Nadie
te pide que te vistas de rosa, que uses pollera corta ni pantalones que marquen
tu figura y a propósito de eso, nadie te obliga a tener "una figura"
específica.
Nadie
quiere que te metas en la cocina en contra de tu voluntad ni que uses corpiños
con relleno si no te agrada usarlos.
Nadie
pierde el sueño si a vos no te gusta Bécquer, o si Benedetti no te emociona con
su prosa.
Nadie
te pide que traigas vida al mundo.
Nadie
te juzga si no te gustan las flores o los tacones, nadie se va a dormir
pensando que lo que a vos no te gusta, debería gustarte.
Nadie
te juzga... nadie más que vos, que venís a confundir "defender el
género" con "humillarlo".
El
derecho elemental que no debió faltarte es la educación, que de haberla tenido,
hubiese permitido que tu corta mente no te convirtiera en víctima de arengas
ridículas.
Sos
lo mismo que repudiás.
Destruís
el derecho de los otros para escribir frases estúpidas en paredes que nunca construiste,
usas
la homosexualidad para justificar tus atropellos y así demostrás que no conocés
lo que sienten aquellos que intentaron y lograron la igualdad sin herir a
otros.
Usas
tu fuerza para demostrar bestialidad inhumana en un reclamo que en lugar de
enorgullecer, avergüenza.
No
sé en qué momento, tu manual de la "pequeña feminista" te volvió tan
básica y violenta como un fanático futbolero.
No
sé qué te hizo creer que ver tus pechos al aire te hace libre después de
criticar a las mujeres que, por salir en una revista de moda con poca ropa, son la cosificación que en teoría
padecemos.
Nadie
te quiere rubia ni linda.
Nadie
te exige inteligencia para caminar por las calles, nadie te quiere con perfumes
caros ni pudiendo hablar 5 idiomas,
nadie
necesita tu sonrisa permanente pero mucho menos ha de ser necesitada tu ira por
no ser lo que en realidad querés ser.
Definitivamente,
sería bueno, pequeña feminista ilustrada, que te dieras cuenta de que tus
destrozos perjudican a gente que no te obligó a ser lo que no querés ser.
Y
esos desmanes que provocaste en nombre de un género al que no le aportaste nada
ni siquiera ahora, van a requerir dinero que pudo ir a gente que verdaderamente
necesita ser ayudada.
Pequeña
feminista ilustrada:
Sos
libre, hacé de tu vida lo que quieras, de tu hogar lo que quieras, acostate con
un hombre, una mujer, una planta.
Elegí
tu anticonceptivo favorito (porque ese es un derecho que podés ejercer gracias
a revolucionarios que han estudiado para brindarte posibilidades).
Comé
granos, verduras, carne, o facturas todo el día.
Sentate
en el suelo, no uses tacos si no querés, hacete tatuajes, sentate de piernas
cruzadas o abiertas porque al resto de los mortales no nos importan tus putos
traumas!
No te creas
revolucionaria por hacer ridiculeces intentando salir en el diario del lunes.
No
te creas justa por descalificar a las mujeres que quieren hijos o desean lo que
no está en tu librito.
Respetá
y cuando lo hagas, vas a entender que podés ser lo que quieras y nadie te va a
encerrar...
Pero
para eso vas a tener que liberar a tu propia mente de la estupidez que la
encarcela.
No
te preocupes, todos entendimos que no tenés nada claro...
Pero
si te ayuda, a las mujeres que buscamos igualdad y la conseguimos sin incendiar
lo que no es nuestro, nos importa un bledo que tu fetiche sea orinar parada y
que eso te haga sentir original.
Pero
no jodas ni uses a los gays, a mujeres que mueren en la clandestinidad ni a las
víctimas de la violencia para
levantar una bandera que no podés explicar.
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