"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 13 de abril de 2014

Hablemos de Lenguaje

Linchamiento, masoquismo y boicot.
Personajes que crearon palabras
Susana González
  
Así como la lengua española se vio enriquecida por vocablos derivados de ilustres personajes de la historia (pasteurizar, Luis Pasteur; saxofón, Adolfo Sax; daltonismo, John Dalton), también se nutrió con palabras provenientes de personalidades menos probas.   
Tal es el caso de los siguientes términos: 
Linchamiento: Palabra derivada del apellido de Charles Lynch, terrateniente militar, que suplió la falta de jueces en sus dominios por una ley que procesaba y ejecutaba a los reos de forma inmediata. En 1850 el término “lynching” fue recogido por el diccionario inglés; después el DRAE   registró la palabra  “linchamiento”  como la ejecución tumultuaria de un reo.

Masoquismo: Vocablo que define una desviación sexual en la que se siente placer al ser ultrajado. Tomó su nombre del novelista austríaco Sacher Masoch, quien gustaba de imprimir ese comportamiento a sus personajes.
Más tarde el DRAE extendió esa complacencia por el maltrato y la humillación a otros aspectos de la vida humana.

Boicot: Palabra derivada del apellido de Charles Boycott, un administrador inglés, que por su conducta avara e intransigente, sufrió como castigo un aislamiento socio-económico.
El “Time” fue el primer medio gráfico en acuñar ese término como una estrategia para corregir conductas impropias sin violencia física.
En español, fue registrado por DRAE con el término “boicot”.

Actualmente, para los argentinos,  la palabra linchamiento alcanzó gran notoriedad tanto en el habla familiar como en el lenguaje mediático y el discurso oficial.
Pero lo realmente  cierto y lamentable es que su protagonismo proviene de una ola de violencia instalada en la sociedad y de una reacción colectiva e  inmediata frente a la indefensión y al  desamparo que genera la ausencia de un Estado de Derecho. 

El masoquismo cívico, por otro lado, es una práctica que ya tiene larga data en nuestro imaginario  colectivo.
Los argentinos nos ufanamos de ser dueños de un país lleno de riquezas naturales; pero, sin embargo, nos conformamos con asumir una ciudadanía postergada.
¡Soportamos la inflación, la inseguridad,  la mentira, los impuestazos, el cepo cambiario, las candidaturas testimoniales y cuántas penurias más!   
Tal vez si amenazamos con un boicot electoral, podremos negociar unas elecciones a la altura de lo que deseamos: ¡Una verdadera República!

Sería cuestión de exigirles a los candidatos presidenciables que se despojen de caretas, y discursos populistas y comprometan su honra y su gestión  al servicio de la patria... 

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