Purificar
significa quitar a una cosa lo que le es extraño, dejándola en el ser y
perfección que debe tener según su calidad.
También
significa limpiar de toda impureza a algo no material.
Y
en sentido místico que Dios acrisole las almas por medio del trabajo y el
ejercicio de la voluntad.
La
purificación del alma tiene como principal objetivo la intencionalidad de las
acciones, ya que promueve que esa intención sea buena, correcta y adecuada.
Qué
es lo que motiva el cometido de las acciones, porque se comete y cual es la
guía y el tramo que lleva desde el pensamiento y la ideación a la acción misma.
En
mi mente, en mi espíritu se concibe un acto determinado, el cual a veces se
evalua, se considera, pero a veces no, funcionando como una respuesta
automática.
Muchos
de estos actos corresponden a estímulos que recibimos y ante los cuales
reaccionamos.
¿Cómo
reaccionamos?
¿Por
qué reaccionamos?
Hay
tres formas de reacción, la aceptación, el rechazo o la indiferencia.
Si
el acto concuerda con nuestras ideas y nuestras proyecciones, lo aceptaremos,
si está en oposición a lo que pensamos lo rechazaremos y si no nos toca en
absoluto lo recibiremos con indiferencia.
Estas
reacciones se forjan desde nuestra tierna infancia, donde el estímulo exterior,
los modelos que observamos y las conductas que nos inducen moldean nuestra
personalidad.
Se
va creando una estructura mental que atesora respuesta a cada situación, que se
repite casi rutinariamente en la vida.
La
existencia de los niños está signada por la repetición de sucesos, de estímulos
y respuestas, que se producen día a día y que terminan creando una condición,
una constante que señala el comportamiento ante las contingencias de todos los
días.
Levantarse,
asearse, nutrirse, relacionarse con los demás, estas respuestas orgánicas y
psicológicas se dan de acuerdo con la cultura adquirida, con la tradición del
lugar y de la sociedad a la cual se pertenece y con las prioridades de la
familia íntima del sujeto.
Termina
en una especie de automatismo ya que los estímulos son tantos, tan variados y
tan seguidos que casi no se procesan las respuestas.
Solo
unos pocos durante el día merecen una reflexión y son aquellos a largo plazo
que no condicionan el presente inmediato.
Aunque
a veces circunstancias especiales hacen que haya que evaluar respuestas
perentorias y ajustar conductas no estandarizadas y fuera de lo común.
En
los momentos de distorsión el hombre reflexiona sobre lo que hizo y como lo
hizo.
En
un marco de buenas intenciones, de deseos de progreso y de adaptación a la
sociedad en que se vive, poder cuestionarse y evaluar el nivel de respuesta
puede llevar a una perfección y un crecimiento personal
Hay
en ellos una dosis de humildad y una gran voluntad que poner en práctica.
Comienza
la purificación del alma, que consiste en separar las conductas correctas y
adecuadas de las que no lo son, para que en el momento de la respuesta a los
estímulos estemos preparados paras cambiar nuestro comportamiento.
Como
se logra adecuar la conducta a ese cambio dependerá de la percepción personal y
de la priorización de valores que tenga cada uno.
Así
como hemos aceptado y copiado las respuestas que nos indujeron de pequeños, es
posible que podamos aceptar y copiar las conductas sociales que observamos ser
más adecuadas para un buen funcionamiento del grupo humano en el que vivimos.
La primera
condición es la claridad de pensamiento, saber y entender como principio de
comprensión las consecuencias de nuestro comportamiento.
Luego
forjar una escala de valores, en las que se priorice la verdad, la bondad, la
justicia, la paz y la solidaridad.
Lograr
que nuestra alma posea una perfecta armonía y paz interior, y que esa armonía y
paz se irradie al exterior, a nuestros semejantes, a nuestros actos y a la
proyección de nuestras ideas e ideales.
Es
el estado en el cual el alma se encuentra purificada, despojada de toda
impureza material y espiritual y habremos alcanzado el grado de bendición y
felicidad para nosotros y para nuestros semejantes.
Elías D. Galati
No hay comentarios:
Publicar un comentario