismo regulador para evitar que el producto llegue a manos de los fabricantes de narcóticos, pero ahí estaba Miguel Zacarías en las altas cumbres de la secretaría de Estado consiguiendo bidones de 25 litros como quien compra galletitas en el quiosco de la esquina.
Zacarías fue parte de la administración de José Ramón "Bochi" Graneros (ex odontólogo de Néstor Kirchner en Santa Cruz) y se alejó del cargo cuando llegó al organismo Rafael Bielsa, pero dejó su gente en la repartición y la obtención de acetona nunca se interrumpió hasta ahora.

Máximo Zacarías estaba al frente del PAMI Rosario, y utilizaba las ambulancias del organismo para transportar la droga ya fabricada.
Luis Zacarías (todos hermanos) fue parte de Ceremonial y Protocolo de Presidencia de la Nación, su credencial servía para "chapear" en toda instancia que fuera necesaria...
Si algún policía o gendarme dudaba de su identidad llamaba a Casa de Gobierno y le confirmaban que el hombre era parte de la planta.
Luis Zacarías también había formado parte de Ceremonial y Protocolo en Santa Cruz durante el gobierno de Néstor Kirchner, posteriormente estuvo junto a Julio de Vido quien lo echó de su Ministerio pero el hermanito siguió siendo un hombre de contacto y gestión en el kirchnerismo.”

Delfín David Zacarías era el jefe y padre de familia que ostentaba su amistad con Néstor Kirchner., aunque nunca contaba que le había disparado un balazo en el pecho a su anterior pareja y se tuvo que fugar de Santa Cruz para no ser encarcelado.
Disparó al Norte y en Salta conoció los entre telones del complejo mundo del narcotráfico.
” En su libro, “El Dueño”, Luis Majul aporta datos sobre otro integrante del clan, Rubén Zacarías:
“Durante su primer viaje presidencial a España, en julio de 2003, varios testigos vieron cómo (Néstor Kirchner) le dio una fuerte patada en el traste a Rubén Zacarías, responsable de Protocolo y Ceremonial”.
Y prosigue: “Zacarías, alias "El Petiso", es un correntino que aterrizó en Río Gallegos en 1982.
Empezó a trabajar en la Casa de Gobierno de Santa Cruz cuando asumió Puricelli.
Ahora (N. de la R: el tiempo refiere al momento de editarse el libro) es el jefe de Ceremonial de la presidenta Cristina Fernández.
Tiene dos hermanos: Miguel, quien trabajaba con Ramón Granero en la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, y Luis, quien atendía a Kirchner.
A Rubén, Kirchner lo sumó a su equipo y (ya en Buenos Aires) lo nombró subdirector general de Ceremonial. 
Cristina heredó al funcionario.
Volviendo al Operativo Flipper, la pesquisa, a cargo del fiscal Juan Murray, había comenzado en marzo, con la intervención de equipos inter disciplinarios de la Procunar.
Durante la investigación se priorizó llegar a los estamentos más altos en la cadena de tráfico.
El procedimiento, bautizado como "Operativo Flipper", estuvo protagonizado por policías federales sin vínculos en la zona”.
Según el portal “Fundamentar.com”, el fiscal destacó "el trabajo multidisciplinario, eficazmente coordinado por los fiscales y estratégicamente dirigido a los más altos eslabones de la cadena de comercialización narco-criminal" y remarcó que se trató de "una investigación realizada íntegramente por la Fiscalía y ejecutada por fuerzas de la Policía Federal Argentina".
Tras catorce allanamientos coordinados, la investigación culminó el jueves pasado con el hallazgo de una cocina de droga en una casa ubicada en Las Achiras 2825 del barrio Country Club de Funes, una localidad situada a 18 kilómetros del centro de Rosario.

En esa zona se realizaron diez procedimientos, otros tres se hicieron en la provincia de Buenos Aires y el restante en la Ciudad Autónoma.
"Los Monos, los Cantero, etcétera, son bandas de abajo, están por debajo de todo esto", explicó el titular de la Procunar, Félix Crous, para dar cuenta de la magnitud del hallazgo.
Crous estuvo presente el jueves junto a Murray en el Operativo Flipper, así denominado por la investigación que culminó en el chalet de "Delfín" Zacarías, donde funcionaba la cocina.
"No tiene antecedentes la logística secuestrada, no sólo en términos de la cocina sino también por el nivel de los integrantes de la banda que fueron detenidos", remarcó Crous.

En ese sentido, Murray precisó que en las tareas investigativas "se logró descubrir la fuente de abastecimiento de precursores químicos" de Zacarías y "una vez que se determinó el lugar y la fecha donde sería procesada la pasta base para convertirla en clorhidrato de cocaína" la fiscalía pidió al Juzgado Federal "catorce órdenes de allanamiento para ser realizadas en forma simultánea y doce órdenes de detención".
"Es para destacar el trabajo de la SEDRONAR, que pudo establecer contacto con otras investigaciones a partir de la falsificación de las etiquetas de los precursores", ponderó Crous.
La fiscalía además contaba con indicios suficientes sobre el aumento injustificado de los bienes de Zacarías y de su entorno familiar, pero "se decidió dejar en suspenso la investigación patrimonial para no interferir con la investigación sobre narco tráfico, pues una alerta dada por un pedido de informes en el marco de una investigación patrimonial puede generar que el investigado repliegue su actividad ilegal frustrando así la investigación principal".
La investigación siguió su curso y gracias a la información recogida con avanzados medios tecnológicos e innovadoras técnicas de recolección de datos se llegó a establecer que Zacarias "no era solamente un mayorista de sustancias estupefaciente, sino un productor de las mismas".
En setiembre pasado, apareció el nombre de Zacarías por una investigación sobre el patrimonio de un hombre que llegó a comprar 36 propiedades en un año en San Lorenzo.

Mucho antes de que la Subsecretaría de Delitos Complejos de la provincia pusiera la lupa sobre la familia Zacarías y la adquisición de al menos 40 inmuebles y 24 vehículos, el Concejo Municipal de esa ciudad ya se había hecho eco, en 2011, de las sospechas que pesaban sobre algunas operaciones inmobiliarias de ese grupo.
Delfín David Zacarías, de 48 años, tiene una condena cumplida por narcotráfico, su familia compró en pocos años 40 inmuebles, entre terrenos y viviendas, 36 de los cuales fueron adquiridos entre diciembre de 2008 y el mismo mes de 2009.
¡¿Se entiende ahora hasta donde llega el narcotráfico y el narcoterrorismo en Argentina?!

La destrucción del ser nacional, del sano nacionalismo que pretende imponernos a los argentinos el sentido de Imperio y por lo tanto el sentimiento imperialista hacia el resto del mundo, son escalones que uno a uno fueron transitando los cipayos de adentro –con nombre y apellido todos y cada uno (aunque faltan varios otros más por desenmascarar)- y los intereses de la sinarquía internacional.
Esos que inicialmente convirtieron la deuda externa argentina de US$ 7, 5 mil millones (24 de marzo de 1976) en los US$ 240 mil millones (7 de noviembre de 2013) luego de un Plan Brady, una renegociación de la deuda con ¿quita? del 68% (2005 y 2010) y una deuda aún pendiente en el exterior –fondos buitres, Gramercy y Blue Ridge, etc.- que supera ampliamente los US$ 50 mil millones sin contar la demanda interpuesta en los últimos días por Repsol contra Argentina € 15,8 mil millones o sea más de US$ 20 mil millones...
Lo que nos costaría un saldo de deuda pendiente, sólo en el exterior –no contamos deuda interna ANSeS y BCRA- de US$ 70 mil millones a sumar a la ya explicitada.
Luego de 37 años y tres reestructuraciones y un default, seguimos debiendo US$ 310 mil millones o sea casi el 80% del PBI nacional.

¡Este es el resultado de 37 años de desguace del Estado y de endeudar al pueblo para que otras 4 o 5 generaciones deban seguir pagando!.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo del Arq. José M. García Rozado (Integrante de la Liga Federal Nacional y del Movimiento Político Sindical José Ignacio Rucci), por gentileza de su autor.

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