Gracias a los insondables caminos de nuestro Buen Dios,
hace bastante tiempo puso en mi camino a Magaly Aguilera
Ella ha creado (FACE) el grupo Belleza+ 50, me invitó acepté y
hoy difundo la publicación de Blanca Esther Escritora.
Primero que todo quiero dar gracias a Magaly Aguilera por
haberme invitado al grupo, saludarlas a todas y desearles un hermoso día.
Mi nombre es Blanca Esther y amo escribir.
Por eso hoy deseo dejarles aquí, a su consideración, un
poema que le escribí a una pareja de ancianos a los que cuido.
A él porque no hay nada ni nadie en el mundo que
signifique más que ella, a ella por ser un ángel con la sonrisa más tierna del
mundo, pero que desgraciadamente padece de Alzheimer.
Se conocieron cuando el estaba en 5to grado y ella en
6to, y desde entonces son uno solo.
A MI REINA
¡Me niego a ser nadie en nuestras vidas!
Me resisto a perderme en los lagos de tu memoria
Haré lo imposible ¡Lo que sea necesario para que no me
olvides!
Llenaré tu rostro de besos, y en tus ojos haré crecer
lirios.
Repetiré mi nombre en tus oídos cada segundo si fuera
preciso
Te traeré flores cada día que implique vacío
Tatuaré las paredes con mi nombre y de fotos llenaré
todos los sitios.
Te escribiré un poema de amor como en los viejos tiempos
cuando vivía dentro de ti
Te llevaré de mi mano por la calles del recuerdo, esas
que cuando éramos aún niños tomados de la mano transitamos…
Porque no hay castigo más grande que tu sonrisa no sea el
preludio de mis días
Me convertiré en escultor y esculpiré en tu sonrisa todos
los besos que un día te di, y los que aún revolotean en mis labios ansioso por
besar los tuyos
Porque un día sin un beso tuyo es como vivir sin vida.
Seré tu mapa, el Lazarillo que cuide tus pasos, el reloj
que te marque el tiempo, tu protector
Seré tu cerebro, tu memoria, tu tiempo
porque tú coronaste mi cabeza,
porque tú guiaste nuestro hogar,
porque tú cuidaste mis retoños en tu vientre y le diste
la oportunidad de amaneceres
Batallaré contra todos los gigantes que me llevan por los
pasajes del extravío
No quiero ser una sombra, un anónimo, un extraño, primero
me muero, y no puedo morir porque quiero cuidarte, porque eres lo que más
quiero.
Necesito volver a ser el joven que con manos nerviosas te
llevaba flores, y te esperaba a la orilla del camino a quien le robaste un beso apenas siendo un niño una
mañana de escuela para luego caminar más de 65 años conmigo.
Esther Escritora
Derechos Reservados.
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