Una
gesta político cultural
Carlos
E. Lanusse (14-9-17)
En
éstos días tuvimos una satisfacción política, muy necesaria por otra parte, fue
la llegada del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Muestra
un sesgo realista en nuestra política exterior, pues la política Israelí lleva
una dirección de centroderecha.
Los
que deseamos la paz en medio oriente, con la consolidación del vínculo entre
Israel y sus vecinos, preferimos que se alcance bajo una lógica del respeto
mutuo, sólida y duradera, como busca Netanyahu.
Esa
satisfacción nos vino como “anillo al
dedo” luego de un mes de zozobra del
gobierno, que perdió iniciativa ante la desaparición de Maldonado.
En
nuestra visión independiente, esa desaparición
debió generar una iniciativa política continental,
pues
Chile también está atacada por araucanos separatistas, contra-nacionales.
Pretenden
desconocer la vigencia de dos naciones, Argentina y Chile, intentan tomar
posiciones con el concurso de otros grupos anti-sistema de nuestra región.
Es decir,
Argentina está ante la oportunidad de establecer un vínculo político con Chile,
de trascendencia continental, extensible hacia otra realidad popular
sudamericana de centroderecha: la peruana.
¿No
fue éste el camino seguido por nuestro Libertador, hasta sacarnos del yugo
español?
Este
fecundo camino político ¿va a agotarse en la minucia local-partidaria?
¿O
implica otra actitud política, como Nación?
Dos aportes
valiosos:
La visión de una
Argentina asediada por la acción subversiva coordinada entre grupos regionales,
en coincidencia con la acción electoral del cristinismo, ha sido expuesta.
Nos
referimos a dos manifestaciones recientes, el artículo “Romper todo” de Enrique
Avogadro y la conferencia del Gral. Heriberto Auel, en el Ateneo de la
Republica sobre “La seguridad nacional y la reactivación revolucionaria
preelectoral”.
Ambos
demuestran la coexistencia política revolucionaria que va desde la acción de
las FARC colombianas,
a
la organización financiera del narcotráfico,
al
totalitarismo cubano-venezolano,
al
separatismo araucano-mapuche,
al
terrorismo Irán-Hezbollah que actuó en la Amia y asesinó a Nisman.
Y todos
consistentes con la traición a la patria de un cristinismo que pretende
llegar electoralmente.
Esta
vez, deberíamos cruzar la cordillera con mulas que, en lugar de transportar
cañones, lleven ideas demoledoras del yugo ideológico populista.
Sería
una gesta liberadora, política y cultural, complementaria de la libertadora
realizada por la acción político militar de San Martín.
Desde
un punto de vista cultural la integración económica entre países es esencial,
pues la creación coordinada de riqueza ofrece un panorama inabordable para el
resentimiento social.
Y
crea una dimensión de gran escala para las inversiones en nuestros reducidos
mercados nacionales.
¿No
fue esa la visión gaullista en la Europa de posguerra?
La
convergencia de capitales y reglas de juego confiables
¿no son la
quintaesencia de la creación de tecnología en gran escala?
Desde
el punto de vista político, esto no significa un guiño a la derecha del
interés, menos hacia la interpretación financiera de la economía, pues generar
riqueza es hacer justicia social. Inversiones y tecnología son palancas
eficientes para un Trabajo valorizado.
Otra columna
esencial para el proyecto político de cruzar la cordillera, es la conformación
de una interpretación común del derecho y las leyes de aplicación.
Sirve
para detener el avance de la corrupción de derecha como han demostrado los
brasileros, y también para poner un límite a la izquierda revolucionaria.
Cuando rige una
Constitución no entran las revoluciones, solo las de la imaginación con
futuro.
La
coherencia entre las leyes y reglas de juego continentales son la muerte para
las ideologías subversivas,
las
mafias con su lavado de dinero y el agotamiento legal de todo separatismo.
Vía
en la que trabaja España.
La política
local después del Gradualismo
Dicen
que el Presidente aprendió, que no habrá gradualismo después de las elecciones
legislativas e irá hasta el hueso entre
Octubre y Diciembre.
Aprendió
que es peligroso dejarlo todo para después…
Después es políticamente complicado.
En
buena hora, bienvenido sea.
Aunque
sin un proyecto político que entusiasme al peronismo, éste intentará re-crearse
sobre dos soledades, la cristinista y la macrista.
¡Cuidado!
un shock-económico a la desesperada, al final y sin proyecto político
entusiasmante, no gana en 2019. Detendríamos lo lentamente logrado.
Está
en los independientes superar, sin derrumbar, la interpretación política y
económica insuficiente de este gobierno.
Para ello
también sirve un proyecto político continental, aglutinante y de largo plazo, si lo hay.
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