"La
cuestión moral existe desde hace tiempo, pero ahora se ha convertido en la
principal y más importante cuestión política, porque de su solución dependen la
recuperación de la fe en las instituciones, la gobernabilidad del país y la
viabilidad del régimen democrático". Enrico Berlinguer
El
vencimiento de los contratos de alquiler que vinculaban al kirchnerismo con
casi todos los jueces federales que residen en Comodoro Py ha comenzado a
mostrar sus efectos, tras una lógica espera de los interesados hasta ver desde
qué punto del cuadrante venían los nuevos vientos sociales.
En
la medida en que éstos se han descontrolado, se han convertido en un verdadero
tsunami y su fuerza tiene mucho que ver con el humillante y grosero modo en que
el poder fue ejercido durante la década relatada.
Tal
vez a contra mano de la voluntad del Juez Sebastián Tortuga Casanello, la
declaración de Leonardo Fariña reventó los opacos cristales de la catedral
pingüina…
Mientras
éste evacuaba durante doce horas, se ordenaron allanamientos varios y, de
inmediato, el Fiscal Guillermo Marijuan
imputó penalmente a Cristina Kirchner, a Julio de Vido, a Ernesto Clarens (uno
de los "financistas" que más trabajó con el trono) y a varios
personajes más.
Todavía
resulta inexplicable que Martín Báez, cuyo padre ya está preso, continúe en
libertad pese a habérselo visto contando toneladas de dinero, en pesos, dólares
y euros; si hubiera sido detenido, sus progenitores se sentirían más que
dispuestos a revelar también los secretos de la emperatriz.
Una
versión, en cierto modo confirmada por el propio Luis Amor D'Elía, atribuye el silencio de Báez y Ricardo
Jaime a amenazas a la vida de los hijos de ambos.
El
adelanto de las indagatorias en la causa de "La Rosadita" se debió a
un hecho que puede traer aparejadas terribles consecuencias para funcionarios y
empresarios:
La
semana próxima, Marijuán, que debía estar presente en ellas, viajará a Estados
Unidos para acceder a la investigación que abrió la SEC (que controla a las
empresas que cotizan en las bolsas norteamericanas) por la auto-denuncia de
British Petroleum por las coimas pagadas en la inusitada extensión de la
concesión del yacimiento de Cerro Dragón, en la Provincia de Chubut, donde los
británicos con socios de PanAmerican Energy, de los Bulgheroni.
Es
que el saqueo perpetrado mientras el relato imperó superó todos sus
antecedentes históricos, menemismo
incluido, y los montos involucrados son de tal magnitud que, si fueran
recuperados, permitirían solucionar algunos de los grandes déficits sociales:
salud, educación, vivienda.
Baste
pensar que se reveló que un
secretario privado de Néstor, el que le llevaba a las cajas fuertes de
Río Gallegos los bolsones de dinero, compró nada menos que ¡ochenta departamentos en Miami!
Si
sumamos las cifras mencionadas por Federico Elaskar y Fariña, los saldos
descubiertos en las cuentas suizas de Bóvedas, las increíbles compras de trenes
chatarra y aviones de Embraer,
los
fondos desaparecidos de Santa Cruz,
los
retornos de los subsidios al transporte,
los
"sueños compartidos" por Hebe Bonafini y Sergio Shoklender,
las
confesadas coimas de Skanska,
los
negociados con bonos con la Venezuela de Hugo Chávez,
las
varias valijas de Antonini Wilson,
los
diamantes de Angola,
las
"escalas técnicas" en las Seychelles,
las
ventas de terrenos fiscales a precios irrisorios,
las
gigantescas estancias de Lázaro,
los
hoteles y las joyas presidenciales,
las
compras de gas licuado y miles de etcéteras, no puede dudarse de esa
afirmación.
La
lectura de ese incompleto recordatorio permite ver la enorme diferencia que
existe entre los Kirchner y Mauricio Macri, y desechar rápidamente la maniobra
intentada mediante los "Panamá papers" que, sin embargo, se habían
transformado en un problema político para el Gobierno, que reaccionó con
demasiada lentitud frente a la ofensiva que el cristinismo resistente y
recalcitrante lanzó en su contra, con la obvia intención de mezclar, "en
el mismo lodo y todos manoseados", a los delincuentes desalojados del
poder y a quienes han venido a recuperar la República.
Porque
lo cierto es que la actitud de Mauricio Macri frente a las acusaciones y
denuncias, aunque criticable por su morosidad, marcan una sideral diferencia
con quienes lo antecedieron, que literalmente mataban (¡Nisman!) a los acosadores
y desplazaban, sin pudor alguno, a fiscales y jueces incómodos.
El Presidente,
por el contrario, se ha puesto a disposición de la Justicia.
Hubiera
sido mejor, sin embargo, que fuera la propia Oficina Anticorrupción o hasta él
mismo quienes reclamaran la investigación, ya que eso hubiera mojado la pólvora
de los cañones que ahora le apuntan.
Basta
con comprobar que en los directorios de las empresas cuestionadas figuran -no
fáciles testaferros, a diferencia de las compañías armadas para Bóvedas y
Néstor- el propio Franco Macri y su hijo para comprender que no se pretendía
ocultar nada. La creación de empresas offshore no constituye delito, salvo que
se las utilice para lavar dinero o para evadir impuestos y, si ese hubiera sido
el caso, el padre del Presidente no hubiera cometido tal torpeza.
Me
genera urticaria la probabilidad de que el Presidente acepte, esta semana, la
renuncia presentada por el emblemático Juez Norberto Oyarbide, tal como
denunció Lilita Carrió, pero comprendo que será lo mejor, para ofrecer a otros
colegas cuestionados el puente de plata necesario para convencerlos de dejar
sus puestos.
Además,
el rechazo de esa renuncia, por mucho que hubiera permitido continuar con el
proceso de destitución que se está incubando en el Consejo de la Magistratura,
hubiera irritado al sector de la ciudadanía más alejado de los entresijos
legales, que lo quiere fuera ya mismo.
De
todos modos, muchos de los hechos cometidos por este repugnante individuo
podrán ser ahora investigados por la Justicia, ya que habrá perdido todos los
privilegios de los que hasta ahora gozaba.
Será
cuestión, solamente, de impedirle fugar del país para instalarse en alguno de
los paraísos "gay friendly" a los que se ha mostrado tan afecto.
Ante
el mazazo inflacionario que estamos soportando es útil recordar que la
industria nacional ha recibido enormes subsidios a través de tarifas de
electricidad baratas y, aún así, no ha aprovechado ese mágico momento para
actualizar su parque de producción de modo de competir con éxito en el mundo.
Si
ahora sigue aumentando los precios de sus productos, pescando en la bañadera y
cazando en el zoológico, me parece que ha llegado la hora de mandarle un aviso
concreto: en un plazo cierto, la economía se abrirá y esa competencia
internacional será forzada.
No
pretendo que el Presidente nos haga volver a la época en que Cristina nos
atosigaba, casi diariamente, con sus monumentales peroratas en cadena oficial,
pero creo que hubiera sido mejor si hubiera recurrido a esa herramienta para
explicar claramente al país, antes de que sus ministros anunciaran los aumentos
en los servicios públicos, en qué estado lo encontró, qué convertía a esos
incrementos en esenciales, cuál es el plan económico y en qué plazo estima que
surtirá efecto sobre la inflación y el desempleo, vía supresión del IVA a los
productos de la canasta básica y licitar obra pública.
La
enorme mayoría de la población no entiende de macroeconomía, ni puede pedírsele
que lo haga.
Para
ella, algunas medidas en particular resultan inexplicables (baja en las
retenciones a la agricultura y la minería), las consideran mayores privilegios
para los ricos y, así, se convierte en fácil blanco para las falsedades que el
kirchnerismo y los populismos que lo acompañan como idiotas saben difundir tan
bien.
Bs.As.,
10 Abr 16
Enrique
Guillermo Avogadro
No hay comentarios:
Publicar un comentario