Francisco reflexionó junto a la sociedad civil.
El Sumo Pontífice reflexionó con la sociedad civil sobre los problemas del Paraguay.
Reiteró que el desarrollo económico “debe tener rostro humano” y señaló que es imposible construir una sociedad más justa si no se dialoga escuchando al otro.
Pidió no tenerle miedo al conflicto “porque es lógico y esperable”.
Le recomendó a la juventud “jugársela” y ganar en la cancha sin “coimear” al referí.
Abrazó la diversidad (expresada en la presencia de representantes de comunidades indígenas) sosteniendo que esta “no solo es buena, sino necesaria”.
En otro momento
indicó que la corrupción “es la polilla, la gangrena de un pueblo” y
que la patria debe estar siempre por encima de los negocios
particulares.
Reiteró que el desarrollo económico no sirve si no tiene rostro humano y opinó que la riqueza “debe ser creada para el bien común”.
No ocultó su entusiasmo ante la firmeza con que una de las representantes de la sociedad civil expresó sus preocupaciones, afirmando que “un pueblo pasivo es un pueblo muerto y que Paraguay no está muerto”
Por último (y a raíz de un comentario sobre la situación de Edelio Morinigo) condenó el chantaje y el terrorismo de estado.
Recordó que eran las dictaduras las que apartaban “con la muerte” a los que pensaban diferentes y exigió en su lugar una justicia “rápida, nítida y clara”.
Reiteró que el desarrollo económico no sirve si no tiene rostro humano y opinó que la riqueza “debe ser creada para el bien común”.
No ocultó su entusiasmo ante la firmeza con que una de las representantes de la sociedad civil expresó sus preocupaciones, afirmando que “un pueblo pasivo es un pueblo muerto y que Paraguay no está muerto”
Por último (y a raíz de un comentario sobre la situación de Edelio Morinigo) condenó el chantaje y el terrorismo de estado.
Recordó que eran las dictaduras las que apartaban “con la muerte” a los que pensaban diferentes y exigió en su lugar una justicia “rápida, nítida y clara”.
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