"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 23 de noviembre de 2019

Del “cisne negro” V


A Mijail Gorbachov le tocó el ingrato momento de presidir la URSS al producirse la implosión del sistema político, económico y social.
El imperio soviético se desintegraba, horadado tras el evidente fracaso del “sistema” planificado.
El jueves 9 de noviembre de 1989 se produce la caída del Muro de Berlín y tras el derrumbe comienza a desgranarse la conjunción de países nucleados en el Pacto de Varsovia.

El único país que parecía no enterarse lo que sucedía era Cuba:
El 11 de noviembre de 1989, con la ayuda castrista de armas y asesores, el Frente Farabundo Martí inicia su nueva ofensiva final contra el gobierno de Alfredo Cristiani.
La guerra en El Salvador –y la fracasada ofensiva, rechazada por tropas entrenadas por estadounidenses- vuelve al primer plano de las noticias.

Para el premier ruso el mundo cambiaba hora a hora y ya no tenía tiempo ni recursos para ocuparse de “el último mohicano” Fidel Castro.
Con la angustia de ver como Moscú perdía Polonia, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Rumania, Hungría y Bulgaria, viajó a la isla de Malta para mantener conversaciones con el presidente George Bush.
La cumbre se llevó a cabo los días 2 y 3 de diciembre de 1989.
En algunos momentos hablaron acompañados por sus asistentes y en otros a solas.
Como en los viejos tiempos, la “cuestión cubana” volvió a estar en la agenda del encuentro.
Bush lo insta a abandonar, aunque sea militarmente, a Cuba (y Nicaragua).
Algo que ya habían tratado siete años atrás Fidel y Raúl –como hemos visto- con sus pares soviéticos.

Gorbachov: Ahora me gustaría hacer algunas observaciones de carácter filosófico general.
Me parece muy importante hablar de las conclusiones que podemos sacar de nuestra experiencia pasada, de la “Guerra Fría”, lo que sucedió, lo que quedará en la historia.
Probablemente podamos afirmar que todos hemos vivido un momento histórico.
Problemas enteramente nuevos, de los que la gente en el pasado ni siquiera podía concebir, han surgido ante la humanidad
¿Podemos resolverlos usando viejos enfoques?
Absolutamente nada surgiría de eso.
Durante 45 años hemos logrado evitar una guerra importante.
Este hecho por sí solo demuestra que en el pasado todo no era malo.
Pero, al mismo tiempo, la conclusión es obvia:
El énfasis en la fuerza, en la superioridad militar y, junto con ella, en la carrera de armamentos, no se ha justificado.
Ambos países, al parecer, lo comprenden mejor que cualquiera de los otros.
El énfasis en la confrontación ideológica tampoco se justificó y sólo resultó en nuestra continua crítica del uno al otro.
Llegamos a una línea peligrosa.
Y es bueno que supiéramos lo suficiente para detenernos.
Es bueno que haya surgido un entendimiento mutuo entre nuestros países.

En la primera sesión privada el líder ruso volvió a sacar a la luz la cuestión cubana:
Gorbachov: En nuestra conversación confidencial, quisiera plantear tres cuestiones.
Primero, la cuestión de Centroamérica, principalmente de Cuba.
Señor Presidente, tal vez recuerde que después de mi visita a Cuba (en abril) le escribí una carta.
Mis conversaciones allí no eran simples.
Debo admitir que Castro expresó cierta preocupación por nuestro rumbo.
Le aclaramos una serie de asuntos para él, y en general todo terminó bien.
Entre otras cosas, le dijimos: “Lo que estamos haciendo en nuestro país está dictado por nuestras necesidades. Lo que está haciendo en su país es su negocio. No estamos interfiriendo con él”.

En una conversación cara a cara, Castro nos pidió esencialmente nuestra ayuda para normalizar las relaciones con los Estados Unidos.
Recientemente, el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Cubana visitó la Unión Soviética.
Habló con [funcionarios] en el Ministerio de Defensa de la URSS, así como con el mariscal Akhromeyev.
Y repitió confidencialmente esta petición.
Te lo confío en una conversación individual y espero que esto quede entre nosotros.
De lo contrario, la reacción de Castro puede ser bastante fuerte.

Bush: Ciertamente. No voy a ponerle en una situación embarazosa. No puede haber fugas de mi lado. Entiendo lo delicado que es este asunto para ti.

Gorbachov: Quizás deberíamos pensar en algún tipo de mecanismo para iniciar los contactos sobre este tema.
Estamos listos para participar, pero tal vez será innecesario.
Depende de usted decidir.
Estamos dispuestos a ayudarle a iniciar el diálogo, pero ciertamente es su negocio, y sólo podría pedirle que lo piense.

Bush: Me gustaría, por así decirlo, mostrarle todas mis cartas sobre Centroamérica y sobre Cuba.
Si tomamos a nuestros aliados de la OTAN, incluyendo Thatcher, Kohl, Mitterrand, en general no les importa la América Central.
Por supuesto, dicen buenas palabras sobre la democratización y las elecciones libres, pero no tienen intereses vitales en lo que está sucediendo allí.
Lo mismo se refiere al “flanco izquierdo” del cuerpo político estadounidense.
Sin embargo, las jóvenes democracias del Sur del Río Grande, así como la abrumadora mayoría de los estadounidenses, observan esta cuestión muy de cerca. Vemos también que, en comparación con su movimiento hacia adelante, Castro se parece a un ancla que hace este movimiento más difícil.
Este hombre está claramente desfasado de los cambios y procesos que han envuelto a la Unión Soviética, Europa del Este y nuestro hemisferio.
Los cambios democráticos le son ajenos.

Gorbachov: Lo entiendo. Nosotros defendemos un cambio pacífico.
No queremos interferir, y no estamos interfiriendo en los procesos que están teniendo lugar.
Deja que el pueblo mismo decida su futuro, sin interferencias externas. […]
La Unión Soviética no tiene planes con respecto a las esferas de influencia en América Latina.
Este continente está ahora en movimiento.
En cuanto a Cuba, tenemos ciertas relaciones establecidas con ella.
Se remontan a un cierto período de la historia caracterizado por bloqueos económicos, etc.
Ahora nos gustaría transferir gradualmente nuestras relaciones económicas a una vía normal.
No hay que olvidar que Cuba es un país soberano con su propio gobierno, sus propias ambiciones y percepciones.
No nos toca a nosotros enseñar a Cuba.
Que hagan lo que quieran.
El 25 de diciembre de 1991 la Unión Soviética, formalmente, dejó de existir.
Y Gorbachov, un tiempo más tarde, fue obligado a renunciar.

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