De
"Bienvenido, Mister Marshall" a
"Bienvenido, Mister Trump"
Javier
R. Portella
Fuente: El Manifiesto.com
Han
vuelto a jugárnosla, nos la han vuelto a meter.
Sin
vaselina.
Con
59 misiles Tomahawk lanzados sobre la Siria que lucha contra el terror islámico:
Ese
terror cuya organización denominada Daesh fue en su día propiciada o auspiciada
(seamos
clementes: supongamos que el genio sólo se salió de la botella y se les fue de
las manos) por la potencia que ahora bombardea.
Nos
la han vuelto a meter con los 59 misiles lanzados —esta vez sin niños muertos
que fotografiar— contra la Siria cuyo combate había prometido sostener el
presidente que honra de tal modo lo que su apellido significa.
59
misiles han acabado con nuestras ilusiones, con las de todos los “deplorables”,
más deplorables hoy que nunca. 59 “hermosos misiles”…: así los calificaba,
exultante, el comentarista de uno de esos medios estadounidenses que, al igual
que todo el establishment mundial, se deshacen hoy en ditirámbicos elogios al
Trump que ayer perseguían. 59 hermosos misiles han acabado con la esperanza de
los deplorables.
Poco
habrá durado:
Sólo
cinco meses, casi día por día, del 8 de noviembre de 2016 al 7 de abril de
2017.
Una
esperanza amortiguada, es cierto, por el desconfiado asombro que producía la
envergadura de lo prometido. Parecía difícil creer que tanta dicha fuera
posible.
Pero nos lo
creímos,
vaya si nos los creímos.
Dejémonos
de tonterías y de contorsiones retóricas.
Dejemos
de darle mil vueltas a la perdiz intentando justificar lo injustificable.
Envainémosla
y ya está.
Salvo
detalles de fachada, aquí no habrá ni nuevo orden mundial, ni nuevo orden
cultural, ni probablemente (¿en qué han acabado las medidas que los jueces le
tumbaron a Trump?) nuevo orden migratorio.
Hace
sesenta años, mientras eran extirpados los últimos restos de la España de don
Quijote, el genio de Berlanga llamó a nuestras ilusiones modernistas “Míster
Marshall”.
Nunca
llegaron las dádivas de éste, pero sí llegó, sí triunfó, su espíritu, su mundo.
Sesenta
años después, otra ilusión —e ilusión antagónica con la anterior— ha recibido
durante cinco meses el nombre de “Mister Trump”.
Esperemos
que llegue algún día —no desde el otro lado del Atlántico, sino desde las
orillas del Mediterráneo— lo que, anunciado por Donald Trump, tanto había
ilusionado a los deplorables.
Todo
ello… salvo si se cumpliera la rocambolesca hipótesis que barajan algunos
empecinados optimistas.
Según
éstos, los 59 hermosos misiles podrían no ser sino un golpe maestro destinado a
contener y engatusar a los halcones —en realidad, al conjunto del Estado y de
las fuerzas políticas y mediáticas— para, una vez tranquilos y confiados ellos,
tener la fuerza necesaria para aplicar la política por la que Donald Trump fue
elegido presidente de EE. UU.
Si
quieren ustedes seguir haciéndose ilusiones, les dejo, amigos, con la anterior
hipótesis.
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