"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 3 de marzo de 2014

Las enseñanzas de Criminal Minds y CSI

Criminal Minds y CSI son dos series policiales norteamericanas en la que actúa el FBI, en casos de delitos aberrantes, o asesinatos seriales o de gran impacto en la sociedad en la que son perpetrados.

Criminal Minds acude ante el llamado de autoridades locales desbordadas por la situación y se especializa en realizar perfiles de los individuos para lograr interpretar los hechos y prevenir los futuros.
CSI es un laboratorio especializado en análisis de la conducta, mediante la cual puede llegar a determinar quién fue y como se produjo el hecho delictivo.
Ambos cuentan con elementos sofisticados, tecnología de punta, aparatos de gran sensibilidad y recursos humanos especializados que además se exponencian con la rutina de hechos repetidos que les permite una visión más clara de los mismos.

Mas allá de ser series pasatistas y de entretenimiento, señalan algún elemento de valor científico, ya que los análisis que se realizan en general son símiles a los verdaderos y alguna información aportan al ciudadano común que se encuentra con una  batería de recursos impensados.
Es evidente que los hechos narrados no son privativos de la sociedad norteamericana sino que son universales y suceden en todos los países del mundo.

Dos cuestiones se me han planteado en la dilucidación de estos elementos.
La primera es porque no se pone el mismo empeño y la misma calidad y eficiencia en la prevención de los actos criminales.
Si se puede determinar cual es la conducta, y si se puede saber el porque de la misma, ya que en casi todos los casos, se cuenta con una niñez traumática, 
un hecho detonante, 
violencia doméstica, 
profesional, sexual o social, 
abandono de la condición social, 
aislamiento y circunstancias que han hecho un clic en el individuo.
La mayoría  ha sucedido en la infancia, y se halla registrada en escuelas, internados, comisarías, consultas psicológicas y psiquiátricas, historias clínicas y en organizaciones intermedias que muchas veces han servido de control a los mismos.

La segunda es cual es el motivo, o como se han formado estos actos y estos comportamientos en la sociedad, porqué la sociedad ha engendrado estas perversiones.
Recuerdo que muchas veces he dicho respecto a la Argentina, que tiene una asignatura pendiente con el proceso militar, ya que si bien se ha escrito y sistematizado y se han logrado los elementos necesarios para que no se repita, nunca nos hemos preguntados como sociedad que nos pasó para que se engendrara en nuestro seno y toleráramos este mal.
Porque salió de nuestro riñón...
No fue importado, era auténticamente nuestro.

Entonces porque en las sociedades suceden crímenes aberrantes, hay asesinos seriales, violadores crónicos y delincuentes que entran y salen de la prisión permanentemente porque su conducta normal es delictiva.
Que nos pasa como sociedad y cual es nuestra responsabilidad, y que hemos hecho y que hacemos por mejorar aunque sea un poco y equilibrar la tendencia en nuestra comunidad.
Acaso así es la sociedad, o ideológicamente es una forma de adoctrinar a la gente, mostrando que si se salen del camino o cometen errores o violan las leyes la respuesta es la cárcel.

No es posible aplicar toda la tecnología, todo el conocimiento, los grandes descubrimientos y avances hechos a la educación desde el comienzo, a la impronta de todos los niños desde que nacen, para que sus tendencias se canalicen a favor del bien y la solidaridad.

Porque el espíritu y la mente del hombre cuando nace esta abierta a los estímulos y las proyecciones que sobre él se hacen, y será de una forma u otra según sea promovida en su alma la bondad o la maldad, la solidaridad o la indiferencia, la tolerancia o la ira.
Parecería que mostrarnos todo ese despliegue de excelencia en la comprensión de lo que ya sucedió es un despropósito.
Sería mucho más efectivo usarlo preventivamente, en la enseñanza tanto en la familia como en la escuela, y en la contención de los problemas que inexorablemente atraviesa el hombre y en los traumas que la vida le genera por diversas situaciones que son imprevisibles e imposibles de soslayar.

Bastante dolor hay ya naturalmente en el mundo para que se agregue el de la violencia, la ignominia, el desprecio, el odio y la ira irracional, la discriminación y el favoritismo.

Respetemos la libertad del hombre, respetemos su dignidad, pero démosle las condiciones necesarias para que pueda elegir, para que conozca que es lo correcto y lo incorrecto, lo adecuado y lo inadecuado, lo bueno y lo que no lo es.


Elías D. Galati

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