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Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 26 de junio de 2016

Aníbal F., Berni y un cerco de protección sobre Pérez Corradi

Narcotráfico y política
Existen pruebas que involucran a los dos ex funcionarios.

Reportes que nunca se investigaron.

Nicolás Wiñazki

En febrero del 2008, analistas de inteligencia criminal del Gobierno Nacional de Cristina Fernández de Kirchner detectaron que en aeropuertos de México se incautaba efedrina en aviones que volaban desde la Argentina.
Los reportes fueron elevados a las autoridades.
Pero nunca se investigaron.
El químico que transportaban se usa para fabricar drogas.
Estaba prohibido en el país de destino pero no en el de su procedencia.
Entre el 2007 y mediados del 2008, reportes redactados por agentes de la Dirección de Inteligencia Criminal (DINICRI) explicitaban que había pistas concretas sobre la aparición de dos nuevos vendedores mayoristas de un nuevo negocio que daba ganancias millonarios, el de remedios adulterados:
Eran Ibar Pérez Corradi y Martín Lanatta.
Esos alertas tampoco despertaron el interés de quien era por esos años el ministro del Interior, Aníbal Domingo Fernández, quien tenía a su cargo el control de las fuerzas policiales.
Y DINICRI.

En agosto del 2008, se encontraron los cadáveres de tres narco-farmacéuticos que se habían involucrado en el negocio de la efedrina.
El caso se conoce como el “Triple Crimen de General Rodríguez”.
Lanatta es uno de los condenados por ser uno de los homicidas de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
El acusado por la Justicia de ser el autor ideológico de esas muertes es Pérez Corradi.
Después de estar cuatro años prófugo, éste último fue capturado en Paraguay.

El 25 de abril del 2009, Lanatta dejó pruebas de su influencia en el Gobierno.
A las 12:48:09 de ese día cruzó a Paraguay a bordo de un Chevrolet que era propiedad de la Secretaría de Inteligencia del Estado:
La patente identificatoria EXU823.
El vehículo y sus ocupantes volvieron a Argentina a las 00:56:51 del día siguiente.
Clarín publicó esa información: las autoridades kirchneristas intentaron desmentirla diciendo que todo se había tratado de un “error” de migraciones.
No.
La documentación que prueba cómo el Gobierno K protegió a al menos dos de los protagonistas del negocio de la efedrina y los remedios truchos está ahora en poder de la actual ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
También del Secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco.
Y del Secretario de Seguridad Interior, Gerardo Millman.
Clarín accedió a varios de esos informes oficiales.

El libro “La Ejecución”, de Rodrigo Alegre y Emilia Delfino reveló buena parte de esta historia, que sigue en desarrollo.

El asesinado con mayor saña en General Rodríguez fue el narco-farmacéutico Sebastián Forza.
Había sido aportante de la campaña presidencial K del 2007.
Uno de los abogados del actual ex prófugo Pérez Corradi es Juan José Ribelli, ex comisario de la Policía Bonaerense, quien también puso dinero en otra campaña electoral, la de Daniel Scioli Presidente y Aníbal Fernández Gobernador de Buenos Aires.

Aníbal Domingo Fernández es el centro de rotación por el que giran los protagonistas del caso.
Él niega conocerlos.
Pero Martín Lanatta declaró en la Justicia lo contrario:
Incluso dijo que él fue su subordinado en una red ilegal de narcotráfico y armas.
El abogado y amigo del ex funcionario, Gustavo Frasquet, había defendido en un juicio a Lanatta, entre otros ejemplos similares, o más vinculantes entre ambos que ése.

La titular de la Dirección de Inteligencia Criminal designada en ese puesto por Fernández fue Verónica Fernández Zagari.

Fernández (Aníbal) fue ministro del Interior desde el 2003 al 2007: 
Tuvo el control de las fuerzas policiales y de la DINICRI.

Desde diciembre del 2007 y hasta el 2009, la presidenta Cristina Fernández renovó el Ministerio de Justicia.
Nombró allí a Fernández y el organismo pasó a ser el ente a cargo de la Seguridad y los Derechos Humanos.
Es decir, Fernández siguió controlando a las fuerzas de seguridad, y a la DINICRI.
En 2010 fue reemplazado en Seguridad por Nilda Garré..

Según las actuales autoridades del Ministerio, la pérdida del poder de Fernández sobre la DINICRI llevó a los ex funcionarios que le respondían allí a hacer una “operación clandestina” para borrar pruebas que podrían involucrarlo en el caso efedrina.
Clarín consultó a las ex autoridades de la DINICRI y negaron esos hechos.
En Seguridad las ratificaron.

La protección K a los protagonistas del caso “efedrina”, como Pérez Corradi, también involucra al ex secretario de Seguridad, Sergio Berni.
En agosto de del 2015, Berni supo, a través del testimonio de un testigo reservado, el lugar exacto en el que vivía Pérez Corradi.
El prófugo no tuvo mayores problemas para continuar su vida fuera de la ley hasta que asumieron las actuales autoridades del Ministerio de Seguridad: realizaron operativos en enero, febrero y marzo y ahora finalmente fue capturado.

En la era K, la efedrina que se enviaba sin control desde la Argentina a México se transformó en un negocio formidable.
Y mortal.
Fernández insiste negar tener vinculaciones con el caso.
Las evidencias, documentos y testigos se acumulan en contrario.

El poeta mexicano Octavio Paz escribió alguna sobre una imagen que solo aparenta ser contraria a la lógica:
“La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver”.

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