Hermoso poema para reflexionar
Todos
sabemos que la vida muchas veces no es lo suficientemente larga como para vivir
todo lo que nos gustaría, pero muchas veces, más allá de eso, no somos capaces
de valorar lo que tenemos, lo que vemos, desperdiciamos el tiempo en cosas que
no lo merecen, no porque sean irrelevantes, sino porque nuestro corazón no está
en ellas.
Mario
de Andrade, nos deja un hermoso poema (Mi
alma tiene prisa –Golosinas), que nos muestra una hermosa apreciación de la
vida, que si logramos inspirarnos en ella, podemos sin duda darle mucho más valor
a cada segundo con este regalo que llamamos vida.
Mi alma
tiene prisa
Conté
mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que
el que viví hasta ahora…
Me
siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió
con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos
profundamente.
Ya no
tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas,
procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no
tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad
cronológica, no han crecido.
Ya no
tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No
quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No
tolero a manipuladores y oportunistas.
Me
molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para
apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las
personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi
tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero
la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin
muchos dulces en el paquete…
Quiero
vivir al lado de gente humana, …muy humana.
Que
sepa reír de sus errores.
Que no
se envanezca con sus triunfos.
Que no
se considere electa, antes de la hora.
Que no
huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la
verdad y la honradez.
Lo
esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero
rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a
quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en
el alma.
Sí…
Tengo
prisa… -por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo
no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy
seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta
es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi
conciencia.
Tenemos
dos vidas…
Y la segunda
comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una…
Mario de
Andrade
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