UN
TESTIMONIO QUE DA VUELTA TODO
Por Nicolás
Wiñazki
Declaró
durante 9 horas, dio detalles de los negocios y por momentos se quebró.
La realidad,
como indica la física, la filosofía, la experiencia, la psicología o para
algunos la Fe, terminó por imponerse en la vida del ex titular de la ANSES, ex
ministro de Economía de la Nación, ex vicepresidente de la República, hoy preso en el Complejo Penitenciario
Federal Nº 1, Ezeiza, Amado Boudou.
Está detenido
por orden del juez Ariel Lijo, quien lo acusó de ser el jefe de una asociación
ilícita que cometió “una cantidad
indeterminada de delitos”.
En esa misma
causa, debe declarar en indagatoria una de sus personas de confianza que el ex
funcionario nacional de Néstor y Cristina Kirchner juró mil veces no conocer: Alejandro Paul Vandenbroele.
Hasta ayer,
este último ayudaba a Boudou a sostener la fantasía pública de que nunca se
habían visto en su vida, y menos entonces que habían trabajado juntos.
Vandenbroele destruyó esa ficción
contando la verdad: la realidad.
Se presentó
ante el fiscal Jorge Di Lello para declarar en calidad de imputado colaborador,
es decir arrepentido.
Vandenbroele sí conoció a Boudou y sí
lideró negocios y armó una red de sociedades “fantasmas” para generar, mediante
presuntos delitos, ganancias que fueron siempre con fondos públicos millonarios.
Lo confesó
Vandenbroele.
Ya no lo
dice ni el periodismo que investigó a este grupo de amigos cuando tenían pleno
poder, en ejercicio de su cargo, igual que lo hicieron el juez Lijo, el fiscal
Di Lello, el fiscal Carlos Rívolo, opositores a los Kirchner, y la ex esposa
del arrepentido, Laura Muñoz.
Ella fue la testigo y denunciante
principal de esta “asociación ilícita” que acaba de perder a uno de sus pilares.
La
declaración de Alejandro Vandenbroele: un
testimonio que da vuelta todo.
Antes de
declarar ante Di Lello, Vandenbroele pidió entrar al Programa Nacional de
Protección de Testigos.
Hace pocos
días venció al miedo, a las amenazas que recibió de personajes a los que ya
denunció frente a autoridades políticas, y
se resguardó así de posibles peligros de muerte.
Vandenbroele
tenía una supuesta cita para declarar con Di Lello para este viernes.
Es un
testigo en peligro.
Los policías que lo cuidan sabían que
en realidad declararía ayer.
Vandenbroele
confesó lo que las evidencias y las pruebas recolectadas por Lijo, Di Lello y
en su momento Rívolo, ya habían recolectado en distintos expedientes.
Conoce a Boudou, admitió ante la
Justicia.
El ex vice
lo había negado cientos de veces en público.
Voceros
informales de los Kirchner, como el relator deportivo Víctor Hugo Morales, se
jugaron en público aportando con firmeza a la fantasía relatada por Boudou, así
como si fuera un periodista profesional y no un propalador de un relato
propagandístico:
Durante
varios meses de 2012, por ejemplo, y con la causa Ciccone ya iniciada en
febrero de ese año, Morales decía por
radio que el vice
presidente en ejercicio ni siquiera
estaba imputado en el expediente.
No sólo a Boudou se le cayó la
realidad encima con
la declaración no tan súbita del arrepentido Vandenbroele.
Clarín pudo
reconstruir parte de su declaración a pesar del hermetismo con el que trató el
tema el fiscal Di Lello.
Fue gracias
a fuentes que participaron del operativo que terminó con este personaje central
de la corrupción K delatando a sus jefes.
Vandenbroele
se quebró varias veces frente al fiscal que lo escuchaba asombrado.
Explicitó
que se siente mejor desde que saltó al vacío para revelar lo que venía callando
hace años.
Durante su
declaración le hizo sentir el peso de la
realidad al preso Boudou y a su socio y mejor amigo desde los siete años,
el millonario súbito José María Núñez
Carmona.
También a
gobernadores y un banquero (Jorge Brito-MACRO ) que temen quedar involucrados
en una trama judicial en la que ya estaban siendo investigados.
Según las
fuentes consultadas por Clarín, inobjetables, Vandenbroele empezó su relato
como arrepentido de forma cronológica, siguiendo una línea de tiempo sobre los
negocios que ideó para Boudou y su compañía de ex funcionarios que también
están imputados o en juicio oral por la compra de la imprenta de billetes
Ciccone Calcográfica, por ejemplo.
El principio de todo, contó, fue el
armado de la sociedad que se adueñó de esa fábrica de billetes de modo ilegal, según determinó Lijo.
Esa compañía se llama The Old Fund.
Traducido
del inglés: “El viejo fondo” (sic).
Vandenbroele
fue el ideólogo jurídico, y la cara visible, del primer negociado que hizo la
firma, siempre con fondos estatales, los únicos que entraron a sus arcas.
Ese primer
trabajo fue, según se desprende de documentación de The Old Fund, fue el “Servicio de Asesoramiento legal y
financiero para la desestructuración (sic)
de la deuda provincial de la
provincia de Formosa”.
La sociedad The Old Fund fue
contratada por el gobernador Gildo Insfrán, de Formosa, una provincia castigada
por el feudalismo, la falta de presupuesto y lapidada desde lo social, para
renegociar la deuda pública con quien era en 2010 el ministro de Economía: Amado Boudou.
La firma The
Old Fund tenía en ese tiempo una sola empleada:
Era una
secretaria de Vandenbroele.
Según
determinó la Justicia, jamás una provincia había contratado a una “consultora”
para negociar su deuda estatal con el Estado.
Vandenbroele
le confirmó a Di Lello que todo ese armado fue una pantalla para cobrar dinero
que no correspondía cobrar:
2,2 millones de pesos le fueron
transferidos, tras
ser cobrados por The Old Fund, a uno de los directores del banco de Formosa, Martín Cortés.
Vandenbroele
involucró en su declaración como arrepentido no solo a Boudou, a Núñez Carmona, a
quienes sí conoce desde que era joven, sino también a Insfrán.
Ya estaban
siendo investigados en una causa que instruye lijo y el fiscal Rívolo sobre
este caso.
A Insfrán la
realidad también se le impuso ayer.
Es lo mismo que le pasará al ex
titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, sobre quien el "arrepentido", adelantó, también
hablaría y contaría sobre el rol que tuvo en el caso Ciccone.
Vandenbroele
había comprado a la sociedad The Old Fund y
la fue dotando de personal y directorio por pedido de Boudou y con la gestoría
pública de él mismo y de Núñez Carmona, a quien conoció más porque éste último
fue novio de su prima, Guadalupe Escaray,
no designada por azar por Boudou como
jefa regional de ANSES seccional Mar del Plata.
El siguiente negocio que realizó The
Old Fund fue la compra hostil de la imprenta Ciccone Calcográfica.
Vandenbroele
llevó a tribunales documentación sobre las operaciones de esa empresa.
Es abogado.
Pero además,
es un hombre que suele ser muy prolijo cuando hace negocios. Y algo desmemoriado.
Solía anotar
en cuadernos todas las tareas que debía realizar para mejorar la perfomance de
su creación, en realidad, con accionistas que ya no son desconocidos.
En el
directorio de The Old Fund, al momento de manejar Ciccone, estaba integrado,
por ejemplo, por un ex profesor de economía de Boudou, y además un ex socio del
ex vice en una empresa de recolección de basuras de Mar del Plata que quebró.
El señor se llama Jorge Capirone.
Uno de los
primeros accionistas minoritarios de The Old Fund fue Sergio Gustavo Martínez,
amigo de Núñez Carmona de Mar del Plata, quien viaja seguido a Miami y que dejó
atrás un pasado de buscavidas:
Ahora habita
un piso en un departamento ubicado en la esquina de Lafinur y Melo.
Es vecino
del ex candidato a senador nacional por Buenos Aires de la lista de Cristina
Kirchner, Jorge Taiana.
Todo empezó a cambiar.
Está dicho:
Lo que
denunciaba el periodismo, la oposición a los K, el juez Lijo, Di Lello y
Rivolo, entre otras autoridades judiciales que investigaron esta trama cuando
sus imputados tenían mucho poder, es
ahora denunciado por el propio Vandenbroele.
CLARÍN
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