Carlos
M. Reymundo Roberts
LA
NACION
Cristina
está devastada.
No puede creer
que en sólo 10 meses Macri haya llevado el índice de pobreza del 5% en que ella
lo dejó al 32,2%.
Kicillof
está consternado.
Desde
el miércoles hay 13 millones de argentinos que al enterarse de que son pobres
sufren una espantosa depresión.
Toda
esa gente sabe que vive en condiciones lamentables, pero una cosa es que no te
alcance la plata para comer y otra, muy distinta, es que lo certifique una
estadística.
Moreno,
el más pícaro, sospecha que el Indec está mintiendo al revés:
Sobredimensiona
el problema para que "el modelo"
quede en la historia como una extraordinaria máquina de producción de pobres e
indigentes.
Máximo
Kirchner y medio peronismo, calculadora en mano, piensan en términos
electorales:
13 millones de votos.
También
festejan los alemanes.
Se
les estaba haciendo insoportable formar parte del club de las grandes potencias
y tener más pobreza que la Argentina.
Las
cifras que acaba de revelar el Indec muestran una realidad angustiante, y lo
peor es que no sabemos si incluyen a los nuevos pobres.
¿Estarán
los Kirchner, que con su fortuna inmovilizada por la Justicia acaso no estén
pudiendo parar la olla? ¿Estará la familia de Josecito López, un desaprensivo
que arrojó al convento todo lo que tenía?
¿Y
las monjas truchas que vivían de esas donaciones?
¿Y
el Caballo Suárez, preso en Marcos Paz, que seguramente perderá sus campos, sus
empresas, sus yates, su espectacular casa-barco en Puerto Madryn?
¿Figurará
como desposeído Carlos Daniel Tomeo, acusado de ser testaferro de Aníbal
Fernández, ahora que una investigación de TN reveló que 150 sociedades que se
creían de él en realidad están a nombre de una desconocida jubilada de 76 años?
El
cambio de gobierno tiene su correlato económico, con gente que ha quedado en la
ruina.
Es
el caso de Walter Carbone, ex funcionario de Scioli.
La
caja fuerte que tenía en la estatua de un dragón, en el jardín de su casa,
estaba dolorosamente vacía.
Cuando
el concejal kirchnerista David Cáceres, de Paraná, pidió esta semana que las
FARC secuestren a Macri "y lo
tengan un tiempo guardado" seguramente estaba pensando en evitar
que este gobierno siga convirtiendo a la legión de nuevos ricos del modelo en
nuevos pobres.
Pero
las FARC no le van a hacer caso porque acaban de deponer la lucha armada y
firmar la paz.
Por
cierto, deberíamos seguir el camino de Colombia, que logró ponerle punto final
a una guerra de 50 años y miles de muertos.
No
hay brecha que no pueda ser cerrada.
¿Cuál
fue la fórmula del presidente Santos y Timochenko?
Diálogo,
renuncia a la violencia e incorporación de las FARC al sistema democrático.
Diálogo: ¿qué está
esperando Macri para convocar a Cristina, que los jueces que la juzgan digan
que es culpable? Renuncia a la violencia:
es hora de que en los actos del Frente Comodoro Py las principales figuras
dejen de ser D'Elía y Esteche.
Incorporación al
sistema:
soy optimista y creo que en algún momento al kirchnerismo le va a interesar
sumarse a la vida democrática.
Odio
ponerme de ejemplo, pero esta semana me invitaron a Intratables y fui de lo más
cordial y generoso con Diego Brancatelli, que está en las antípodas de mi
pensamiento político.
El
desafío de estos tiempos es la reconciliación.
Luis
Juez, embajador en Ecuador, puso el grito en el cielo por la condecoración que
anteayer recibió Cristina de la Asamblea Nacional de ese país.
Debería
haber sido más diplomático y escuchar los argumentos que dio la presidenta de
la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, al fundamentar el premio.
Dijo
(y qué oportuno que lo haya hecho días antes de que se conocieran las cifras
del Indec) que durante los gobiernos de
Néstor y Cristina salieron de la pobreza "9000 millones de personas".
Por si quedaba
alguna duda, repitió dos veces lo de los 9000 millones.
Ese
número supera la población mundial, lo que habla, a juicio de esta señora, de
que el modelo fue replicado con singular éxito en toda la faz de la Tierra y en
las galaxias circundantes.
Explicó
que también se distinguía a la ex presidenta por su "ética" y
"transparencia", y que hoy disfruta de "una intención de voto
del 50%".
Rivadeneira
y las matemáticas, un solo corazón…
El
columnista ecuatoriano José Hidalgo Pallares escribió que hay que tomarse en
serio el premio de una Asamblea Nacional que tiempo atrás condenó la muerte del
Che Guevara porque "fue asesinado estando vivo".
Paz, diálogo,
reconciliación.
No
hay otra salida.
Hillary
y Trump -la bella y la bestia- se saludaron amablemente antes del debate,
después se mataron y finalmente volvieron a saludarse y sonreír.
Lo
mismo Scioli: le pega a Macri, después calla, después le pega, después calla.
No
es que siempre le pega.
No
sangra por la herida.
Lo
mismo Lilita: sucesivamente intercala palos para el Gobierno (su gobierno) y
palos para Cristina y sus secuaces. Súper
equitativa.
Me
gustaría que en la política argentina haya más gestos, más abrazos.
Kicillof
con Nelson Castro.
Milani
con Stiuso.
El
Papa con Massa.
Patricia
Bullrich con Gómez Centurión.
Aníbal
con la verdad.
Hebe
con la vida.
Moreno
con el nuevo Indec.
El
país con los inversores.
Y
me gustaría también que la pobreza deje de abrazar a tantos argentinos.
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